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Reabren al público las cuevas sudafricanas llamadas la “cuna de la humanidad”

Adentrarse en las cuevas de Sterkfontein, reabiertas esta semana en Sudáfrica, significa seguir las huellas de antepasados de más de un millón de años en un yacimiento llamado la “cuna de la humanidad” por la cantidad de fósiles de Australopithecus que ha proporcionado.

Hillary Orinde

18 de abril de 2025 - 04:48 p. m.
Las cuevas de Sterkfontein fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999.
Foto: AFP - EMMANUEL CROSET
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Sentado sobre sacos de arena, Itumeleng Molefe remueve tierra con un cepillo en busca de claves ocultas en este sitio declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Cerca de él, los visitantes se maravillan con las estalactitas de millones de años que cuelgan del techo.

Ubicadas 50 km al noroeste de Johannesburgo, las cuevas fueron cerradas hace unos tres años por una inundación y reabrieron el martes con una nueva experiencia, al acercar a los turistas a la acción científica.

El complejo se ubica dentro del Sitio Patrimonio Mundial Cuna de la Humanidad, una rica fuente de objetos y osamentas de estudio para paleontólogos desde su descubrimiento. “Mi meta es encontrar aquí huesos importantes”, comentó Molefe, de 40 años.

Su hallazgo más preciado desde que se unió a la excavación en 2013 es el hueso de mano de un humano antiguo. Su padre integró el equipo que reveló el hallazgo más famoso de Sudáfrica en las cuevas, un esqueleto llamado “Pie Pequeño”.

El nombre se deriva del tamaño de los huesos encontrados en los años 90 y es el espécimen más completo de un ancestro humano hallado hasta ahora, calculado entre 1,5 y 3,7 millones de años. Pie Pequeño procede de una rama de la familia humana llamada Australopithecus (simio del sur), considerada antecesora de los humanos modernos, con una mezcla de características simiescas y humanas.

“Esta reapertura representa una evolución importante en cómo compartimos la historia de los orígenes humanos”, indicó Nithaya Chetty, decano de la facultad de ciencias en la Universidad de Witwatersrand, que administra las cuevas y el museo aledaño. “Los visitantes ahora tienen oportunidades únicas de interactuar con la ciencia y la investigación vivas, todo ocurriendo en tiempo real”, comentó el profesor.

Antes de la pandemia del Covid-19, las cuevas recibían hasta 100.000 turistas por año. El cierre dejó una sensación de tristeza, comentó Dominic Stratford, profesor de arqueología de Witwatersrand, al recordar los buses de niños de escuela que llegaban. “Todos sentimos que algo faltaba”, declaró.

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En el museo se instaló una exhibición temporal de fósiles donde los visitantes podrán ver a la “Señora Ples”, el cráneo más completo de un Australopithecus africanus, encontrado en 1947 en Sudáfrica.

Trevor Butelezi gesticula hacia un pasaje que lleva a un lago subterráneo mientras guía a unos visitantes por los 2,5 km de cuevas. “Realmente es una hermosa cavidad”, dijo el guía turístico de 34 años, cuya voz rebota suavemente por las paredes.

“África da origen a la humanidad y eso no es algo menor”, expresó parafraseando una cita del paleontólogo sudafricano Phillip Tobias. Por ahora, quienes quieran ver a Pie Pequeño original deberán esperar hasta septiembre. El esqueleto, que requirió dos meses para ser desenterrado y ensamblado, solo se exhibe en ocasiones especiales.

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Por Hillary Orinde

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