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¿Cómo convencieron a Disney para que viniera a trabajar con Mario Hernández?
Disney —la marca más famosa del mundo, de una forma u otra— fue quien se acercó primero. Para una marca colombiana, eso es algo profundamente especial. Sentimos un orgullo enorme y una responsabilidad aun mayor.
¿Esta alianza marca un antes y un después en su estrategia de expansión internacional?
Vamos paso a paso. Primero queremos atender de la mejor manera a quienes ya creen en la marca. La expansión llegará cuando todo esté sólido y con la seguridad que caracteriza nuestras decisiones.
¿Qué tanto creen que esta colaboración impulsará las ventas?
Esperamos un incremento cercano al 15 % adicional sobre nuestras ventas actuales.
¿Han visto incremento en tráfico o intención de compra desde el anuncio?
Sí. Ha sido muy emocionante ver la reacción en ciudades intermedias como Cúcuta, Yopal, Barrancabermeja y Villavicencio. Esta colección nos ha permitido llevar un pedazo de Disney al país, y eso nos llena de orgullo como compañía colombiana.
¿Qué tan determinante será esta alianza para posicionar a la marca en el segmento prémium latinoamericano?
Desde nuestra fundación hemos trabajado para consolidarnos en el segmento prémium. Esta alianza confirma que en Colombia sí tenemos la capacidad de crear productos de excelente calidad y competir en esa categoría.
¿Qué cambios hicieron en manufactura, inversión y capacidad productiva?
Para producir un producto de Disney, la empresa debe estar certificada por FAMA. Eso implicó invertir en maquinaria, fortalecer procesos, elevar estándares y ajustar toda la estructura para cumplir con requisitos muy rigurosos. Fue un proceso exigente que nos hizo mejores en todos los niveles.
¿Cómo se alinea su tradición artesanal con el universo narrativo de Disney?
Ambos mundos comparten emoción, historia y oficio. El reto fue encontrar el equilibrio entre narrativa y elegancia, y creemos que se logró de forma muy natural.
¿Fue difícil equilibrar la sofisticación de la marca con la iconografía emocional de Disney?
Requirió sensibilidad y moderación. La clave fue respetar la esencia de ambas marcas.
¿Esta colaboración abre puertas a futuras colecciones con Disney u otras compañías globales?
En nuestra historia hemos tenido colaboraciones con Bally, de Suiza, Christian Dior, Johnnie Walker, Buchanan’s y Marriott. Las alianzas siempre han sido parte de nuestro ADN. Esta colección, sin duda, nos impulsa a seguir creciendo y buscar nuevos desafíos.
¿Ingresarán a nuevos canales como aeropuertos, tiendas de lujo o e-commerce global?
Queremos ir paso a paso. Por ahora preferimos mantener el control de nuestra distribución. Las oportunidades se irán abriendo a su debido tiempo.
¿Esta colaboración ratifica el potencial del diseño colombiano en el lujo global?
Sí. Después de 45 años, esto demuestra que desde Colombia se pueden crear productos de talla global. Ese siempre ha sido nuestro propósito.
¿Qué enseñanza deja este proyecto para los empresarios colombianos?
Que los sueños sí se cumplen cuando se trabajan todos los días y que nada grande se logra solo: detrás de cada avance hay un equipo comprometido, disciplinado y con visión.
¿Qué implica este logro para el talento artesanal y manufacturero colombiano?
Demuestra que sí se pueden hacer este tipo de proyectos en Colombia. Solo hacen falta ganas, disciplina y mucha berraquera. Nuestro equipo es prueba de eso.
¿Cómo resume, en una frase, la confianza que puso Disney en la marca?
Disney vio en nosotros una marca seria, con un gran equipo comprometido con hacer las cosas bien y con calidad.
¿Este es el mayor hito de la compañía o el inicio de una nueva etapa?
Es un hito muy especial, pero también el comienzo de una etapa más ambiciosa para la marca.