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Aves migratorias, provenientes de Estados Unidos y Canadá (imagen de referencia).
Foto: Pixabay
El pájaro que desde su jaula encarna a mi abuelo le canta a mi abuela. Hablan. Pelean como cuando mi abuelo no era un pájaro, sino un señor delgado, vestido con camisa de cuadros.
La última vez que vi a mi abuelo, cuando era un señor y no un pájaro, tenía un trozo de pescado en la comisura de la boca. No lo notaba porque la furia inundaba todos sus sentidos. Quería matar a su yerno, mi papá. Agarró el cuchillo del almuerzo, el mismo con el que había cortado la carne blanca que, a medio comer, colgaba de su rostro, dispuesto a apuñalarlo por coquetear con su esposa. Sus ojos siempre fueron negros, pero ese día estaban hechos más carbón que antes.
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Por Daniela Cristancho
Periodista y politóloga de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en resolución de conflictos. Fue practicante en la Jurisdicción Especial para la Paz y en el diario The Miami Herald. Considera que la cultura es un camino de construcción de paz.@danielacsidcristancho@elespectador.com