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Laura Pérez: “Para mí, lo cotidiano es profundamente romántico”

La artista acaba de sacar “La chinita”, su primer disco de larga duración. Fueron cuatro años de trabajo que culminaron en diez canciones que navegan tanto por el amor como por la “tusa”. Aquí habló de la construcción de este trabajo.

Santiago Gómez Cubillos

03 de marzo de 2025 - 07:00 a. m.
Laura Pérez ha lanzado tres EP: Retazos (2020), Canciones chiquitas (2021) y Tristes, pero no tanto (2023).
Foto: Cortesía Laura Pérez
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¿Cómo han sido estos primeros días tras la salida de su álbum “La chinita”?

La sensación ha sido agridulce. Es raro porque, mientras uno cumple sus sueños, la vida se va acomodando también y enfrentar la realidad mientras alcanzo este objetivo ha sido un tema un poquito difícil, pero trato de tomarlo con calma. Tanto mi vida personal como mi carrera profesional son muy importantes para mí, y quiero darles prioridad en la medida de lo posible. Eso sí, me siento muy agradecida por haber lanzado finalmente mi primer álbum después de cuatro años de trabajo intenso.

Usted dijo en otra entrevista que todas las tarimas eran igual de importantes. ¿Pasa lo mismo con los discos?

Lo que dije sobre las tarimas lo concluí después de haber pasado por escenarios de diferentes tamaños. En esta industria, hay circunstancias en las que la industria prácticamente lo obliga a uno a priorizar. Por ejemplo, cuando toqué en el Estéreo Picnic, pude haber pensado que ese era el concierto más importante de mi vida, y probablemente lo era en ese momento. Pero después entendí que eso no iba a ser así para siempre y ahí fue cuando llegué a la conclusión de que todos los conciertos y todas las tarimas son igual de importantes, sin importar el tamaño del público. Puede ser un show para cinco personas o para 10.000, y ninguno es más valioso que el otro. Pensar así me da mucha calma y me permite disfrutar lo que hago. Dicho esto, como La chinita es mi primer álbum, todavía no sé si pasa lo mismo con los discos. Justo estaba antes pensando en eso y puede que sí, pero también es cierto que el primero tiene un lugar muy especial. Y este, al ser mi primer álbum completo, mi primera obra musical de larga duración, definitivamente tiene una relevancia mayor en mi vida.

Un tema en el álbum es el amor sencillo, ese que no es el de las películas, sino el de la vida cotidiana. ¿Qué valor le da usted?

Para mí, lo cotidiano es profundamente romántico y me encanta la idea de ser feliz con lo que haya; esa es una manera en la que me gusta vivir. Me gusta esa simpleza en las cosas, y creo que esto tiene que ver con lo que estoy viviendo en este momento. No diría que mi vida es simple, pero sí que encuentro mucha felicidad en detalles como tomarme un vinito con alguien que quiero. Y, por ejemplo, pensando en la idea del “Apartamento”, creo que vivimos en un mundo donde lo grande, lo brillante y lo costoso suelen ser lo más llamativo, pero me parece preciosa la idea de empezar de cero. Pienso que ese apartamento puede ser un espacio hermoso así en un principio no tenga para comprarme un sofá gigante y solo haya unas almohadas tiradas en el piso. Esa simpleza le da sentido al proceso y a la vida misma.

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Eso de empezar de cero también puede aparecer con el desamor, que es el tema de canciones como “Quisiera odiarte” o “Tontería mía”. ¿Cómo fue tratarlo?

Aunque alguien esté en la relación más bonita del mundo, en su vida personal seguirá enfrentando momentos de desamor. Puede ser con sus amigos, en su vida profesional, por un sueño que no se pudo cumplir o, por supuesto, por el fin de una relación de pareja. Siento que la vida es como una montaña con picos y valles, y eso se refleja en todas las formas de amor: el romántico, el amistoso, el laboral. Para mí era importante mostrar esas dos caras de la experiencia humana, porque siempre estamos enamorados, entusados o tranquilos, y creo que es necesario abrazar esas tres posibilidades y no idealizar ninguna. Es fácil idealizar la “tusa” y quedarse ahí, como también puede pasar con el amor o con la tranquilidad. Con este álbum quise jugar con los contrastes en la narrativa, explorando cómo una historia puede comenzar con intensidad y terminar de una manera inesperada.

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En esa misma línea está “En esta vida no fue”, que también habla del desamor, pero no tanto desde la tristeza. ¿Cómo compuso esta canción?

La historia de esa canción nace de mi necesidad de escribir música que no estuviera completamente ligada a mis emociones. Un día pregunté en una historia de Instagram: “¿Sobre qué temas les gustaría que escribiera?” y muchas personas dijeron que hacía falta una canción de los “casi algo”. Esos sí que son fregados porque implican un montón de preguntas sin respuestas, sobre todo la de ¿cómo hubiera sido? Además, yo escribí esa canción muy inspirada en otra que es “En otra vida”, de Lasso y Yami Safdie, que desde que la escuché me encantó y tenía muchas ganas de escribir algo así. Entonces empecé a tirar los acordes de “En esta vida no fue” y ahí caí en cuenta de que quería que fuera una canción melancólica, pero desde el humor. De ahí salió el “porfa, haz algo fatal para poderte superar”. Me gusta mucho esta canción porque refleja una parte de mi personalidad: me encanta la idea de reírme de las emociones difíciles y abrazarlas desde una perspectiva distinta, y mi objetivo era jugar con eso en la canción.

¿Cómo logra que una canción que nace de un sentimiento personal se vuelva algo con lo que tanta gente puede relacionarse?

A veces creemos que una canción con unas características demasiado específicas solo la va a entender uno, pero eso es mentira. Cuanto más personal sea, más deja de ser solo mía y más personas se sienten identificadas. Yo juego mucho a eso: a hacer canciones desde lo más profundo de mí y con la mayor cantidad de detalles que pueda; eso hace que más personas se conecten. Me pasó especialmente con “Te quiero mucho”, una canción del álbum. La escribí inspirada en una circunstancia muy particular, con un detalle tan preciso que pensé que nadie más podría entenderlo. Pero cuando la gente la escuchó, la reacción fue impresionante: muchos dijeron que era exactamente lo que sentían. Es muy loco eso y me encanta.

Hay dos facetas suyas en el escenario: una con una gran banda y la otra que es solo usted con su guitarra. ¿Siente preferencia por alguna?

Ambas formas de presentarme en el escenario me brindan seguridades distintas. Cuando toco sola, me siento completamente libre. Como solo dependo de mi guitarra y mi voz, puedo hacer lo que quiera: jugar con los ritmos, parar cuando quiera o si quiero interpretar una canción que no había ensayado no hay problema, porque igual me la sé. Por otro lado, la banda me da la seguridad de la grandeza. Pero con ellos todo tiene que estar ensayado, organizado y premeditado. Hay tiempos e instrucciones que debemos seguir, lo que me quita un poco de libertad, pero, a cambio, me da esa grandeza. El año pasado fue un año de guitarra y voz, con muchísimas presentaciones en solitario. Ahora espero que este año sea diferente, porque extraño mucho tocar con mi bandita.

Por Santiago Gómez Cubillos

Periodista apasionado por los libros y la música. En El Magazín Cultural se especializa en el manejo de temas sobre literatura.@SantiagoGomez98sgomez@elespectador.com
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