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VB Ingeniería Teatral: Una temporada de buen teatro

Reseña de la búsqueda incesante de esta compañía por la obra experimental y la indagación artística sobre las tablas, que cumple diez años.

Jorge Prada Prada * / Especial para El Espectador
28 de junio de 2021 - 09:20 p. m.
Fanny Baena y Fabio Velasco, artistas que llevan más de treinta años de trayectoria teatral.
Fanny Baena y Fabio Velasco, artistas que llevan más de treinta años de trayectoria teatral.
Foto: Archivo particular

Fanny Baena y Fabio Velasco son dos artistas de gran trayectoria, que inician en 1988 sus procesos formativos. Tuvieron el privilegio de estar por muchos años (Fanny 18 y Fabio 15) en el Teatro La Candelaria, al lado de grandes creadores y del maestro Santiago García. Participar de estos procesos de creación colectiva, en el cual el actor expone todo su potencial en el arte de la invención, ha sido de sus grandes experiencias. (Recomendamos: Prográmese con más opciones de teatro).

Ya cumplen diez largos años de laborar juntos, de caminar uno al lado del otro, de darse el espacio para experimentar, probar, crear. Han conseguido erigir un grupo sólido, apoyado por sus hijos músicos: Jacobo Andrés Velasco Baena y Juan David Velasco Baena. Además han contado con otros artistas, entre ellos con Rodrigo Sánchez y Paola Guarnizo, dos avezados creadores escénicos; Libardo “Bayo” Flórez, Juan Carlos “Chato” Rivas, Daniel Sossa, Wilson Pico (bailarín ecuatoriano de la danza moderna) y Arístides Vargas, dramaturgo argentino radicado en Ecuador y fundador del grupo Malayerba.

Su recorrido por varias obras les ha permitido hacer un trazado largo en el camino del quehacer teatral, entre ellas: “Enano + Botella=Encierro” de Abilio Estévez, “Ana y el mago y el aprendiz” y “Una mariposa se posó en tu hombro el día en que dijiste que sí” de Arístides Vargas, “El Otro animal” y “Still Alive, esa es la cuestión”, estas dos ultimas de Fanny Baena.

Con el texto del dramaturgo cubano, “El enano en la botella”, donde el grupo halló una variante, nos encontramos con la lucha constante del ser humano contra los miedos, especialmente con el desasosiego que le produce lo desconocido. En la primera versión escénica observamos a Fabio interpretando al enano, encerrado en una luz en forma cilíndrica, que lo atrapa, lo circunda, lo encierra; es una excelente caracterización, justa, equilibrada, empática, que permite conectar las angustias del personaje con las emociones de los espectadores.

Otra obra: “Una mariposa se posó en tu hombro el día en que dijiste que sí” se constituye en una exploración sobre el complejo mundo de la pareja, un mundo de dos, sus relaciones, sus contradicciones, sus diferencias. Fuerzas actantes que se juntan, se separan, se disparan. Reconocer el universo del

-Otro-, que es diferente, opuesto a mí. Una comunidad cerrada y abierta. Ese pequeño mundo de dos en el que se refleja lo que sucede afuera. El y Ella se enfrentan, íntima y escandalosamente, mientras afuera estalla la guerra. Encuentros y desencuentros. Todo acaba cuando empieza. El amor es el principio de la muerte, lo expresa Jorge Franco en su novela “Mala noche”. El amor y la muerte. Parece que las cosas acontecieran al mismo tiempo. La casa es la memoria, allí se simboliza el mundo. En donde se debaten también los problemas del entorno, el vecindario, el barrio, la ciudad. Nos preguntamos si ese espacio puede propiciar el encuentro, cuando las diferencias abundan, cuando los motivos de estar juntos desaparecen. El fuego y el agua. Donde experimentamos el gusto de conocer, el rito de acariciar, el placer de coincidir, la maravilla de amar, el milagro de existir.

Aquí está la dramaturgia de Arístides, que se vislumbra en varias de sus obras. “Ana, el mago y el aprendiz”, la segunda obra de Arístides dirigida por Fanny, mezcla lo real con la fantasía. Ana, Sotolongo, El mago, y Luis el aprendiz. La historia de una mujer que ha perdido a su esposo desaparecido. Arístides Vargas, un autor que ha dejado su impronta en nuestra dramaturgia colombiana.

Fanny, por supuesto, que además de acoger gran parte del legado del maestro Santiago García, fundador del teatro moderno en nuestro país, goza de tintes de la poesía de Vargas. Como las influencias mutuas entre Santiago y Vargas. Como la novela experimental de William Faulkner hace imagen en la obra completa de García Márquez.

A Fanny la observamos años atrás en el personaje de Alicia en la obra fantástica de García, “Maravilla Estar”, toda una fiesta pánica. Además de otras obras de La Candelaria en las que se da el arte de la invención, combinando el arte con la ciencia, la Ingeniería Teatral, esa dupla que nos ayuda a construir otros mundos posibles. Arte, técnica y método juntos. El medio, modo y objeto, como lo plantea Aristóteles en la Poética: la creación colectiva en modo, los conflictos humanos como objeto, y en los medios estaría la técnica y los recursos expresivos que determinemos.

“El Otro animal” y “Still Alive, esa es la cuestión”, dos obras de Fanny representadas por el grupo. Aquí continúa ese camino al interior, a las subjetividades, que permita descubrir nuestros abismos, los grandes vacíos de la existencia. Vacío de tiempo. Vacío de ser. Descubrir, si podemos, las huellas de ese Otro Animal. Que por momentos somos pájaros nacidos en jaulas, y queremos abrir la puerta y volar, superar los límites, ser realistas…. hagamos lo imposible. Nada que nos inhiba, que nada nos divida. Si de aquí para allá el teatro, y de allá para acá la vida. ¿Qué nos queda? Que separar el escenario de los espectadores, es quizás no un buen camino. O hacemos del teatro un sueño colectivo. Un lugar de encuentro para jugar. El arte imita la vida, la vida imita el arte.

Las preguntas que nos hacemos a diario, cuando recorremos las calles, los supermercados, los rincones de la casa, cuando de pronto nos detenemos y no sabemos para dónde vamos. El no saber ser, el no saber estar. Cuando los nombremos dejarán de existir, pero lo queremos gritar: Somos un montón de silencios.

Juego de roles, yo soy tú, tú eres yo. Yo soy el otro, diría Walter Benjamín. Él - doctor, Ella - paciente, ó, Él paciente, Ella doctora. En Hamlet Machine de Heiner Müller el personaje protagónico, grita “Yo no soy Hamlet, no represento a nadie”. Tal vez no tenemos ningún papel en este mundo patas arriba, somos unas cifras. El yo fue asesinado. Soy el recuperado del virus 28.007 o el contagiado 31.199, o el fallecido 100.000. O el joven ultimado 6402. O el 1131 de los caracteres de este escrito.

Eso es lo apreciamos en El Otro animal. Interrogarnos qué somos, quiénes somos. La dramaturga lo propone de manera sutil, a través del juego del teatro. Hacernos preguntas, aunque no vislumbremos las respuestas. El instinto de buscar. Paola Guarnizo posee matices que le permiten expresarse con hondura, mientras que Fabio Velasco, tiene el famoso don de improvisar. Estos dos histriones se complementan bien, se acoplan, tienen empatía, encajan justo en la pieza. La puesta lo completa con unos cubos de madera que les permite adentrarse en el juego.

“Still Alive”, es donde se explora el juego de las teatralidades. Recurre la obra al papel del actor, que se convierte en abánico de personajes, los más inesperados, los más grotescos, los más humamos. Abrir las páginas de Shakespeare para enfocar unos de sus personajes: Macbeth y Lady Macbeth, Titania, Oberón, Puck, Lear Cordelia, Goneril. Shakespeare, la invención de lo humano como lo define Harold Bloom, esa fuente inagotable de inspiración. ¡Qué buena oportunidad se dan estos tres actores: Rodrigo Sánchez, Fabio Velasco y Leyda Ortega! Es un buen banquete para actores. Para referirnos a El banquete en los Diálogos de Platón, lo bello, lo estético.

Still Alive, todavía vivo, todavía viva. Esa es la cuestión. Vivir para vencer. Esa búsqueda incesante de Ingeniería Teatral, de la obra experimental, de la indagación de las teatralidades, encuentra buen motivo aquí. Andar buscando caminos. La aparición del Apuntador, aquél extraño personaje que se metía en una concha para auxiliar con los textos a los actores, aquí entra en la trama.

Este trabajo del grupo nos hace recordar la frase de Aldo Tarazona en “Maravilla Estar”, cuando le indagan sobre su oficio: De profesión explorador. Así son estos juglares del siglo XXI, exploradores de historias inéditas, de personajes fantásticos, de ingenieros de las artes escénicas, siempre formulando preguntas al público, con la ilusión de complacer y vislumbrar, y la fortuna de encontrar. Por nada del mundo dejen de ver estas cuatro obras con excelentes actores, y teatro del bueno como el pan centeno.

* Cofundador y director del Teatro Quimera. Egresado Enad. Magíster Estudios Artísticos. Maestro de Artes Escénicas ASAB. Actor, director investigador teatral.

PROGRAMACIÓN:

ENANO MAS BOTELLA IGUAL ENCIERRO: junio 29 y 30

Sala Seki-Sano Corporación Colombiana de Teatro Calle 12 #2-65/6:30 pm

EL OTRO ANIMAL: Julio 1, 2 y 3

Sala Seki-Sano Corporación Colombiana de Teatro Calle 12 #2-65 /6:30 PM

UNA MARIPOSA SE POSÓ EN TU HOMBRO EL DIA EN QUE DIJISTE SÍ:

Julio 6 Y 7

Teatro La Candelaria calle 12 #2-59/ 6:30 PM

STILL ALIVE, ESA ES LA CUESTIÓN: Julio 8, 9, 10, 15, 16, 17

Teatro La Candelaria calle 12 #2-59/ 6:30 PM

MUESTRA FINAL DEL TALLER LABORATORIO JULIO 18

Teatro La Candelaria calle 12 #2-59/ 3 PM

Boletería Sala Seki Sano 25.000 particulares / $15.000 Estudiantes

Boletería Teatro La Candelaria 28.000 particulares / $14.000 Estudiantes

Reservas: 3212021425 / 3146321240

Por Jorge Prada Prada * / Especial para El Espectador

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