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Juan Dapo: “Somos estúpidos y somos ‘nerds’ y a veces más una cosa que la otra”

“Estúpido Nerd”, un pódcast sobre series, películas, videojuegos y “otras cosas ñoñas”, conducido por Juan Dapo y Diego Argüello, superó recientemente los 300 episodios. Así es como han logrado construir este proyecto en el que la cultura pop es la protagonista.

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Santiago Gómez Cubillos
20 de junio de 2025 - 01:00 p. m.
Juan Dapo (foto) y Diego Argüello comenzaron a grabar “Estúpido Nerd” en 2017.
Juan Dapo (foto) y Diego Argüello comenzaron a grabar “Estúpido Nerd” en 2017.
Foto: Cortesía
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¿Cuál fue el espíritu con el que nació “Estúpido Nerd”?

Yo escuchaba mucho pódcast y un día le dije a Diego: “¿Por qué nadie ha hecho el mejor pódcast del mundo?”. Entonces entrevisté a un mimo. Después de eso pensé: “¿Y si mejor hago algo de verdad?”. La idea surgió al ver que, en ese momento, en España y en los pódcast en inglés ya existían programas sobre cultura pop, con personas conversando entre amigos. Pero en Latinoamérica no había nada parecido. Entonces me puse a pensar: ¿con quién siento que puedo hablar de cualquier cosa cuando lo necesite? Y pensé en Diego. Así nació la idea, y con el tiempo, “Estúpido Nerd” se fue convirtiendo en lo que es hoy.

Uno de los grandes retos de un proyecto como este es la perseverancia. ¿Cómo han logrado mantenerse durante estos más de 300 episodios?

Creo que el secreto de nuestra perseverancia es que hacemos esto porque nos gusta. No estamos tan enfocados en ganar dinero ni en convertirnos en creadores de contenido. Amamos que el pódcast haya tenido éxito y nos alegra que la gente nos escuche. Pero creo que la clave está en no preocuparnos demasiado por si a un episodio le va bien o mal. Nosotros somos nuestro primer público: ¿nos divertimos? ¿nos gustó? Con eso es suficiente. Además, hubo una época en la que el pódcast fue casi como una terapia. Era ese momento en la semana para salir de casa, hablar con amigos, tener un espacio propio. Ya después empezamos a ir a terapia de verdad y eso cambió un poco, pero la sensación quedó.

Según eso, ¿“Estúpido Nerd” es como un lugar de escape?

Pues… no sé de qué estaría escapando, porque esto también es parte de quién soy. Tengo mi trabajo, pero nunca he sentido que eso me defina completamente. Entonces, más que un escape, siento que mi trabajo fuera del pódcast me permite ser esto otro. Apoya esta parte que sí soy. Tal vez lo que hay que cambiar es esa idea de que lo que amamos hacer es el “escape” y que lo otro es la “vida real”. Deberíamos más bien meternos en la cabeza que el trabajo es solo una parte de la vida. Pero lo que uno hace porque le gusta, lo que uno quiere y disfruta, eso también es importante, o incluso más. Así que no, Estúpido Nerd no es un escape. Es más bien una forma de ser nosotros mismos.

¿Cuál diría que es el tipo de capítulo que más disfrutan grabar? ¿Los que son de cosas que aman o de cosas que odian?

Nos encantan los que son de cosas malas, pero que dan de qué hablar. Porque hay cosas que son mediocres y no hay mucho más que decir. Uno puede odiarlas, pero no sabe cómo explicarlo. En cambio, cuando algo es realmente malo, pero de una forma tan absurda, se vuelve muy divertido. Da para hablar muchísimo, para hacer conexiones inesperadas, para que el humor y la tontería salgan a flote. Creo que esos capítulos son los más divertidos para mí. Los de películas que nos gustaron suelen estar bien, pero no se prestan tanto para la risa o la crítica. Aunque, claro, hay excepciones, como el episodio sobre Endgame, que fue muy divertido de grabar. Diría que los capítulos sobre cosas que odiamos son más divertidos, mientras que los de cosas que amamos terminan siendo más significativos y memorables para nosotros.

¿Cómo ha sido ver crecer esta comunidad de “nerds” durante estos años?

Lo más especial es que muchas personas nos dicen que escucharnos es como oír a un grupo de amigos conversando, y que se sienten parte de la charla. Eso ha formado una comunidad muy confianzuda, que incluso se nos han acercado a decirnos cosas como: “Usted cómo dijo esto en tal capítulo…”, y uno queda como: “Pero, ¿quién es usted? ¡Yo no lo conozco!”. Ellos han pasado horas escuchándonos, pero nosotros no sabemos quiénes son. Aun así, se siente una conexión muy real. Muchas veces, cuando uno consume este tipo de contenido, lo más frustrante es no tener con quién hablarlo. Como cuando uno termina una serie increíble y ninguno de sus amigos la ha visto. Eso es horrible. Entonces, la comunidad se creó alrededor de esa necesidad, y ha sido una comunidad muy, muy chévere.

Además, le permite a las personas descubrir series o películas que a lo mejor no sabían que iban a disfrutar...

Me gustan mucho esos comentarios en los que nos dicen cosas como: “No sabía que existía esta serie, y gracias a ustedes la encontré”, o “Pensé que era la única persona que había visto esto o que lo amaba de esa forma. Gracias por hablar de eso”. También es chévere cuando alguien nos dice: “No pensé que le fueran a poner una mala calificación a algo que yo amaba”, y a partir de ahí se genera una especie de discusión, aunque sea imaginada. El momento más significativo de eso fue durante la pandemia. En ese tiempo mucha gente nos escribió por redes para decirnos cosas como: “Escucharlos a ustedes me sacó del hueco”. Fue muy conmovedor tener ese tipo de impacto. Porque además de hablar sobre los temas del pódcast, nosotros siempre hemos sido muy abiertos para hablar de salud mental —o de falta de salud mental— y de todo ese tipo de cosas. Y hay personas que no tienen acceso a esos espacios o a esas conversaciones, así que saber que les ha servido, que les ha llegado, que les ha ayudado… eso ha sido muy especial.

Cada capítulo tiene un esquema, pero igual es bastante libre cómo fluye la conversación. ¿Qué ventajas tiene organizar el pódcast así?

El esquema voy a decir que lo pensamos, pero en realidad lo fuimos encontrando con el tiempo. Desde el principio queríamos que los capítulos no se sintieran desordenados. Tener esa estructura permite que quien escuche el pódcast sepa más o menos qué esperar. Pero, al mismo tiempo, lo que decimos dentro del capítulo sí puede variar mucho, porque cada obra necesita un enfoque distinto. No es lo mismo hablar de “Avengers” que de “The Father”, “Soul”, “Sea of Solitude”, “Ted Lasso” o “Ballerina”. Esa libertad también nos permite conectar el contenido con nuestras propias vidas, nos permite desahogarnos, sacar lo que llevamos dentro. Por eso a veces se cuelan comentarios políticos, ideológicos, progres, “woke”, como somos —y con mucho orgullo— porque el pódcast también es un espacio para soltar. Además, algo que alimenta mucho esa espontaneidad es que tenemos una política súper estricta: no hablamos del tema entre nosotros hasta que estemos grabando. Buena parte de lo que hace especial el capítulo es que yo no sé qué va a decir Diego y él no sabe qué voy a decir yo. La idea es reaccionar en vivo, lo cual a veces es difícil, pero ayuda mucho a que la conversación se sienta auténtica.

¿Ha cambiado la forma en la que ven cine y televisión desde que hacen este pódcast?

Justo hablábamos de eso hace poco. Porque claramente, el saber que vamos a tener una conversación sobre un tema hace que consumamos cine y televisión de forma más activa, no pasiva. Eso cambia totalmente la forma de ver las cosas. Repetir, pensar, volver a mirar… eso termina entrenando la mente. Por ejemplo, le escribí a Diego sobre El problema de los tres cuerpos y le dije: “¿Esto lo vi venir porque soy muy inteligente?”. Pero en realidad es porque hablamos tanto y analizamos tanto que no es tanto una cuestión de inteligencia sino de práctica, de repetición. Y eso, al final, va desarrollando nuevas habilidades.

El nombre del pódcast viene con una reivindicación de un término que nació como algo peyorativo. ¿Cómo creen que ha cambiado el concepto de “nerd”?

El chiste viene de Los Simpson, claramente. Nace de ese momento en el que Homero se burla de un nerd, pero en realidad Homero es el perdedor de la escena. Entonces, decir “estúpido nerd” es irónico desde el inicio. También nos gusta que, sin bajar el nivel del pódcast, mantenemos abierta la posibilidad de equivocarnos. Muchas veces, cuando nos corrigen, decimos: “Sí, en esto fuimos más estúpidos que nerds”. Porque hay algunos pódcast de cultura pop que se paran desde un lugar de superioridad: “somos los nerds, sabemos más que ustedes”. Nosotros no. A veces sabemos más, a veces menos. Y me gusta ese juego que permite el nombre: somos estúpidos y somos nerds, y a veces somos más una cosa que la otra. Ahora, con respecto al término, hoy en día, ser nerd se volvió algo popular. Y me alegra que eso haya hecho que la gente pierda el miedo social a ver anime, ciencia ficción, fantasía o leer cómics. Porque son historias chéveres, que antes se veían mal solo por ser “de nerds”, y ahora la gente se les puede acercar sin vergüenza.

¿Han pensado alguna vez en el fin de “Estúpido Nerd”?

En el capítulo 999 decimos “nos vemos en el siguiente capítulo”... y nunca más volvemos. Sin dar explicaciones. No mentiras, pero claro que lo hemos hablado. Como todo en “Estúpido Nerd”, y para citar a los del Rock and Gol, esto es una cuestión más de pasión y menos de técnica. Entonces vamos a darle mientras nos sintamos cómodos. El día que nos sintamos ridículos, fastidiados o forzados, ese será el momento de parar. El pódcast ya ha pasado por muchos cambios y ha sobrevivido a todos. Entró Boris, salió Boris, llegó la pandemia, me fui a España… y aún así hemos seguido, porque seguimos sintiéndonos bien haciéndolo. En este momento estamos bastante felices. Acabamos de hacer el capítulo 300 y pensamos: “¿Otros 300? ¡Hágale!”. No sabemos si llegaremos hasta allá, ojalá sí, pero lo importante es seguir mientras esto nos siga haciendo sentido.

Y si algún día vamos a cerrarlo, yo sí voy a hacer todo lo posible para que el último capítulo sea el de “Las chicas superpoderosas”. Porque hemos hecho ese chiste muchas veces y, cuando pase, la gente va a saber que con ese episodio... se acabó.

Santiago Gómez Cubillos

Por Santiago Gómez Cubillos

Periodista apasionado por los libros y la música. En El Magazín Cultural se especializa en el manejo de temas sobre literatura.@SantiagoGomez98sgomez@elespectador.com
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