Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El jurado principal estuvo presidido por la actriz mexico-keniata Lupita Nyong’o, acompañada por Brady Corbet, Ann Hui, Christian Petzold, Albert Serra, Jasmine Trinca y Oksana Zabuzhko, quienes tuvieron la tarea de escoger qué premiar entre las 20 películas que llegaron a la competencia oficial.
El prestigio mayor se lo llevó Dahomey, de Mati Diop. Un Oso de Oro para un díptico que va de documental a ficción para hablar de colonialismo y saqueo. Este cuenta la historia de 26 de las más de 2000 piezas del Reino de Dahomey que fueron devueltas desde París al Benín actual. ¿Cuál es significado hoy, tanto en la metrópoli como en la excolonia, de esos objetos que fueron secuestrados por los colonizadores? ¿Cuáles son las discusiones que se suscitan entre los que reclaman y sus tenedores? Estos, entre otros, son algunos de los cuestionamientos que la película pone sobre la mesa. Preguntas tan presentes en más de medio mundo: nomás revisar el caso de galeón San José en Colombia.
Hong Sang-soo es parte del inventario de la Berlinale. Yeohaengjaui pilyo (Las necesidades de la viajera) fue el Oso de Plata Gran Premio del Jurado, el segundo puesto. Una francesa (Isabel Huppert) hablando en inglés con un disidente método de enseñar su lengua materna. El director coreano dijo “no entiendo qué le vieron (los jurados) a la película”. Humilde. Lentitud poética, compasión y delicadeza serían los primeros adjetivos que me vienen a la cabeza para un cine que es reconocido y apreciado por esos elementos bien entretejidos en la aparente sencillez de sus historias.
Le sugerimos: ‘Dahomey’, un documental sobre el colonialismo, ganó el Oso de Oro en la Berlinale
Lo más inexplicable para la mayoría de los asistentes a este festival fue el Oso de Plata Premio del Jurado para L’Empire, del francés Bruno Dumont. Una parodia de Star Wars en la campiña francesa con voluptuosas y expuestas mujeres rodeadas de no tan agradables hombres. ¿Serie B? ¿Funciona más como chiste involuntario? O ni eso siquiera.
El jurado también premió (aunque queda un sabor amargo al no estar un tanto más arriba) con el Oso de Plata a Mejor Director al dominicano Nelson Carlo De Los Santos Arias. Pepe, su propuesta, es la historia del hipopótamo nacido en la hacienda Nápoles, de Pablo Escobar. Cuenta cómo llegaron sus ancestros a estas tierras desconocidas, el enfrentamiento con los locales y su partida. Inteligente y divertida forma de abordar este legado imborrable en nuestra historia nacional vista a través de los ojos de un hermano.
De la competencia vale mencionar que el Oso de Plata a Mejor Actuación Protagónica fue entregado a Sebastian Stan por su papel en A Different Man. El Oso de Plata a Mejor Actuación de Reparto fue para Emily Watson por tan corta, pero fascinante intervención en Small Things like These. Igualmente, el Oso de Plata a Mejor Guion fue para Matthias Glasner por Sterben (Muriendo), una de las decepciones. Y el Oso de Plata Contribución Artística Excepcional (Fotografía) fue para Martin Gschlacht por Des Teufels Bad (La bañera del demonio), trabajo del que, para mí, se esperaba mucho más. El Oso de Oro Honorario fue para Martin Scorsese, en una ceremonia muy sentida en la que se le rindió tributo a su extensa carrera.
Entre las decepciones que pasaron por la sección oficial está la propuesta del francés Olivie Asayas, Hours du Temps (Tiempo suspendido), la alemana Sterbern y la italiana Gloria! (o cómo hacer un video musical de Laura Pausini de dos horas). También, Matt and Mara del canadiense Kazik Radwanski, una muestra más de que en Norteamérica son especialmente buenos en volver genérico lo independiente.
Le recomendamos: Dos Osos y la mejor dirección en Encounters para cine latinoamericano en la 74 Berlinale
Lo malo: la salida en blanco de La cocina, del mexicano Alonso Ruizpalacios, un trabajo que incluye al máximo al espectador con temas como la justicia migratoria y el entendimiento intercultural, sustentados en una actuación vibrante de Raúl Briones. Tampoco recibió nada Tú me abrasas, donde el intento de traducir poesía a poesía en imágenes le sale bien al argentino Matías Piñeiro. Pienso, además, que La piel en primavera, de Yennifer Uribe, debió correr con mejor suerte.
La sección Encounters, con Lisandro Alonso, Denis Côté y Tizza Covi como jurados, premió a DIRECT ACTION, como Mejor Película. La Mejor Directora fue la brasileña Juliana Rojas por Cidade, Campo. Y se entregó un Premio Especial del Jurado (ex-aequo) a Khamyazeye bozorg (The Great Yawn of History) del iraní Aliyar Rasti, y para Kong fang jian li de nv ren (Some Rain Must Fall) de Qiu Yang.
Los premios al mejor documental presentado en cualquier sección de la Berlinale 2024, 20 en total, fueron repartidos así: Mejor Documental: No Other Land de Basel Adra, Hamdan Ballal, Yuval Abraham y Rachel Szor. La Mención Especial fue para DIRECT ACTION de Guillaume Cailleau y Ben Russell.
Otros premios a resaltar serían los del FIPRESCI (Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica) a las mejores películas de las distintas secciones de Berlinale, quedaron así. En Competencia: My Favourite Cake de Maryam Moghaddam y Behtash Sanaeeha. En Encounters: Sleep with Your Eyes Open de Nele Wohlatz. En Panorama: Faruk de Aslı Özge Y en Forum: The Human Hibernation de Anna Cornudella Castro.
Podría interesarle: “Oppenheimer” ganó el principal premio SAG, conozca la lista de ganadores
Los latinos quedamos bien representados en Generation Kplus, que vuelve la mirada a la vida de niños y jóvenes, con las producciones peruanas Reinas, de Klaudia Reynicke, que se alzó el Grand Prix del Jurado Internacional. Y la Mención Especial del Jurado Internacional para Raíz de Franco García Becerra. Además, Un pájaro voló, el corto del colombiano Leinad Pájaro De la Hoz, recibió el Premio Especial del Jurado Internacional a Corto.
Así quedaron los premios en las diferentes secciones y categorías de esta edición 74 de la Berlinale que se entregaron el pasado sábado 24 de febrero. Un festival que deja a sus seguidores y fans (sí, los tiene) un tanto en ascuas por un futuro lleno de preguntas. La salida de Carlo Chatrian deja a la línea dura, la que se pega al cine como arte, algo asustada. Al mercado se le pide más cercanía con lo que se logre exhibir y vender, y menos arthouse. Se le pide un manejo más importante con el Ministerio de Cultura alemán, el que pone el dinero, pero su nueva directora, Tricia Tuttle, no parece hablar alemán. Se le pide aún más compromiso político con el devenir del mundo; como en esta ocasión, en la que se le critica la falta de posición oficial ante la guerra entre Palestina e Israel. No queda más que empezar a ponerle velas a los dioses de la cinefilia para que protejan este festival de cine que hospeda la ciudad de Berlín.