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El escritor francés Laurent Mauvignier ganó este martes el Premio Goncourt, el más prestigioso galardón de las letras en lengua francesa, por La maison vide (La casa vacía), una novela que reconstruye su historia familiar en una antigua casa rural a partir de las pertenencias de varias generaciones marcadas por el silencio.
Mauvignier se impuso por mayoría en la primera ronda de votaciones a los otros tres finalistas, entre ellos Emmanuel Carrère, quien con Kolkhoze volvió a quedarse a las puertas del premio. Los diez miembros de la Academia Goncourt repartieron sus votos entre Mauvignier, que obtuvo seis, y la escritora belga Caroline Lamarche, nominada por Le Bel Obscur, según informó el presidente del jurado, el escritor y cineasta Philippe Claudel, tras la deliberación celebrada —como es tradición— en el restaurante Drouant de París.
Hasta allí llegó de inmediato el ganador, siguiendo la costumbre, para compartir un almuerzo con los miembros del jurado. “Sabemos que no es un premio como los demás”, dijo Mauvignier a los medios presentes en el lugar, y aseguró que lo siente como un reconocimiento al conjunto de su trabajo. “Hoy pienso más en los lectores. He recibido tantos mensajes de tanta gente... Casi tengo la impresión de que es más importante para ellos que para mí, así que pienso sobre todo en los lectores y lectoras”, añadió.
Explorar la memoria familiar
La maison vide (publicada por Éditions de Minuit) reconstruye, en concreto, la historia de cuatro generaciones de la familia paterna de Mauvignier alrededor de una casa del campo francés, mezclando hechos reales, imaginación y reflexión literaria. Lo hace a través de los objetos que el protagonista del libro encuentra en el edificio, como un piano, fotografías de su abuela con la cabeza recortada o una medalla de la prestigiosa Legión de Honor.
A partir de esos objetos, el protagonista recorre la memoria no solo de su padre -que la historia sugiere que se suicidó-, sino también de su abuela Marguerite, de su bisabuela Marie-Ernestine y de los hombres que las rodearon, en un contexto rural del siglo XX, marcado por dos guerras mundiales y estrictas tradiciones sociales.
Con un estilo denso de largas frases y ritmo pausado, la obra busca comprender cómo el pasado sigue habitando los lugares y las vidas presentes, pero también explora temas como la transmisión de los traumas o la memoria.
Esta es la décima novela de Mauvignier, nacido en Tours en 1967, autor de títulos como Loin d’eux, Apprendre à finir, Dans la foule, Des hommes, Continuer y Histoires de la nuit.
Además de imponerse a Kolkhoze y Le Bel Obscur, La maison vide superó a La nuit au cœur, de la escritora mauriciana Nathacha Appanah, en una elección que se perfilaba como muy reñida y que se resolvió en una sola ronda.
El Premio Goncourt, entregado anualmente desde 1903 por la academia fundada por Edmond de Goncourt, tiene una dotación simbólica de diez euros, pero su prestigio y popularidad asegura a sus ganadores impresiones y traducciones a decenas de lenguas.
El año pasado el galardón fue para el argelino Kamel Daoud por Houris (Huríes, en español), publicada por Cabaret Voltaire, que narra la historia de una joven silenciada por la guerra civil de los años noventa en Argelia.
Entre los ganadores del Goncourt figuran nombres como Marcel Proust, Marguerite Duras, Simone de Beauvoir, Amin Maalouf y Pierre Lemaitre, referentes de más de un siglo de literatura francesa.
En la misma jornada, el jurado del Premio Renaudot —creado en 1926 por periodistas y críticos— anunció como ganadora a Adélaïde de Clermont-Tonnerre por su novela Je voulais vivre.