¿La poesía tiene algún límite? El Festival Internacional de Poesía en Pereira, Luna de Locos, con motivo de la celebración de su decimocuarta versión, nos responde que no; que ella, la poesía, sin importar el medio, siempre encuentra el camino para llegar a quien se acerque a sus misterios. Porque esta puede ser como la luz de una linterna que ilumina aquello que no podemos ver en la oscuridad. Igualmente, es quien nos ayuda a comprender mejor las preguntas que acaecen en nuestra existencia. Como dijo el gran poeta británico Dylan Thomas: “Un buen poema ayuda a cambiar la forma y el significado del universo, ayuda a extender el conocimiento de sí mismo y del mundo que le rodea”. Este encuentro en la ciudad cafetera tiene ese mismo propósito.
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Para esta versión, que va desde el lunes 24 de agosto hasta el sábado 5 de septiembre, debido al confinamiento, las actividades propuestas se realizarán a través de dos plataformas virtuales: Facebook Live y YouTube. Lecturas, galas, conversatorios y talleres de creación literaria harán parte de una nutrida programación que reúne a poetas de quince países: Portugal, Francia, República Dominicana, Polonia, México, Colombia, Perú, Bolivia, Venezuela, Cuba, Argentina, Chile, Estados Unidos, Rumania y España. Entre los setenta invitados destacan Ana Blandiana, Edgardo Dobry, Aurora Luque, Alberto Blanco, Igor Barreto, Abel Murcia y Luis Antonio de Villena.
Como en pasadas ocasiones, el festival continuará visitando a catorce instituciones educativas, urbanas y rurales, que en conjunto llevarán a millones de estudiantes los versos de sus invitados. ¿Por qué es importante que la poesía visite a la población escolar? Gerson Acevedo Rodríguez, maestro de la Institución Educativa Diego Maya Salazar, dice lo siguiente: “Porque la educación que impartimos en nuestras instituciones educativas para nuestros niños y jóvenes es el primer paso para hacer una verdadera transformación del mundo”. Y, a continuación, agrega: “El mundo necesita más paz, más amor, más educación, más literatura, más cultura, más poesía”.
También se suman a esta versión del festival voces jóvenes, con el ánimo de sugerir un presente de la poesía latinoamericana. Algo importante en un evento de esta envergadura, pues son estos espacios donde el público empieza a reconocer un estado actual de la poesía y donde se abren nuevas perspectivas en las distintas maneras de concebir el hecho poético. En relación con lo anterior, el poeta y cuentista Hugo Oquendo-Torres comenta lo siguiente: “Para mí, esta presencia devela una renovación intergeneracional. No comprendida como un juego de voces que reemplazan a otras, sino de nuevos colores que una misma llama enciende. Porque la poesía, al simbolizar el fuego, nos invita a pensar que en cada crepitar de esas nuevas voces el espíritu humano se abraza”. Asimismo, la participación de invitados locales y regionales también hará parte de la amplia programación.
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Por otro lado, es preciso resaltar que este año los versos del poeta chileno Raúl Zurita, una de las voces más importantes de la poesía hispanoamericana y uno de los invitados especiales de la actual edición, como una especie de mantra, son los elegidos para recibir a los espectadores que esperan reunir en cada una de sus actividades: “Pero mi amor, te digo, / ha quedado adherido / a las rocas, al mar y a las montañas”. Otros maestros de la poesía que se unen a esta celebración son los poetas Nuno Júdice, Víctor Rodríguez Núñez, Luis García Montero, Yolanda Pantin, Jordi Doce y Margaret Randall.
Del mismo modo, en medio de todo lo que ha supuesto la situación actual en el país a causa del distanciamiento social, hay un aspecto que se exalta a pesar de las adversidades: el hecho de que la misma virtualidad a la que se vieron obligados les permitió lograr la participación de algunos poetas que de otra manera, sea por cuestiones de tiempo o por presupuesto, no hubiera sido posible. Bien reza un antiguo proverbio chino: “Las dificultades, cuando se miran desde las sombras, pueden convertirse en oportunidades”. Esto último me remite a uno de los principales eventos que tiene preparado Luna de Locos, el festival La Escuela de Poesía.
Giovanny Gómez, director de dicho encuentro, nos dice sobre esta novedad: “La Escuela de Poesía es una apuesta de guía para las personas que están escribiendo o que se preguntan de qué depende el desarrollo de este oficio. Nuestra idea es propiciar un diálogo con creadores donde nos cuenten su experiencia, la historia de sus libros, su visión de la tradición literaria y de los retos que tiene la escritura en nuestros días”. La ilustración del cartel, por otro lado, fue realizada por el artista visual Juan Gaviria. En la imagen vemos la figura de un hombre joven dibujado a mano sobre un fondo rojo. Al parecer, de sus ojos emerge una suerte de neblina, como si algo dentro de él se evaporara. Quizá, pienso ahora, aquello que solo la poesía puede nombrar.