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Hacia medianoche, por la carretera que te conté
Detrás de una gasolinera donde llené
Te hacen un guiño unas bombillas azules, rojas y amarillas
Pórtate bien… y frena
Frena, porque bajo el sol de Marbella hay un perro andaluz sin domesticar. Este no ladra, más bien parece una loba negra que es amiga de la oscuridad y sólo vive para morder. A esta loba negra deberán enfrentarse Antonia Scott y Jon Gutiérrez, los protagonistas de la nueva novela de Juan Gómez-Jurado.
En esta sala de espera sin esperanza, Gómez-Jurado nos adentra en una aventura policiaca en la que Antonia Scott y Jon Gutiérrez tendrán que desenmascarar y capturar a la mafia rusa que actúa en la Costa del Sol. La primera es una mente brillante dentro de una cabeza que a veces pareciera que fuera su propio verdugo. El segundo es un policía sin mucho más que aportar a su hoja de vida, lleva grasa en la guantera, grasa en el estómago, grasa en el corazón y un alma que perder. Son dos personajes que, por separado, parecen sacados de un cómic, pero juntos, se complementan el uno al otro, llenan de contenido la trama y se tornan en un sol de veranillo, de esos que sólo existen en San Martín.
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Esta pareja, al ritmo de las canciones de Joaquín Sabina, se cruzarán con personajes secundarios, con personalidades tan diversas como un coro de Babel y, aunque parezcan peces que han perdido las agallas, desvelarán misterios, seguirán pistas y se adentrarán en la boca de la loba negra, la loba más negra de todas, la más peligrosa , la que únicamente cumple la ley del tesoro. Desafiarán el oleaje sin timón ni timonel en una playa sin mar, a menos que sea el de Marbella, que los recibe a todos sin detenerse a mirar si son besos de Judas o racimos de pétalos de sal. De hecho, si son mala compañía, paga todos los tragos que pidan.
Antonia Scott y Jon Gutiérrez, que son al miso tiempo uno solo y una vida partida por la mitad, acompañarán a los lectores a lo largo de un calvario que también será una narración trepidante, digna de una novela policiaca. Así que si están más solos que la Luna, déjense convencer y, a ritmo de un Sabina, sean testigos de una historia sobre misterios, confusión, amistad profunda y arcángeles disecados.
Lo invitamos a que escuche el capítulo 13 de la audionovela Yo Confieso