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Rodrigo Rodríguez dice que reabrir una sala de teatro es muy diferente a reabrir una bomba de gasolina: cuando las personas saben que necesitan el servicio o el producto, lo buscan. “Nosotros lo hicimos con la certeza de la pérdida”, comentó el director de la Fundación Ditirambo, mientras enumeraba problemas: el poder adquisitivo de las personas después de una pandemia, la falta de público y la sensación de inseguridad al salir a las calles. Ha tenido que conversar en más de una ocasión sobre el miedo al salir de una función en la noche (caminar hasta Transmilenio, subirse a Transmilenio, bajarse de Transmilenio) y las reducidas alternativas de transporte: no siempre hay dinero para pagar un taxi.
Rodríguez habló para El Espectador debido al informe sobre el producto interno bruto de Colombia publicado por el DANE en abril. Hay un renglón llamado “actividades artísticas, de entretenimiento; actividades de los hogares” que indicaría que el sector creció; es decir, que estamos mejorando. Y sí, pero ese crecimiento aún no corresponde a las necesidades.Primero, el renglón en cuestión y sus cifras no se deben leer a la ligera, pues no incluye todas las actividades artísticas, como el teatro, por ejemplo, pero sí otras que no tienen mucho que ver con el sector cultural.
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Juan Daniel Oviedo, director del DANE, explicó para este diario que entre estas actividades están incluidas varias ramas y subramas. Las “actividades artísticas, de entretenimiento, de recreación y otras actividades” tuvieron un crecimiento del 37,1 %, pero dentro de este renglón hay otras con pesos distintos.
La más pesada es, en este caso particular, la que mide los juegos de suerte y azar, sobre todo los de internet. Durante la pandemia, la venta física de lotería quedó prohibida, así que las personas comenzaron a apostar en línea y esto ha ido aumentando. Este sector es el más pesado del renglón; es decir, estas prácticas le aportaron un 25,3 % a ese 37 %.
El siguiente rubro son todas las actividades deportivas: se abrió la taquilla de los estadios para el fútbol, los equipos que han participado en actividades internacionales como la Copa Libertadores han recibido grandes ingresos, además de que allí también entran los clubes sociales, que cerraron en pandemia. Este subrenglón tuvo un crecimiento del 77,6 % y aportó 7,8 puntos porcentuales.
El tercer sector se llama “otras actividades de servicios personales”, como funerarias, lavanderías y peluquerías. Según Oviedo, este sector cayó por una razón atribuida a la pandemia: nos estamos muriendo menos. En el primer trimestre de 2021, el pico de mortalidad fue muy alto y las funerarias facturaron muchos ingresos. Este año, la caída fue del -14,1 %.El cuarto renglón se llama “actividades creativas, artísticas y culturales”. Este tuvo un crecimiento del 365,1 %: conciertos, espectáculos culturales, presencialidad parcial en la Feria de Manizales, Carnaval de Barranquilla y Festival de la Leyenda Vallenata, pero es una cifra que se debe leer en comparación con la fortísima caída que hubo en 2020.
Cuando regresamos a este año, durante el mes de abril, la contracción fue del 43 %; una afectación justificada por la cancelación del Estéreo Picnic, el Festival Iberoamericano de Teatro y muchísimas actividades culturales más. Esto nos llevó a estar prácticamente en ceros, así que solo tuvimos un crecimiento del 7 % entre abril de 2020 y abril de 2021.Hay un 365% de crecimiento entre 2021 y 2022, y sí, esto significa que hemos avanzado, pero aún no hay una recuperación plena.
El Espectador se contactó con varios integrantes del sector para contrastar las cifras explicadas por Oviedo. Aunque estos números anuncian buenas noticias, la mezcla de algunas actividades, además de las que se analizan en renglones diferentes (que también se explicarán en este texto), terminan por dar lugar a la pregunta de si la cultura se está recuperando en realidad.Este año, la oferta de conciertos no ha parado: artistas internacionales, locales y anuncios de más fechas y ciudades. Gabriel García, CEO de Sueño Estéreo (Páramo Presenta, Isla Presenta), contó que este 2022 hubo un boom excepcional de conciertos debido a los que quedaron represados a causa de la pausa por el covid, así que está totalmente alineado con la cifra que expuso el DANE: “En 2019 hicimos 27 eventos, en 2022 vamos a hacer más de 60 y más grandes, así que creceremos más del 200 % en cantidad de eventos y más del 300 % en asistentes a dichos eventos”.
Hay varias actividades que no se midieron en el renglón señalado: editoriales, librerías, cines. “Información y comunicaciones” es el sector encargado de medirlas.
Las “actividades cinematográficas, de video, producción y difusión de películas” reportaron un crecimiento del 489,5 % de los ingresos en abril de 2022, pero, de nuevo, hay que tener en cuenta que esta es una comparación con el mismo mes del año anterior, así que, a pesar de la cifra, los cines no han regresado a los números que habían alcanzado antes del covid.A las salas de cine está asistiendo el 50 % de la gente que iba antes de la pandemia. Estamos lejos de lograr que los colombianos retomemos o incluyamos el hábito de regresar a las salas. Así lo contó Pablo Umaña, gerente de Cinemark Colombia.
Un estudio de Fenalco, publicado por la revista Portafolio el 26 de mayo de este año, mostró la evolución de los motivos de los colombianos, en los últimos cinco años, para ir a los centros comerciales. “Uno de los aspectos que allí se señala es que bajó la intención de ir a cine, pasando del 15 % en el 2017 al 7 % en el 2022″, citó el medio de comunicación.”El crecimiento que señala el DANE es una comparación con el año pasado, así que, realmente, no hemos crecido. Estamos muy preocupados”, concluyó Umaña.
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Su postura, como la de muchos integrantes del sector, se explica con esta frase de Felipe González, director de Laguna Libros: “Sí, estamos mejor, pero no estamos bien. Aún no alcanza”.
Y aquí entra el capítulo de librerías en la medición del DANE, que también se ubica en “información y comunicaciones”, y se desagrega en “actividades de edición”, que tuvieron un incremento del 2,5 %: servicios de editoriales de libros por lanzamientos, contratos permanentes relacionados con simulacros de Pruebas Saber, Feria Internacional del Libro de Bogotá y otros elementos en los que hay una reactivación de productos de papelería, por el retorno de la presencialidad de la educación, los cuadernos, libros escolares, etc. En este caso, el crecimiento no es tan alto porque, por ejemplo, algunos periódicos han tenido una menor difusión de ejemplares físicos.
González reconoce que hay una reactivación, pero que al fijarse en las variables sobre la realidad de, por ejemplo, la industria editorial, la noticia no es para celebrar. “En Colombia hay una concentración muy alta de libros importados. Con la caída del peso, los libros nacionales quedaron muy competitivos y sí, están subiendo sus ventas. Hemos sido beneficiados, nos ha ido mejor, sobre todo por eventos como la Feria del Libro, pero el resto del año ha sido difícil, porque hay mucha gente que solamente compra un libro al año; es decir, en la feria. Soy optimista, pero no puedo ignorar que, por ejemplo, hay mucha dificultad para imprimir”.
La conclusión común, que comparte Juan Daniel Oviedo, es que la mejoría es notoria, la están aprovechando, pero aún trabajan al borde de un abismo. Se sienten frágiles. Esto, además, se debe a que, en el caso del teatro, las personas no lo han descubierto, no hay educación de públicos y, hablando de Ditirambo, no tienen figuras muy reconocidas, así que muchas veces Rodríguez ha optado por negociar: “Yo ofrezco dramaturgia, no farándula. Si no le gusta la función, le devuelvo el dinero”, pero hasta hoy, no ha tenido que devolver un peso. En el caso de las librerías, lo mencionó González: las personas no compran muchos libros al año, pero no solo por falta de hábitos, sino de recursos. Y en el caso del cine: el público está eligiendo a plataformas como Netflix, HBO, Disney+, Amazon Prime, etc., y no a las salas, lo que representa no solamente una gran herida para los distribuidores y exhibidores de películas, sino también para los realizadores y la industria en general, que produce enfocada en la reunión entre los espectadores y la pantalla grande.
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