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A Santiago Jiménez Quijano le preocupan aquellas obras que se quedaron atrás debido a los años perdidos en que no leímos lo suficiente. Le preocupa el caos, pero no por caer en él, sino porque a veces olvida que la literatura es un intento por darle sentido al desenfreno. Sus letras tienen la fuerza de una explosión y su resultado es un aturdimiento cuando entendemos que pertenecemos a una sociedad convulsa, que le da prelación a lo inmediato y que olvida con la misma facilidad con que se deja impactar.
Hemos normalizado la atrocidad, y de esa atrocidad nace una sociedad macabra, que consume amarillismo y condena el día de la noticia al personaje de buena familia que abusó, torturó y asesinó a un ser indefenso. Y pasan los dias y olvidamos la monstruosidad. Pero más que olvidarnos, la legitimamos. Y legimitar lo monstruoso y lo macabro es enfermar las calles y enviar a la impunidad el dolor. Los vacíos quedan y de agujeros nos vamos llenando. Y hacemos del sufrimiento un espectáculo, una primicia, un rol de luces, cámaras y acción. Deshumanizamos con cada paso y cuando hablamos de recuperar ese lado humano, nos confrontan, nos subestiman y se mofan.
Un reflejo de esa sociedad convulsa se refleja en la narrativa de Jiménez Quijano, un ser humano que supo ver en el acontecer nacional un alto valor de lo trágico. Observó con distancia e imparcialidad el comportamiento de una comunidad que ha legado una convivencia violenta y que la normalizó tanto que muchos nos asombramos ante una muestra de honestidad y civismo, como si fuera una quimera el buen comportamiento en las calles y con los otros.
“Se trata de una novela bien escrita, que con altura literaria aborda un tema difícil, de la violencia urbana, bastante conmovedor”, dice parte del acta del jurado, integrado por Pilar Quintana, Rigoberto Gil y Umberto Senegal.
El autor de Otra menos, novela que será presentada esta tarde en el Gimnasio Moderno, no pretende ser dueño de una verdad y de un modo de observar nuestro comportamiento. Justamente su literatura, o el modo en que concibe la literatura, es un modo de dar sentido, de acercarse a las razones intrínsecas del azar e intentar responder a los destinos que parecen inciertos pero que resultan ser determinados.
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Con la presencia del ganador del concurso, el escritor Santiago Jiménez Quijano, y de la editora Bibiana Bernal, se llevará a cabo el lanzamiento de la novela. El Espectador distribuirá, a principios de diciembre, tres mil ejemplares de la obra ganadora, a un precio de $19.900.