Mcklopedia, la leyenda

Autor: Joseph Casañas Follow @joseph_casanas

Es difícil identificar en qué momento está hablando el personaje que lleva cerca de dos décadas haciendo freestyle (Mcklopedia) y en qué momento está hablando el venezolano (Ramses Meneses) que nació en Caracas en 1986. “Como ser humano no me considero nada, porque entiendo que la vida es solo el presente. Estoy totalmente desprendido del ego personal y en busca de la felicidad por medio de cosas sencillas y simples”. A reglón seguido, y como si estuviera en la disputa de un título mundial de improvisación, suelta unas palabras que desconciertan. Autoestima, pensarán unos; soberbia, pensarán otros. Es la realidad, dice él.

“Soy uno de los tres improvisadores más grandes de la historia del freestyle en Latinoamérica. Todo lo que se ve hoy en esta escena es gracias al trabajo que hice en parte. Todos los que improvisan y que hablan español, todos, absolutamente todos, fueron influenciados por mí. De mi generación ninguno es capaz de hacer lo que hago. Ninguno tiene la valentía y las agallas de mantenerse lo suficientemente vigente para enfrentar cara a cara a todos los que influenciaron. Eso es lo que me convierte en una leyenda”.

En 2017 los organizadores de Red Bull Batalla de los Gallos —la competición de freestyle más importante de habla hispana— incluyó a Mcklopedia en la lista de “los capos más capos” en la historia de la competencia. Solo Chuty, Dtoke, Arkano y Aczino están en ese listado.

Pasó una década para que uno de los integrantes de la legendaria a agrupación de rap venezolano, Séptima Raza, se metiera de nuevo a la gallera. “A pesar de haberme retirado y de no haber ganado nunca, sigo siendo una leyenda”, reitera.

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No exagera. En diferentes escenarios los referentes actuales de esta rama del hip hop han manifestado su admiración por Ramses. Él aprecia el lugar que le dan, pero no se muerde la lengua para cuestionar. Para incidir. “El freestyle puede transformar a las personas a raíz de la nada; de la absoluta nada. Lo que pasa es que ahora se acostumbraron a aprender por el internet. Se vuelven improvisadores de Youtube. Yo aprendí en la calle. Tengo un aprecio, un respeto y un amor por lo que hago que es muy profundo. Para mí free no es hetero, es fundamental y trascendental. Pero ahora todo es desechable. Incluso los raperos y los seguidores. Aman a uno un día y lo destrozan al día siguiente. No pertenezco a esa escuela. Entiendo el valor de lo que significan dos personas paradas, en la mitad de la calle, improvisando para cambiar el mundo sin esperar nada a cambio”.

La discusión sobre si Mcklopedia es o no el mejor improvisador de todos los tiempos es, en últimas, insuficiente. Innocua. El rap, como todas las artes, es subjetivo. Hay a quienes les gustan esas punchlines (línea atrevida o metafórica que se utiliza para culminar una estrofa, una canción o una improvisación) reflexivas y casi que habladas. Otros prefieren lenguas más afiladas, agresivas y efectistas. Nadie discute, eso sí, que el rapero de 33 años es una de las voces más autorizadas para hablar del duro momento por el que pasa el hip hop en Venezuela.

“La crisis obligó a las figuras con cierto protagonismo a emigrar para poder avanzar. Y eso ha hecho que los free que siguen en Venezuela tengan ese deseo loco de participar y de competir porque ven allí una posibilidad de salir del país a través de las batallas. La cosa no es fácil, porque actualmente en Venezuela prácticamente no existen eventos relacionados con el freestyle. No hay recursos para hacerlo”, dice.

En este sentido, Gaviria, el MC venezolano que este año será jurado en la final nacional de Red Bull Batalla de los Gallos en Colombia, dice que “hoy la gente está más concentrada en buscar cómo comer que en apoyar eventos hip hop. Los jóvenes están saliendo de Venezuela para probar suerte en otros países. Eso ha hecho que el nivel del free venezolano se estanque. La adaptación cultural en otros países ha llevado a mejorar las estructuras”, dice. También le puede interesar: Diana Avella: La jueza de la gallera

“El hip hop como elemento no puede tener relación con un gobierno, porque es una corriente cultural. Lo que cambia es la relación de los exponentes de rap con el gobierno de Venezuela. En ese sentido cada rapero ha decidido tomar diferentes vías para manifestar su pensamiento con relación al gobierno venezolano. Algunos, la mayoría, son progobierno. El gobierno les dio su casa, su carro, su caja de comida. Otros no seguimos ese camino (…) la crisis no ha hecho que el freestyle resurja. Siempre ha estado allí. Lo que cambian son los contextos, pero el free no dejó de estar nunca. Existe un aislamiento por el tema económico, pero eso no quiere decir que la gente haya dejado de improvisar en la calle”, agrega Mcklopedia.

Sobre lo que pasó en Puerto Rico, en donde una movilización ciudadana liderada músicos de ese país terminó por presionar la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló, Mcklopedia reflexiona: "Felicito a los artistas y siento envida. Envidia porque me gustaría que en Venezuela pasara lo mismo, pero desafortunadamente no se puede porque los jovenes terminan con perdigones disparados en la cara".

¿Cómo aporta el arte a la resolución de las crisis?, le pregunto al venezolano con ganas de encontrar una respuesta romántica. El pragmatismo del rapero es más poderoso.

El arte es incapaz de aportar soluciones a la crisis, porque lamentablemente el arte ha sido transformado como concepto. En la actualidad las figuras del entretenimiento se hacen llamar artistas, pero en realidad no lo son.

El arte es la manifestación del alma humana más allá de lo que esperas a cambio. Los “artistas” están esperando siempre algo a cambio. Entonces es muy difícil cambiar una sociedad desde el arte cuando tú tienes aspiraciones personales que van relacionadas. El mal llamado artista tendría que entregar todo su talento para dejar que los individuos crezcan de forma genuina y transparente. Sin la ayuda de gurús o mentores”.

¿Cómo era la relación de los freestylers con Chávez y cómo es ahora con Maduro?

Como la relación de todos los países latinoamericanos que no entienden cómo es esta corriente cultural y no entienden un sope de nada. Una relación basada en el interés de los políticos para permear a los jóvenes por medio de esta música y de una forma populista y carente de profundidad. Pero eso no es solo en Venezuela, es en general. Todos los políticos de Latinoamérica en general a los raperos nos ven como bufones o payasos.