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Un estudiante de un colegio de Bogotá dio un paso más en la carrera hacia Marte

José Vicente Ortiz y su equipo, estudiantes del Gimnasio Los Caobos, ganaron el primer lugar en la competencia de robótica Odyssey 2025, donde tuvieron que crear un prototipo de “rover” diseñado y programado para hacer misiones espaciales. Este reconocimiento lo puso un paso más cerca de su sueño de convertirse en ingeniero mecánico para competir con las compañías más grandes de este campo.

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19 de junio de 2025 - 01:00 p. m.
José Vicente Ortíz y su equipo compitieron contra estudiantes de colegios y universidades del país en el Odyssey 2025. También hubo invitados internacionales.
José Vicente Ortíz y su equipo compitieron contra estudiantes de colegios y universidades del país en el Odyssey 2025. También hubo invitados internacionales.
Foto: Cortesía
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¿Cuándo descubrió su afinidad por la robótica?

Desde pequeño sentí interés por este tema, en parte porque a mi hermano mayor, Manuel, también le gustaban los computadores. Me llamaba mucho la atención entender cómo funcionaban, así que empecé a investigar por mi cuenta, sobre todo viendo videos en YouTube. Solo con eso logré aprender bastante y, más adelante, descubrí el mundo de la robótica y me fui metiendo en él. Creo que, en realidad, lo que a mí siempre me ha gustado son los mecanismos y todo lo que tenga que ver con ellos.

¿Cómo se involucró en este proyecto?

Todo empezó cuando estaba en octavo grado. En una clase de Ciencias, la profesora le preguntó al curso quién quería hacer parte del equipo de robótica enfocado en drones, ya que la competencia se divide en secciones y una de ellas es esa. A mí me llamó mucho la atención porque es un tema interesante y quería aprender más sobre él. Además, me parecía una oportunidad para divertirme. Así fue como decidí unirme al equipo. Este año volví a participar, pero ahora no con un dron sino con un rover.

¿Cuál fue su primera impresión de un proyecto como este?

Me pareció bastante complicado al principio, porque había muchos retos y yo no sabía bien cómo afrontarlos. Tuve que investigar mucho sobre cada uno para poder adaptarme bien, pero había algunos que simplemente no sabía cómo debía abordar. Afortunadamente, pude pedir ayuda y la tuve cuando fue necesaria. Gracias a eso logré superarlos sin estresarme tanto. Eso sí, con lo que no me fue nada bien fue con el tema de los documentos, porque no soy muy bueno redactándolos.

¿Qué retos tuvo que enfrentar?

En cuanto a la competencia, uno de los desafíos más complejos fue lograr que el dron pudiera agarrar un objeto, porque para lograrlo teníamos que diseñar una garra desde cero. Al principio pensamos en usar un servomotor para que se abriera y se cerrara, pero luego investigamos más sobre otras opciones y descubrimos que había garras que no necesitaban sistemas de batería. Fue así como llegamos a la conclusión de que podíamos usar una garra de gravedad: una que se abre cuando se apoya sobre una superficie y se cierra al levantarse. Ese fue un reto técnico muy complejo, y también fue difícil mentalmente.

Se trata de un proyecto que tiene mucho de prueba y error, ¿no es así?

Sí, totalmente. Este año, otro problema que tuvimos fue con la movilidad de la garra del rover. No tuvimos suficiente tiempo para diseñarla bien, así que decidimos usar dos servomotores para moverla. Pero esas piezas no estaban hechas para soportar el peso que necesitábamos, así que se dañaban constantemente. Al final, por ese problema, no pudimos utilizar la garra.

¿Qué pruebas tuvieron que superar el día de la competencia?

Este año, la primera prueba fue en modo autónomo. El rover tenía que desplazarse en línea recta sobre una superficie que, aunque era medio plana, tenía huecos y algunas plantas. Eso lo complicó bastante, porque los motores del rover no tenían la fuerza suficiente para avanzar bien en ese terreno. Por esa razón, no logramos completar la prueba al 100 %.

¿Quiénes fueron las personas que lo ayudaron en este proceso?

Mis compañeros de equipo fueron muy importantes. También mis profesores que me apoyaron en la presentación de los documentos necesarios. Sin ellos, incluso habríamos podido perder la competencia.

Ahora que descubrió esta afinidad por la mecánica, la robótica y la computación, ¿en qué otros temas le gustaría profundizar?

Me gustaría meterme más en el tema del hardware, entender mejor las piezas y cómo funcionan ciertas cosas, como los motores, las llantas y ese tipo de elementos; es decir, me interesa profundizar en todo lo relacionado con el sistema mecánico.

¿Le gustaría convertir esta pasión en su carrera profesional?

Sí, yo pienso dedicarme a esto. Me gustaría estudiar Ingeniería Mecánica, porque me parece un campo muy interesante y divertido. Además, creo que no solo me puede beneficiar a mí, sino que también puedo ayudar a otras personas con los inventos que llegue a crear.

¿Adónde le gustaría llegar? ¿Cuál es su sueño?

Sueño con llegar a trabajar en compañías muy competitivas como Lamborghini o Ferrari, y luego poder superarlas con mi propia marca de automóviles colombianos. Me gustaría que esa marca fuera reconocida a nivel mundial.

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