El Magazín Cultural

La trilogía Lehman: Un cuento de hadas contemporáneo

La premiada obra dirigida por Sam Mendes no es una clase de economía, o de moral. En vez, ahonda en los personajes que construyen el itinerario de nuestras propias ambiciones. Se presentará en los principales teatro de Cine Colombia el 5 y 6 de octubre.

NICOLÁS MONTERO
02 de octubre de 2019 - 08:53 p. m.
Simon Russell Beale, Ben Miles y Adam Godley en “La trilogía Lehman", una obra que nos empieza a explicar las raíces del mundo que vivimos.  / Stephanie Berger
Simon Russell Beale, Ben Miles y Adam Godley en “La trilogía Lehman", una obra que nos empieza a explicar las raíces del mundo que vivimos. / Stephanie Berger

Esta aventura comienza un once de septiembre en la ciudad de Nueva York, pero el año es 1844 y también terminará en un gran colapso.

Ese día, en la madrugada, un joven judío alemán, hijo de un comerciante de ganado, llega, como miles de personas, a buscar oportunidades, impulsado por la ambición de progreso, una noción que con el desarrollo del capitalismo ha moldeado la historia del mundo contemporáneo. Su nombre era Heyum Lehman pero rápidamente, al llegar a las tierras del “sueño americano”, fue rebautizado  y pasó a ser Henry Lehman.

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Pronto abre una pequeña tienda de telas en la ciudad de Montgomery, al sur de los Estados Unidos, en donde las plantaciones de algodón hacían parte del paisaje.

Para 1850, sus dos hermanos llegaron a acompañarlo y la pequeña tienda pasó a llamarse con un nombre sinónimo de ingenio, de éxito, de las inmensas posibilidades del capitalismo, pero que, desde la gran caída de la bolsa del 2008, se convirtió en un monumento a la irresponsabilidad de la ambición desmedida, de la corrupción, de lo frágil del mismo sistema que lo creó. Un nombre que no debemos olvidar: Lehman Brothers.

El dramaturgo Stefano Massini, director del Piccolo Teatro de Milán, es quien asume narrar esta historia para el teatro y el resultado es sorprendente. Desde su estreno la obra no ha dejado de cosechar éxitos, ha sido traducida a 14 idiomas y es reconocida por la crítica como la gran crónica del capitalismo. El autor logra hacer partícipe al público de un proceso que se pensaría imposible, o por lo menos muy aburrido para estas épocas en las que se prefiere exacerbar la emoción y no la comprensión. Narra cómo un comerciante se convierte en intermediario y después en banquero y después en inversor y finalmente en especulador; todo ello mientras asistimos a las contradicciones y peligros de un mundo en el que el dinero se ha vuelto una especie de fetiche que convoca una cadena de ambiciones que muchas veces no son más que una de promesa de futuro, de confort, de felicidad, pero que termina siendo el camino más rápido a la ruina humana.

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Pero la obra no es una clase de economía, o de moral. Lo increíble, lo conmovedor es ahondar en los personajes que construyen el itinerario de nuestras propias ambiciones, porque en el fondo nos encantan las historias en las que nos asomamos al poder. Cómo dice la crítica teatral Raquel Vidales: “¿Eran genios? ¿Oportunistas? ¿Amorales? ¿Sin escrúpulos? ¿Cómo debemos juzgarlos? ” Y la misma crítica cita a Peris-Mancheta (uno de los actores del montaje español): “Es más fácil empatizar con los tres fundadores y su espíritu de pioneros. Ellos aún necesitan tocar la materia prima, las telas que vendían, la economía y los sueños eran todavía algo concreto. A lo largo del texto se ve bien cómo eso que entonces era concreto se va convirtiendo en abstracto y como en paralelo los sucesivos propietarios van perdiendo escrúpulo. Cómo dice Phillip, uno de los personajes de la saga: en Wall Street está todo. No hay hierro pero si está la palabra hierro. No hay tela pero sí está la palabra tela. No hay carbón pero sí está la palabra carbón. Pero su hijo, Robert, va más lejos: invertir dinero solo para hacer dinero. Sin siglas que financiar. Sin industria que lanzar. Sin mercados que explorar. Dinero para hacer dinero. Adrenalina pura. Escalofrío continuo.”

En últimas asistimos a una danza de ambiciones y en algún momento nos preguntamos por qué le gente sigue confiando, recordamos nuestra propio contexto: Interbolsa, el grupo Gran Colombiano, DMG y los que vendrán. A lo mejor lo hacemos porque necesitamos a esos personajes para incentivar nuestras propias ambiciones. Es un cuento de hadas contemporáneo: confío en ti pero me encantaría ganar más sin hacer más.

‘The Lehman Trilogy’ va camino a convertirse en un clásico y el montaje que se verá en los teatros de Cine Colombia es una de sus mejores puestas en escena. Realizada en el National Theatre, dirigida por uno de los directores más inteligentes de la escena británica: Sam Mendes y con un reparto con sobrada experiencia y talento: Simón Russell Beale, Adam Godley y Ben Miles. Los cuatro nominados a los premios más importantes del teatro británico al igual que su diseñador Es Devlin y, por supuesto, su autor Stefano Massini: los Olivier Awards.

Simplemente imperdible.

Por NICOLÁS MONTERO

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