Hace más de medio siglo, una pintura de la Virgen con el Niño fue robada de un museo en el norte de Italia. Sin dejar rastros, el paradero de la obra permaneció desconocido, hasta que algunos años atrás apareció en Gran Bretaña, en manos de una mujer.
El cuadro había sido adquirido en 1872 por el Museo Cívico de Belluno, donde permaneció hasta 1973, cuando fue robado junto con otras piezas. Aunque varias de estas obras fueron recuperadas en Austria, la pintura de la Virgen con el Niño no estaba entre ellas. Se descubrió que había sido adquirida por el exmarido de Bárbara de Dozsa, quien la compró en el mismo año del robo, sin saber que provenía del museo.
Hasta su divorcio, la pareja conservó la pintura en su casa del siglo XVI en Norfolk, un condado de Inglaterra. Sin embargo, en 2017 se descubrió que la obra estaba bajo la posesión de Dozsa, cuando intentó venderla a través de una casa de subastas. Un contacto vinculado al museo de Belluno identificó la pintura, que figura en la lista de “las más buscadas” por las fuerzas policiales, incluidas Interpol y los Carabineros italianos.
A raíz de los retrasos ocasionados por el confinamiento por la pandemia de Covid-19, las autoridades italianas no pudieron proporcionar los documentos necesarios solicitados por la policía británica, por lo que el cuadro fue devuelto a Dozsa en 2020.
The Guardian, que ha hecho seguimiento al caso, consultó a Christopher Marinello, un abogado especializado en arte, ha intentado en varias ocasiones persuadir a Dozsa para que devuelva la pintura a su legítimo propietario. Sin embargo, la defensa de la mujer se ha amparado en la Ley de Limitaciones de 1980, que establece que alguien que compra bienes robados puede ser reconocido como propietario legal si la compra no estuvo relacionada con el robo, después de transcurridos más de seis años.
Marinello explicó: “Su primer argumento fue que, cuando la policía británica le devolvió el cuadro, le otorgaron un título válido. Así que escribí a la policía y me enviaron una carta formal aclarando que ‘de ninguna manera le transferimos el título de propiedad del cuadro’”.
Carlo Cavalli, miembro del Museo de Belluno y consultado por el medio ya mencionado, también se comunicó con Dozsa y le dijo: “El hecho de que te hayan devuelto el cuadro no significa que tengas el título de propiedad”. Ante esto, Marinello sugirió que la mujer podría devolver la pintura, ya que pertenece a Belluno, ciudad italiana de la que proviene su propia familia.
Sin embargo, Dozsa parece no tener intención de devolverlo. Aunque en un momento había indicado que devolvería la pintura a cambio de un reembolso por el dinero que pagó para resolver el lío legal, aparentemente cambió de opinión.
Según Marinello, “su exesposo no pudo haber pagado más de unos pocos cientos de libras en 1973. Ahora, la obra vale entre 60.000 y 80.000 libras esterlinas. Ella se niega a cooperar a menos que le paguen el valor completo, pero nunca podrá vender el cuadro. Ninguna casa de subastas legítima lo tocará jamás... Los Carabineros lo tienen registrado en su base de datos y nunca lo eliminarán. En cuanto el cuadro llegue a Italia, será confiscado”.
Por su parte, la policía de Norfolk declaró: “La UKCA [Autoridad Central del Reino Unido] ha recomendado a la policía de Norfolk que entregue el cuadro a la señora de Dozsa, dado que han pasado varios años y no ha habido respuesta de las autoridades italianas respecto a la investigación. Hemos devuelto el cuadro, pero como policía, no lo haríamos en calidad de tribunal en cuanto al otorgamiento del título legal del cuadro”.