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La obra del maestro colombiano de la abstracción, Manuel Hernández, se toma los muros de la galería El Museo en Bogotá. Desde el 5 de febrero la exhibición retrospectiva, “Manuel Hernández, el regreso”, está abierta al público con una muestra de 50 años de carrera artística. Las obras expuestas comprenden el periodo entre 1958 y 2008, se exponen como homenaje al artista que falleció en 2014.
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A casi 10 años de la muerte de Hernández, la galería organizó esta exhibición que recibió el nombre de “El regreso”, teniendo en cuenta que la obra de Hernández no había sido expuesta en años. El artista estudió en la Universidad Nacional entre 1946 y 1949, su obra fue influenciada, en principio, por el muralismo mexicano. El artista bogotano, nacido en 1928, comenzó a desarrollar su obra en el movimiento abstracto a partir de los años 70.
Sigue a El Espectador en WhatsAppFue durante esta década que su obra tomó un giro hacia la espiritualidad y continuó desarrollando su indagación en el color, el cual juega un papel importante en las producciones de Hernández. Este interés espiritual contó con influencias de la obra de Vasily Kandinsky y Paul Klee, cuyo trabajo inspiró a Hernández más allá de la espiritualidad para enfocarse también en el color y la forma.
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Este último cobra especial relevancia en la obra de Hernández ya que usa la forma como ilusión y medio para expresar energía exteriores e interiores. “Una de las principales preocupaciones del artista dentro del campo de la abstracción fue la vibración y la posibilidad de una forma “estática en movimiento interno”, como él mismo la definía. Esa irradiación de los bordes implica una amplia reflexión sobre la luz, la materialidad de los objetos y el carácter de los colores, ubicándolo en el trópico, donde persiste un gran nivel de contrastes simultáneos”, afirmó la galería en un comunicado.
Manuel Hernández nació en Bogotá en 1928, su primera exhibición individual la realizó en 1953 en la Galería Leo Matiz en la que presentó naturalezas muertas y figuras humanas. 1955 fue el año que realizó su primera exhibición internacional y durante el resto de su carrera ganó reconocimiento en diferentes países. En 1994 le otorgaron la Cruz de Boyacá y con el inicio del milenio hizo una exhibición itinerante por países del sudeste asiático como: Indonesia, Malasia, Corea, India, Filipinas, Hong Kong y Australia. Durante los primeros años del siglo XXI realizó exhibiciones retrospectivas y se mantuvo activo en el campo artístico hasta su muerte a los 85 años.
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