Premio Alfaguara de novela para “Cien cuyes”, del peruano Gustavo Rodríguez

De 706 manuscritos, de los cuales 81 fueron enviados desde Colombia, el jurado del Premio Alfaguara eligió esta novela que reflexiona sobre la vejez y la dignidad al morir.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
19 de enero de 2023 - 03:38 p. m.
Gustavo Rodríguez también es autor del libro "Machistas con hijas", que se publicó en 2021.
Gustavo Rodríguez también es autor del libro "Machistas con hijas", que se publicó en 2021.
Foto: Archivo particular
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

“Tenemos presente que el corazón de nuestro trabajo son los autores. Este premio es uno de nuestros hitos del plan editorial de cada año y premiamos una novela que destaque entre las presentadas porque, entre otras cosas, se convertirá en uno de los grandes lanzamientos del año. La distribución del premio Alfaguara siempre es un desafío”, dijo Nuria Cabutí, CEO en Penguin Random House, antes de anunciar al ganador del premio, que se entrega con 175 mil dólares, una escultura del español Martín Chirino y la publicación de la obra en todo el territorio de habla hispana.

El jurado, compuesto por Claudia Piñeiro (presidenta), Javier Rodríguez Marcos, Carolina Orloff, Rafael Arias García, Juan Tallón y Pilar Reyes (con voz, pero sin voto), se reunió en pleno en el salón Puerta del Sol del Casino de Madrid en un acto moderado por la periodista Pepa Fernández.

Uno de los objetivos de la novela ganadora fue visibilizar una gran cultura como la que existe alrededor de los cuyes, roedores muy populares en Latinoamérica. “Qué bueno que la literatura sirva para cerrar grietas”, dijo su autor, el peruano Gustavo Rodríguez, autor de obras como República de La Papaya, Madrugada, Treinta kilómetros a la medianoche, entre muchas otras.

Le sugerimos leer: “El tiempo se hace líquido doblando papel”: Alexánder Rodríguez

Antes de dedicarse a la literatura, Rodríguez fue publicista: “Fue una apuesta audaz. Con el tiempo entendí que era un narrador que encontró en la publicidad una manera de conectar con el otro”, dijo, además de destacar que en sus libros siempre hay movimiento. “La gente siempre está en traslado y eso le añade un hálito dinámico a la literatura que escribo. Me he nutrido de la palabra impresa, pero también del arte audiovisual”.

Según él, escribió “Cien cuyes” para empezar a hablar de la muerte con más naturalidad y frescura. Está convencido de que de la muerte se habla menos que del sexo y cuando menos se habla de algo, más se forja en el interior. “Hay que hablar de eso y de la dignidad de ese momento. Quiero pensar en el tramo que viene y eso incluye al final, incluye la muerte”, agregó.

La editora colombiana Pilar Reyes destacó que desde 2006 no se elegía a un peruano como ganador del premio y celebró este hecho, además de sumarse al agradecimiento del jurado, que insistió en la risa que la novela suscita. “Gracias por traer el humor al centro del escenario. Gracias, además, por ese tratamiento del cuerpo, por hablar del pelo del cuerpo, de lo que pasa en el cuerpo y hacer de eso literatura”, dijeron los integrantes del jurado que, además, destacaron la mezcla de ternura y humor negro para defender la dignidad de las personas mayores. Para ellos, Rodríguez es un autor que habla del tiempo en el que escribe.

Podría interesarle: Director del Museo Nacional responde a polémica por queja de ciudadana francesa

“Me considero un autor muy intuitivo. Soy un animal que escribe y la aproximación al cuerpo no la tenía muy consciente, pero sí del tono que debía tener la novela. Este asunto hace que esta novela tenga el factor x. Quise, además, o cuidé, que no terminara siendo cursi. Eran ancianos hablando de despedidas, así que podía ser melodramático, pero el uso del humor negro ayudó a contrarrestar la cursilería”, agregó Rodríguez a su conversación con periodistas y el jurado del premio, además de confesar que recurrió al humor porque “no se puede entrar a estos temas sin la risa. Estamos convirtiendo en objetos a las personas y le tengo mucho temor a eso. Es algo tan desagradable que si no le entramos a través del humor, nos genera rechazo”.

También reveló que le preocupaba cuando alguien le decía que se había divertido con sus obras, pero que era un asunto que ha ido cambiando a lo largo de su vida. “No sé cuando se dictaminó que la cultura debía ser aburrida. Cuando alguien me dice que se divirtió con mi novela, me queda un sinsabor, pero es que soy así: los tipos como yo que no son muy atléticos o guapos deben recurrir a otras cosas, y yo lo hice con el humor. Diferencio mucho la humorada del humor, con la experiencia eso se aprende, pero, además, uno se vuelve más seguro de sí mismo. Confieso que ya no me quita el sueño si alguien me dice que se divierte o no”.

Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖

La escritora e integrante del jurado Claudia Piñeiro le preguntó al autor: “La novela trabaja sobre la memoria y esta idea de que cuando muere una persona un mundo desaparece, nos llamó mucho la atención. Nos interesa mucho este tema. ¿La cuestión de la memoria surgió sin querer? Y te lo pregunto porque mencionaste lo de la intuición al escribir”, a lo que el escritor respondió: “Salió sin querer, pero para mí la memoria es el principal insumo de todo escritor. Es la materia prima de la que extraemos temas. Los personajes de mis novelas siempre recuerdan y reflexionan sobre lo recordado. La memoria es el hidrógeno en mi atmósfera literaria”.

Para Rodríguez, no existe un comunicador que no desarrolle la empatía. Dice que los novelistas tienen que ejercitarse para ponerse en el papel de los otros, sobre todo porque deben hacer creíbles sus relatos.

Además del premio Alfaguara, el peruano recibió el Premio Mejor Comunicador en Responsabilidad Social 2014, otorgado por el Colegio de Abogados de Lima; fue Finalista del Premio Planeta-Casa de América 2009 por La semana tiene siete mujeres; obtuvo un reconocimiento por su aporte creativo al país por Indecopi 2002 y recibió la medalla de la ciudad de Trujillo 2015.

Podría interesarle leer: “Todo sobre mi madre” y la maternidad y transexualidad y la feminidad

“La gran mayoría de escritores de mi país están escribiendo no ficción, sobre todo por la situación del Perú en este momento, y creo que es comprensible. Eso no puede estar ausente en las búsquedas literarias de la ficción. Me atrevería a decir que la literatura peruana es muy diversa y me siento corto para ubicarla en un diagrama. Se está dando el fenómeno de escritoras mujeres que comienzan a tener visibilidad. Creería que es una paleta muy compleja, casi tanto como nuestra sociedad”, dijo el escritor cuando se le preguntó por los intereses de los escritores peruanos en la actualidad.

Sobre el título de la novela y su referencia al cuy, el autor aseguró: “La Lima de turismo es criolla y tiene raíces hispanas con vista al mar, pero sabemos que es la ciudad andina más grande del mundo. Para mí es importante el respeto que le han tenido al título: simbólicamente es muy grande. Antes de que se diera el mestizaje, esta cultura sobre el animal y su simbología ya existía. Me alegré mucho cuando me enteré en los supermercados comenzaron a vender cuy embolsado. Esa fue una señal de que a esos lugares llegó el abrazo de dos culturas que se ven con suspicacia. En la medida en que la lima abrace el término “cuy” con familiaridad, iremos colisionando culturas”.

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.