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La escritora irlandesa Sally Rooney recibió una fuerte advertencia por parte del Gobierno británico esta semana. Recientemente, la autora había anunciado que donaría parte de sus ganancias por regalías de libros y adaptaciones televisivas de sus obras a “Palestine Action”, una organización dedicada a apoyar el fin de la guerra en Gaza.
Sin embargo, desde julio de este año, esta organización fue catalogada como “terrorista” en el Reino Unido después de haber adelantado acciones de protesta que les ganaron la desaprobación del gobierno. Entre ellas estuvo la vandalización de dos aviones en una base militar de la Real Fuerza Aérea Británica (RAF, por sus siglas en inglés) y el bloqueo de la entrada de la sede de la empresa de defensa israelí Elbit Systems, en Bristol.
Por eso, cuando la escritora anunció que apoyaría a esta organización, Downing Street recordó que “apoyar a una organización prohibida es un delito según la Ley de Terrorismo” y que, ante la materialización de lo expresado por Rooney, la policía “aplicaría la ley”. Al mismo tiempo, aprovechó para hacer un llamado al público general para cesar todo tipo de apoyo a este grupo.
Ante la provocación, la escritora, reconocida por obras como “Intermezzo” y “Gente Normal”, reiteró su apoyo a la organización. “Quiero dejar claro que pretendo usar estos ingresos por mis obras, así como en general la plataforma pública que tengo, para apoyar a Acción Palestina y a toda acción directa contra el genocidio de cualquier modo que pueda. Si el Estado británico considera esto ‘terrorismo’, quizá debería investigar a las organizaciones sombrías que siguen promoviendo mi trabajo y financiando mis actividades, como WH Smith [la cadena de librerías del Reino Unido] y la BBC”, escribió este fin de semana en el diario The Irish Times.
Este caso se enmarca dentro de otros que han enfrentado consecuencias legales por apoyar a esta organización. Como aquellos de la detención masiva de personas que ocurrió a comienzos de este mes durante una protesta frente al Parlamento Británico. Allí, más de 15.000 personas se concentraron para expresar su apoyo a “Palestine Action” y para reclamar acciones concretas que contribuyeran al fin de la ofensiva israelí. Sin embargo, la jornada terminó con el arresto de más de 700 personas, algunas de las cuales ya han sido procesadas y enfrentan varios años de cárcel.
Ante estos casos, el gobierno de Keir Starmer fue enfático en que existía una diferencia “entre mostrar apoyo a una organización prohibida” y “protestar legítimamente”.
El apoyo a Sally Rooney
La embajadora de Palestina en Dublín, Jilan Wahba Abdalmajid, destacó que Rooney está usando su voz para denunciar las violaciones del derecho internacional y los derechos humanos en su país. “Espero que estos llamamientos se traduzcan en acciones prácticas que detengan los horrores que estamos presenciando perpetrados por Israel en Palestina; que detengan el genocidio y el desplazamiento forzado, y que pongan fin a la ocupación israelí“, subrayó la diplomática.
Por otro lado, otros intelectuales como Naomi Klein, Angela Davis o Judith Butler, entre muchos otros, emitieron recientemente una carta abierta en la que exhortaban al gobierno de Starmer a levantar la calificación de “organización terrotista” a “Palestine Action”, al igual que a respetar el derecho a la protesta.