Selma Lagerlöf: entre lo fantástico y lo cotidiano

“La alegría es pena que se disimula; sobre la tierra no hay más que dolores”, Jerusalén.

Esta escritora sueca fue la primera mujer en ganar el Premio Nobel de Literatura y ese hecho la convierte en una pluma transgresora, y también fue de las primeras en Suecia en luchar por los derechos al voto de las mujeres; fue la primera mujer en pertenecer a la Academia Sueca; impulsó numerosos movimientos feministas y, a comienzos del nazismo, ayudó a varios judíos en Alemania a llegar a Suecia, entre ellas la escritora Nelly Sachs, quien muchos años después también ganó el Nobel y en el discurso agradeció a Logerlöf por su ayuda.

Sus letras amalgamaron lo fantástico y lo cotidiano con elementos cristianos, de una manera original y novedosa. Stefan Bollman afirmó que esa mezcla de lo racional y místico, en la obra de Lagerlöf, fue una tendencia de ánimo que se caracterizó por nuevas formas de expresión que, de alguna manera, buscaron justificar positivamente los cambios abruptos del fin del siglo (Women who Write are Dangerous, Abbeville Press Publishers, 2007 p. 84).

En efecto, su obra fue considerada precursora del Modernismo de principios del siglo XX, ya que yuxtapuso elementos sobrenaturales con la vida rural cotidiana en Suecia. Sus cuentos infantiles fueron también para adultos y sus novelas tuvieron un toque narratológico moderno que destacó la identidad sueca.

Selma Ottilia Lagerlöf nació el 20 de noviembre de 1858 en Mårbacka, Suecia, en el seno de una familia acomodada, cristiana, que vivió en una granja. Nació con un problema en la cadera que le impidió jugar y disfrutar de juegos infantiles. Su familia tenía una buena biblioteca y desde muy pequeña cambió las actividades exteriores por la lectura. Dijo que sus grandes inspiradores fueron Hans Christian Andersen, los hermanos Grimm, Alejandro Dumas y Walter Scott y su abuela, con quien pasó muchas horas del día escuchando sus relatos ancestrales de la historia sueca. Eso, junto al ambiente rural de su infancia y adolescencia, la nutrió de mitos, leyendas y relatos populares que luego usó en su creación literaria. Se formó como maestra en la Escuela Normal de Estocolmo; trabajó diez años como maestra en Landskrona y fue durante esta época que empezó a escribir. Luego se involucró con movimientos feministas. En 1895 recibió una beca para poder dedicarse de lleno a la literatura. Viajó por Alemania, Italia y Palestina. Escribió trece novelas de temáticas variadas, como historia y geografía de Suecia, los judíos y la discriminación a lo largo de la historia, relatos místicos, novelas románticas, de viajes y unos treinta cuentos infantiles. Muchas de sus novelas y relatos para niños han sido llevados al cine o adaptados para el teatro. Ganó el Premio Nobel de literatura en 1909. Murió el 16 de marzo de 1940.

Entre sus obras más populares destaco: Jerusalén (1901-1902), una novela cuya trama se centra en un grupo de personas provenientes del sector rural sueco que viaja a Tierra Santa en busca de una vida más espiritual. La narración da cuenta de las personas: agricultores, el pastor, una familia rica y poderosa, el maestro de la escuela, un comerciante, un posadero. La acción espiritual de la novela se centra en el conflicto del idealismo decimonónico, con la impulsividad. Jugó con lecciones morales, la vida cotidiana y las leyendas populares. Criticó la manera como las personas se acercaron a la iglesia y a Dios, pero al mismo tiempo las justificó, debido al entorno en el que vivieron: “La gente de esa parroquia se aferró a sus viejas costumbres y hábitos, uno de los cuales era la asistencia regular a la iglesia los domingos; todos iban, incluso en el clima invernal más severo; con el termómetro a veinte grados bajo cero en el exterior. Por eso asistían tantos, porque habría sido insoportable para el ser humano sentarse en la iglesia sin calefacción si no hubiera estado abarrotada de gente hasta las puertas”.

Tal vez su obra más conocida que se sigue imprimiendo en muchos idiomas hasta nuestros días y se ha representado en el cine y en la televisión en varias ocasiones es El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia (1906), que relató las aventuras de un niño llamado Nils, que se transformó en duende y viajó a lomo de un ganso a lo largo de todo Suecia. El viaje sirvió al duende para aprender lecciones sobre la amistad, el respeto hacia los demás y la necesidad de responsabilizarse de sus actos. Las aventuras en las que se vio implicado Nils estuvieron llenas de comicidad y suspenso, pero al mismo tiempo fueron lectivas, ya que dialogaron con reflexiones sobre la relación de los humanos con la naturaleza y los animales: “Los animales son más sabios de lo que creemos, y a menudo tienen mucho que enseñarnos”. El hogar de los Liljecrona (1911) es una novela romántica; El escrito en piso de tierra (1933) es una narración fragmentada con relatos de los judíos alemanes afectados por el exilio. La prosa combina elementos de la realidad política con lo espiritual y místico.

El legado de Selma Lagerlöf contiene una fecunda producción literaria con aparatos narrativos modernos y, al mismo tiempo, tradicionales, moralistas y costumbristas, junto a una herencia de lucha por los derechos de las mujeres y un referente en las letras universales.