Silencio. Ella está sola y a la vez no lo está. La mujer, Raquel, nos habla de Rick, su esposo muerto. Pero él está allí, en la sala, amortajado, “muerto”, aún presente, respondiéndole, conversando con ella, ayudándola a recoger los platos, a recordar, a contar su historia. Como una sombra sin rostro, gracias a las bondades que nos da el teatro al poder traer con nosotros a los que no están ya en este plano. Ahí están Rick y Raquel, en medio de su casa.
Eventualmente la sombra del esposo se disuelve en el mundo del recuerdo, donde debe estar, la bella Raquel se levanta y prepara su día, cuando un hombre joven, desconocido y de carne y hueso llega a su puerta. ¿Es un amigo o una amenaza? Raquel no lo sabe, después de una corta charla el hombre la toma como rehén y, entre ese instante y el final de la función, ambos revelarán sus secretos a un público que atentamente se hace cómplice en esta historia. ¿Sobrevivirá Raquel? ¿Cuál es el objetivo de este secuestrador que en un inicio fue tan amable? Solo el apagón final de las luces lo revelará.
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Raquel muestra la búsqueda artística que hace tiempo tiene Teatro Estudio 87 y Moisés Ballesteros, dramaturgo y director de la obra, de romper la realidad teatral y evidenciar, sin perder el hilo ni la potencia, los trucos del teatro en plena función. Aunque usualmente en otras de sus obras esto venía con apartes y monólogos al público, aquí la apuesta es distinta.
Desde pequeños detalles, Teatro Estudio 87 está encontrando en este montaje un balance entre la vida que les pasa a los personajes en el escenario y la evidente realidad: no están solos; existe un público que desde las sombras los ve, se sorprende y reacciona a lo que pasa en escena, a sus palabras y acciones. Con gestos de aprobación, guiños a la risa nerviosa de alguien, secretos susurrados, anotaciones entre ellos sobre el orden de la historia, incluso movimientos que pueden salir bien, o mal, y ser repetidos inmediatamente si es necesario; Luisa Acuña Quintana (Raquel) y Cristian Gil (Rick, el joven y el policía) nos incluyen de manera consciente en el mundo de los personajes sin salirse de él, nos vuelven parte del espectáculo desde una complicidad juguetona. Tan juguetona que, al salir de la función, las dudas que nos llevamos a casa están cargadas de una curiosidad casi inocente: ¿cuántas “anomalías” que vi hoy en escena han sido ensayadas? ¿Qué tanto de esto fue planeado? ¿En verdad alguien tuvo un accidente o caí en un engaño? ¿La obra es así o la modificaron por algo que hicimos como público? ¿Qué era parte de la historia? ¿Todas las funciones serán así? Posiblemente no, y eso tal vez es algo de lo que la hace más especial, como todo en el teatro cada función es única y pasa solo una vez.
La forma de resolver esas dudas, para mí, es volver a verla, mientras eso pasa, por ahora en el fondo de La Bohemia, casa cultural, en un escenario muy íntimo se ubicará su hogar, el de Raquel y Rick, que esperan a que el público vaya a verlos y descubran en qué va este drama contemporáneo.
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La compañía
Con más de 10 años de trabajo artístico ininterrumpido, Teatro Estudio 87 ha logrado consolidarse en la escena bogotana como una compañía independiente de teatro de texto preocupada por la realidad colombiana y por los procesos de creación contemporánea. Durante estos 10 años de trabajo el equipo creativo ha tenido la oportunidad de tener una importante circulación nacional e internacional con funciones en festivales de México, Chile, Perú, Alemania, España, Francia y Polonia.
Dato curioso
Raquel es una adaptación del cuento “Radicales libres”, de la escritora canadiense Alice Munro, ganadora del Premio Nobel de Literatura en 2013.
Datos prácticos
¿Dónde?: Raquel se presentará en Casa La Bohemia: Carrera 22 # 50-83 (Bogotá).
Cuándo: del 17 al 27 de febrero, funciones de jueves a domingo a las 8:00 p.m.