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Visceral

Sobre la instalación de la artista Luz Lizarazo que se expone hasta el 14 de agosto en la galería Lokkus de Medellín.

Érika Martínez Cuervo*

14 de julio de 2021 - 12:14 p. m.
"El esqueleto del esqueleto". Luz Lizarazo. Resorte de colchón, 259 huesos, planta. 2021.
Foto: Oscar Monsalve
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“Esta vez le permití a la bestia que me poseyera”.

Luz Lizarazo

El cuerpo que acá se expone es un cuerpo visceral: que se muestra, que se duele, que gime, que se trocea, que se deforma, que se levanta, que goza, que es amenazante. Es un cuerpo hecho de otros cuerpos que deja al descubierto lo que estaba en las entrañas, un manifiesto abrupto sobre la vida y la muerte. Un acto violento que nos habla sobre las violencias. Un acto autobiográfico que nos interpela. Fragmentos que sentencian la belleza terrible que engendra el corpus humano. Es la imagen (toda) exquisita que ha creado la artista para sabernos tan vulnerables como invencibles. Si el poder necesita un espacio, ese espacio es el cuerpo, allí residen fuerzas impensables. Luz Lizarazo nos entrega un cuerpo que trasciende su anatomía: es su cuerpo mismo habitado por una potencia que ella no conocía o que antes no había dejado salir de sí.

Visceral concreta una parte del proceso de investigación y creación que la artista ha estado realizando en el último año, vinculado a la acción de fortalecer su narrativa sobre el cuerpo como un todo integrado contenedor de memoria y de experiencias contradictorias que acontecen en el plano de lo racional, pero que también están atravesadas por las formas en que se manifiesta lo irracional. Las obras delatan esa disputa entre lo sutil y lo salvaje con la que Lizarazo ha afianzado un lenguaje propio y único para enunciarse sobre la complejidad que carga un cuerpo en su travesía por la vida. Decía Spinoza en una de sus premisas más conocidas: “Nadie sabe lo que puede un cuerpo” , precisamente refiriéndose a la potencia que posee ese cuerpo para 1 inventar, resistir, deleitarse, imaginar, construir, amar; etc. Es precisamente esa potencia la que Lizarazo activa con sus creaciones. Aparecen en sus imágenes unas criaturas colmadas de poder que están poseídas por el vigor de otras corporeidades, unas animales otras vegetales; criaturas femeninas cuyos cuerpos pareciera justamente que lo pueden todo, se revuelcan de placer, portan su mundo, se desdoblan. La apuesta de Lizarazo derriba la dimensión terrenal sin deshacerse de la vulnerabilidad física de los cuerpos, ni de sus fragilidades más íntimas; sus dibujos, instalaciones y objetos, también nos muestran unos cuerpos caídos: las imágenes de la inevitable consumación.

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De la serie "La lista de tus órganos". Luz Lizarazo. Instalación. Vidrio. 2021.
Foto: Oscar Monsalve

Los cuerpos están hablando de los cuerpos

Luz Lizarazo ha venido estudiando el cuerpo humano y sus particularidades hace ya bastantes años a través de su trabajo estético, esas revisiones profundas liberadas de una lectura puramente científica, le han permitido acercarse a lo que podríamos denominar el organismo metafórico que emerge culturalmente por ese deseo individual y colectivo de pensarnos como seres vivos y sobre todo como individuos dotados de imaginación. Mirarnos al espejo desnudos rebasa el aspecto físico, vemos la carne, sus formas singulares, pero además, logramos -aunque no sepamos específicamente cómo- ver nuestro interior o sentirlo más intensamente cuando somos esa duplicidad. Las ideas de Lizarazo en esta exposición animan cierta teatralidad mítica en la que “los cuerpos están hablando de los cuerpos” y en consecuencia se observan unos a otros desde su materialidad orgánica, pero también -y sobre todo- desde sus fuerzas más entrañables.

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Abrir el cuerpo, “sacar” los órganos o sus huesos y ponerlos sobre una superficie es una acción potente que propicia ver lo que el espejo nos niega: nos adentramos en lo que no está hecho para ser visto; y esto no es una nimiedad en el relato de la historia del arte, Lizarazo nos hace experimentar una “lección de anatomía” que desborda la materialidad del cuerpo humano, que nos acerca a lo espiritual, a lo mitológico y a lo ético. Ella es la sabia que está mostrándonos esos fragmentos de cuerpo “diseccionados” y quien ha configurado en sus dibujos unas féminas que nos seducen, unas mujeres-animales dotadas de poderes que encarnan las sabidurías de las vivencias cotidianas, pero también las algarabías de sus bestias internas. La imagen total que crea la artista es tan preciosa como aterradora, Lizarazo no tuvo pudor para tirarnos a los ojos las paradojas que nos hacen ser un cuerpo, esas disputas brutales que exceden nuestra racionalidad. Escribía Virginia Woolf en unas de sus obras más intimistas: “mis miedos, mis monstruos, mis zumbantes insectos, mi yegua desbocada, son sólo míos y no creo que sean compartibles con nadie”; sin embargo, fueron las letras de Woolf las que nos dejaron al descubierto todas las desmesuras que dieron sentido a su literatura.

Expresaba Lizarazo con vehemencia en una de las conversaciones con las que puso en voz alta las ideas que se estaban engendrando con sus creaciones: “Esta vez le permití a la bestia que me poseyera, o mejor, a todas mis bestias. Pero no hablo acá de las bestias estigmatizándolas, por el contrario, con estas obras las festejo, porque mis bestias son mis obsesiones, mis deseos, mis miedos, mis intuiciones, mis talentos, mis duelos, mis gestos más desgarradores, mis muertes resucitadas, mis orgasmos, mis frustraciones (…) He practicado yoga Kundalini durante un periodo de tiempo importante, esa práctica me ha revelado lo que puede mi cuerpo y los otros cuerpos. Las posturas que mi bestia interior le exige a mi contextura física: esos músculos que se fortalecen, esa piel que se estira, esas extremidades que se tuercen; esa danza lenta y exigente, es la danza de mis bestias, un concierto de lo inverosímil, un desafío, un trance”.

" (…) Warburg -el historiador de las imágenes- y Goya -el artista- [solo por enunciar dos referentes] dejaron salir en sus obras las monstruosidades posibles por la imaginación y lo irracional: criaturas femeninas de senos múltiples, serpientes horripilantes, criaturas híbridas del zodiaco, series disformes que bailan de concierto, metamorfosis crueles y proliferares, erotismos desconocidos, diría Walter Benjamin que lo surreal abría paso a un inventario improbable de los movimientos del alma, inscritos en los movimientos del deseo y del cuerpo” (G.D.H., 2011, p. 119).

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"Mujer que observa a otra que duerme" (Detalle). Luz Lizarazo. Instalación. Resorte de colchón, cerámica y vidrio. 2021.
Foto: Oscar Monsalve

Morir de miedo (cuerpos sacrificados)

Visceral también es una denuncia poética, la emisión de un grito que nos desgarra por dentro, un gesto que repudia la violencia ejercida sobre los cuerpos. Lizarazo hace frente a su contexto próximo con resoluciones estéticas que nos encaran con la brutalidad humana . La obra El Esqueleto del esqueleto aparece como un robusto 2 objeto ceremonial que honra la vida de reses sacrificadas para el consumo de carne, pero es tal su potencia como imagen, que nos remite entonces a todas las muertes, a todos nuestros muertos. La pugna entre los cuerpos sensuales dibujados que revelan el instante del cuerpo vivo y la dureza de ese objeto dispuesto en el piso como una presencia siniestra, concretan la intención mordaz de Lizarazo de mostrar las contradicciones que encierra el hecho de existir a través de y con un cuerpo.

Nadie sabe lo que otro cuerpo ha padecido, lo que ha cargado, lo que ha silenciado, los maltratos físicos a los que ha sido sometido, las advertencias que otra boca le ha impuesto, lo que le han reprimido, las cicatrices que esconde, los orgasmos fingidos, las penetraciones no deseadas (…) Sus bestias residen en su interior. Lo que queda en un cuerpo violentado difícilmente puede ponerse en palabras, por esto no es extraño que sea el cuerpo mismo el que hable a través de sí: orinarse de miedo, temblar de miedo, sudar de ansiedad, retorcernos de angustia.

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Toda la obra de Lizarazo está amarrada a su obsesión por observarse de forma incisiva, por despertar la consciencia de sí misma, casi como una eterna confrontación; y ha sido de esta manera como ha penetrado la vida y la muerte. Sus materiales punzantes y delicados desprenden con imágenes y objetos las contradicciones más absurdas que demanda el hecho mismo de vivir, de estar acá en este presente. Sus obras nos desgarran como nos acarician, nos advierten de qué estamos hechos.

“Me he entregado a cada obra, y decir esto en voz alta no es un gesto menor, creo que una parte de mi cuerpo se ha quedado en esas materialidades: mi sudor, mi fuerza, mi intuición, mis duelos, mi magia, mi instinto. Y en mi piel se han pegado los vestigios de esas materias, entonces tal vez soy -ahora- otros cuerpos: los que contenían esos huesos, los que fornicaron en ese colchón, los que evoqué mientras hacía cada órgano, los que amé mientras venía cada idea a mi mente, los que dejé ir, mis propios cadáveres (…)”, declaró Lizarazo una vez sus obras estaban concluidas.

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De la serie "Todas mis bestias". Luz Lizarazo. Dibujo. Técnica mixta sobre papel 50x70 cms. 2021.
Foto: Miguel Suárez
Luz Lizarazo ha venido estudiando el cuerpo humano y sus particularidades hace ya bastantes años a través de su trabajo estético, esas revisiones profundas liberadas de una lectura puramente científica, le han permitido acercarse a lo que podríamos denominar el organismo metafórico.
Foto: Felipe García
La apuesta de Lizarazo derriba la dimensión terrenal sin deshacerse de la vulnerabilidad física de los cuerpos, ni de sus fragilidades más íntimas; sus dibujos, instalaciones y objetos, también nos muestran unos cuerpos caídos: las imágenes de la inevitable consumación.
Foto: Felipe García
Visceral concreta una parte del proceso de investigación y creación que la artista ha estado realizando en el último año, vinculado a la acción de fortalecer su narrativa sobre el cuerpo como un todo integrado contenedor de memoria y de experiencias contradictorias.
Foto: Felipe García
Toda la obra de Lizarazo está amarrada a su obsesión por observarse de forma incisiva, por despertar la consciencia de sí misma, casi como una eterna confrontación; y ha sido de esta manera como ha penetrado la vida y la muerte.
Foto: Felipe García

Notas

1. Ante la pregunta de Spinoza “¿Sabemos lo que puede un cuerpo?”, es un simple no. En un cuerpo hay poderes de improvisación, poderes de inventiva, que apenas hemos comenzado a sondear. Hay facultades del cuerpo que no requieren la presencia de cerebro. (Massumi, 2018). Para Spinoza el estudio de los afectos fue fundamental en el marco de sus postulados sobre la ética, precisamente afectos que atraviesan los comportamientos del cuerpo: “Por afectos entiendo las afecciones del cuerpo, por las cuales aumenta o disminuye, es favorecida o es perjudicada, la potencia de obrar de ese mismo cuerpo, y entiendo, al mismo tiempo, las ideas de esas afecciones (...) Así pues, si podemos ser causa adecuada de alguna de esas afecciones, entonces entiendo por `afecto´ una acción; en los otros casos, una pasión”. (Alúdelo, 2011 cita a Spinoza).

2. Su dibujo “Soy las niñas sin ejército” (2020) marcó un momento definitivo en el trabajo más reciente de 2 la artista, una imagen que denunció abiertamente el abuso de una niña por parte de miembros del ejército en junio de 2020. Este ícono en la obra de Lizarazo circuló masivamente y fue uno de los detonantes más representativos para el desarrollo su trabajo posterior en el que Lizarazo agudizó aún más su lenguaje resistente y su postura frente a la protección de la vida.

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Bibliografía y fuentes

Alúdelo, Luis Javier (2011). El hombre ético en Spinoza. En: Escritos Vol. 19 No. 43 Julio Diciembre. Facultad de Filosofía y Letras. Pontif. Bolivar. [online]. 2011, vol.19, n.43, pp.351-369. ISSN 0120-1263.

Didi-Huberman, Georges (2011). Desastres. La dislocación del mundo, ese es el tema del arte. En: Atlas, ¿cómo llevar el mundo a cuestas? Ed. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Lizarazo, Luz (2020). Perra de seis tetas. Preñada de incertidumbre. Texto de conferencia.

Lizarazo, Luz. Página web de la artista [online] https://www.luzangelalizarazo.com/ animalesdepoder.html

Massumi, Brian (2018). Lo que puede un cuerpo. En: Afectos, Afectividades y afectaciones. Revista ERRATA No. 19. [online] https://revistaerrata.gov.co/contenido/lo-que-puede-un cuerpo

Woolf, Virginia ( 2016). Una habitación propia. Ed. Austral, [obra publicada en 1929].

*Curadora e investigadora.

Por Érika Martínez Cuervo*

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