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“Una obra puede transformarnos la vida para siempre”

Hoy se inaugura el Festival de Teatro Alternativo, que se realizará hasta el 17 de abril. Entrevista con Patricia Ariza, quien habló de las particularidades de esta edición: costos, enfoque, agenda académica, valores del teatro y cambios sociales a través de la cultura.

Laura Camila Arévalo Domínguez

07 de abril de 2022 - 09:00 p. m.
Patricia Ariza, directora del Teatro La Candelaria y la Corporación Colombiana de Teatro, organización encargada de la realización del Festival de Teatro Alternativo.
Foto: El Espectador - Óscar Pérez
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Usted recalca que este es un festival popular...

Este festival es eminentemente popular en todo sentido: tiene muchas funciones gratuitas y los precios de la taquilla son prácticamente simbólicos. Nos interesa que todos puedan acceder fácilmente, porque este es un festival encuentro, no un festival vitrina. Un festival también es un balance conjunto de un momento en la historia del teatro. Nos interesa saber qué se está haciendo en la dramaturgia nacional y cómo responde a nuestro tiempo.

¿Por qué durante los mismos días del Iberoamericano y otros festivales como el Off de Teatro?

Nosotros comenzamos a hacer festivales mucho antes de que existiera el Iberoamericano. La historia de este país es muy complicada, es muy desigual, así que de pronto nos quitaron todos los presupuestos. Se llamaba Festival Nacional del Nuevo Teatro y luego comenzó el Iberoamericano, que además contó con nuestra participación en su primera edición, pero era muy distinto. No estuvimos de acuerdo con muchas cosas que se hacían allí, nos retiramos y comenzamos el nuestro, que es este, el Alternativo.

¿Cómo ha evolucionado este festival? ¿Cuál es su balance?

Comenzamos con un festival muy pequeño. Eran alrededor de diez obras y ahora son más de ochenta presentaciones, así que es un evento muy robusto. Quisiéramos tener a todos los que nos mandan propuestas, pero la asignación desigual de presupuesto se mantiene. Con respecto a nuestra taquilla: podríamos cobrar la boleta más cara, pero el público que viene aquí es tan bello y diverso. Por ejemplo, el 9 de abril, que es el día de las víctimas del conflicto armado, tenemos una obra llamada Salida al sol, y es financiada por la Comisión de la Verdad, así que es gratuita. Se presentará el sábado y el domingo: los dos días a las 5 de la tarde y a las 8 de la noche. Acaba de salir una investigación en la que se evidenció que la mayoría del público que asiste al Teatro La Candelaria son mujeres entre 25 y 35 años. Además, hay una irrupción de mujeres jóvenes en la dirección y en la dramaturgia en Colombia. Las mujeres siempre han estado, pero como actrices. En la dirección ahora vemos caras femeninas. Colombia es una potencia teatral poderosa.

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¿Cómo se las arregla un festival independiente que cobra tan poco en sus entradas, precisamente por su esencia? ¿De dónde salen estos recursos y cómo se organizan?

Esa pregunta nos la hacemos a diario aquí: cómo hacemos para lograrlo. Es un reto enorme, pero tenemos apoyo del Ministerio de Cultura y el Idartes, al lado del dinero que le dan al Iberoamericano, no tiene sentido ni mencionar los montos. Como te dije, la asignación presupuestal sigue siendo muy desigual. Jamás estaré en contra de que le den dinero a un festival, jamás estaré en contra de que le den dinero a la cultura, lo que sí critico es la desigualdad. Este festival no está comenzando, tenemos una trayectoria muy larga y es importantísimo apoyarlo: esta versión de 2022 es nuestra número 16 y las hemos hecho durante 32 años, porque es bienal.

Hablemos del proceso curatorial para esta versión del Alternativo...

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Este es un festival organizado por la gente de teatro, así que tenemos un equipo curatorial, pero esta vez les dimos prioridad a los grupos que habían sido seleccionados en 2020, pero tuvieron que presentarse en formato digital por pandemia. En ese momento se conectaron más de 150.000 personas, así que esta vez tendremos diez funciones virtuales que tendrán acceso gratuito durante 24 horas.

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¿Cuál es su posición con respecto a la virtualidad? Sobre todo hablando de teatro, que es un lenguaje que se diseña para la presencia…

Es una contradicción en los términos, pero no podemos oponernos. Esta virtualidad llegó para quedarse y por ese medio las obras siguen dando cuenta de una dramaturgia. No es lo mismo, el teatro es esencialmente presencial, pero hemos aprendido. Es un género que está por definirse.

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¿De qué se tratará la parte académica? ¿Qué tienen preparado y cómo se accede?

Los grupos que participan en el festival están becados, pero las personas que quieran participar se inscriben a través de la página de internet del festival. Hay talleres de creación colectiva y otro que se llama “Teatro y brujería”, por ejemplo. Hay talleres del cuerpo, etc.

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Esta es la versión 16 del festival y dicen que será un encuentro por la vida, la paz y la memoria. ¿Cómo es esto? ¿Habrá obras especiales sobre este enfoque?

Sí, tenemos unas presentaciones bellísimas en el Centro de Memoria Histórica. Viene un grupo de danza de Medellín que tiene una obra llamada Malas compañías, y se presentarán en el Cementerio Central. También tendremos un foro llamado “Teatro y memoria”: cómo el teatro ha trabajado este tema en Colombia. Es decir, los actores y todos los que hacemos parte de ese arte y lo estamos haciendo también estaremos hablando de las técnicas y nuestro contexto social.

Hace algunos años le preguntaron qué era lo que más le gustaba del teatro, lo que más destacaba, y usted dijo que la posibilidad de reinventar la vida para entenderla. Hablemos más de eso, de los valores que la han volcado a dedicarle la vida a este arte.

El arte indaga en los subterráneos de la sociedad, indaga en lo que muchas veces no podemos ver por otros medios: comportamientos, maneras de ser de la gente, de hablar, de moverse. Una obra puede transformarnos la vida para siempre. Ahora, no basta hablar de la vida, hay que hacerlo poéticamente. Enrique Buenaventura decía que si el teatro es igual a la vida, uno de los dos sobra, y con seguridad que no es la vida. Se reinventa la vida en el teatro a partir de acontecimientos, personajes e historias de la vida.

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¿Cómo ve al sector en este momento? ¿Qué espera del próximo presidente y ministro de Cultura? ¿Qué cree que el sector necesita?

Si el próximo gobierno está pensando en un cambio social, tiene que incluir a la cultura. A los artistas nos tiene preocupados que es un tema ausente en los debates presidenciales. Petro ha mencionado un par de cosas, pero no se ha hablado del tema a profundidad y la cultura no es un adorno, sino un asunto político por excelencia. La cultura no es el arte solamente. No puede ser que se sigan incrementando los presupuestos para la guerra, pero los de cultura sigan bajando. Así no habrá un cambio. Por lo menos, que suba al 2 % ese presupuesto. Además, que se cuente con nosotros para las decisiones que tienen que ver con nuestro sector. No se puede reducir todo a la economía; luchamos por más participación.

Por Laura Camila Arévalo Domínguez

Periodista en el Magazín Cultural de El Espectador desde 2018 y editora de la sección desde 2023. Autora de "El refugio de los tocados", el pódcast de literatura de este periódico.@lauracamilaadlarevalo@elespectador.com
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