Lady Gaga, el renacer de una estrella

Stefani Germanotta, conocida mundialmente por su nombre artístico ‘Lady Gaga’, se convirtió en una de las nominadas al Premio Oscar a mejor actriz por su papel en A Star is Born. Su interpretación fue reveladora tanto para la crítica como para ella misma, pues ha sido su máxima expresión de autenticidad. 

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Camilo Gómez Forero / @camilogomez8
25 de febrero de 2019 - 03:56 a. m.
Lady Gaga, quien ya ganó un Globo de Oro por su participación en "American Horror Story". / AFP
Lady Gaga, quien ya ganó un Globo de Oro por su participación en "American Horror Story". / AFP
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Lady Gaga enfrentó uno de los retos más grandes de su vida al asumir el protagonismo en A Star is Born. No solo porque, sin mayor experiencia como actriz, debía ocupar el mismo papel que ya habían hecho Janet Geynor y Barbra Streisend -dos leyendas de Hollywood- en una de las historias más apreciadas por la Academia, sino porque además tuvo que interpretar una parte de ella misma, exponer su faceta más real y desnudar su alma y sus miedos personales ante millones de espectadores.

A Star is Born no es una película biográfica sobre la vida de Gaga, aunque bien podría serlo, pues cuenta la historia de Ally, una cantante que quiere ser reconocida en la industria musical, pero que es rechazada constantemente por su apariencia. Gaga, quien vivió el mismo rechazo durante su adolescencia, cuenta que usó muchas de sus experiencias personales para realizar este papel, pues por momentos veía a Ally como un espejo retrovisor.

Por más de una década, ‘Lady Gaga’ ha sido la máscara bajo la que se oculta Stefani Germanotta. Una mujer, como muchas personas, con dudas sobre su cuerpo y su talento y cuyos sueños y aspiraciones se ven enfrentados a una industria machista que castiga tanto a mujeres como a hombres. “La película me conmueve profundamente. Me siento tan arraigada en el personaje que después de la segunda mitad, tan emotiva y trágica, que tengo que dejarla de ver”, cuenta la actriz en una entrevista.

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Para convertirse en la estrella que es hoy, Gaga no tuvo un camino fácil. Durante su infancia sufrió matoneo en la escuela y en su juventud fue constantemente rechazada por productoras que o se burlaban de su apariencia o le pedían que hiciera cambios en ella, sobre todo en su nariz.

“Muchas veces he tenido que decir que no durante mi carrera. Yo no era la más guapa del lugar, había otras chicas más guapas, pero no escribían sus propias canciones, así que querían coger las mías para que ellas las cantaran, y yo les dije que no me iban a quitar mis canciones. Siempre fui muy fuerte, y no me importa que me dijeran que tenía que cambiar mi forma de ser, yo nunca quise ser sexy, como otras mujeres, sino ser yo misma, la artista que yo quería”, relató.

La autenticidad desborda por los poros de Gaga, que nunca se conformó con los estereotipos que las disqueras quieren dibujar en las mujeres. Pese a los comentarios sobre su físico nadie podía negar el talento de la artista. Su madre, Cynthia Germanotta, cuenta que logró apreciar los dones de su hija desde muy temprano, aunque nunca se imaginó lo lejos que podría llegar gracias a ellos. “Ella aprendió a tocar el piano usando su oído en casa cuando era muy joven. Un día le dije: ‘¿Quieres tomar algunas lecciones?’ Estaba un poco confundida por eso porque dijo que escuchaba la música en su cabeza y no entendía por qué tenía que tomar lecciones. Ese fue un momento definitorio porque sabía que había algo diferente en ella. No sabía a qué la conduciría, pero me di cuenta de que había algo más allí”, contó en una entrevista.

Tras el lanzamiento del álbum The Fame en 2008, Gaga ha cosechado múltiples éxitos, reconocimientos y también polémicas. Llegó a convertirse velozmente en la nueva diva del pop a nivel mundial con los ojos del mundo posándose encima de ella. Sus canciones se repiten todavía en las discotecas, mientras que sus excentricidades en el escenario y fuera de él, como usar un vestido hecho con carne, se volvieron su marca personal. Por ello, uno de los principales retos para su papel era romper la barrera que pusieron tales excentricidades para mostrar a una mujer común como lo es Ally en la película. 

El director del filme, Bradley Cooper, sorprendió a Gaga al exigirle precisamente eso: que se viera natural. Ella, acostumbrada a llevar grandes capas de maquillaje y vestidos icónicos, tuvo que desnudar su esencia tan vulnerable ante el lente. Abandonó también su color de pelo rubio y acogió su castaño natural con orgullo. Y al dejar atrás los disfraces que le servían como armadura, Gaga dejó al descubierto su voz y su encanto nativo sin algún otro tipo de adorno sobre ella.

“Al principio de mi carrera siempre me transformaba, me gustaba ser muchos personajes, y lo maravilloso de esta experiencia es que él me quería natural, sin maquillaje”, afirmó. “Gracias a él (Cooper) he cumplido mi sueño de ser actriz”, agrega. Aunque la artista se inclinó por el mundo musical, el cine siempre fue una de sus ambiciones. Solía envolverse en tapetes o mantas tejidas por su abuela para simular los decorosos vestidos de las celebridades y se paraba en un podio a simular que asistía a la ceremonia de los Oscar.

Gaga ya había protagonizado papeles para televisión. Sin embargo, ninguno de ellos representaba un reto tan grande como el de esta película, una favorita de Hollywood que ya se ha rodado en cuatro oportunidades.

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“Como artista, siempre hay un sentimiento de '¿Soy lo suficientemente bueno? ¿Estoy haciendo algo honesto? ¿Estoy haciendo algo verdadero? Hay una especie de tristeza estancada en mí, preguntándome si soy suficiente. Ahora no vi eso. Vi algo diferente. Vi una claridad. Vi una verdad”, advirtió.

Si bien Gaga tiene un sello de autenticidad que sobresale sobre otros artistas de su generación, pocas veces se le ha visto ocupando un rol natural. A Star is Born sirvió como una reflexión sobre la industria, sobre la fama, cómo se alcanza y qué surge de ella. Pero más que ello, fue un paralelismo con la vida de Gaga. De ella viéndose en un espejo y asimilando los logros de su trabajo tras una vida llena de comentarios ruines.  

Lady Gaga se vio obligada a abandonar los escenarios en 2017 por un tiempo, pues le fue diagnosticada fibromialgia, una enfermedad crónica que causa dolor muscular, fatiga, sueño y problemas de memoria. Su participación en la película es un renacer para ella y la apuesta por una etapa más madura en su carrera, pues la naturalidad expuesta fue más aclamada que sus usuales extravagancias.

Pese a que la crítica la ha alabado por su actuación, Gaga prefiere ser conservadora en cuanto a esta. “Dame un par de películas más antes de que me llames un éxito”, pide. La película parece haberla marcado profundamente. Cuenta que robó varios recuerdos del set de grabación para llevarse un pedazo de ese momento consigo. “Esto es muy precioso para mí. Estas son unas reliquias, o lo serán algún día. Son cosas que querré mostrar a mis hijos y decir: ‘aquí están, pueden tocarlos’. Quiero que tengan una experiencia poética, cercana, tangible con la película, como la tuve yo”.

Ganarse la estatuilla puede no ser lo más importante para la artista, sin embargo, no oculta su deseo de ganar por sus fanáticos. “Solo quiero ganar ahora porque quiero que gane ese niño que se siente como yo. Ese inadaptado o marginado que no encajaba. La recompensa para mi es que esta película es una victoria para ellos”, concluyó

Por Camilo Gómez Forero / @camilogomez8

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