Desde las bocas de los candidatos hasta los carteles de sus seguidores, desde las redes sociales hasta las calles de las ciudades, los insultos y agresiones han inundado la contienda electoral. Las propuestas y los argumentos se han reemplazado por ataques que no solo empañan la dirección de las candidaturas presidenciales de este año, sino que potencia el odio y la intolerancia entre los ciudadanos que, ante su inevitable condición humana, tienden a pensar diferente.
El pasado miércoles, el debate del Eje Cafetero tuvo que ser cancelado –y posteriormente grabado para ser transmitido en diferido- debido a los abucheos y hasta agresiones físicas que no permitieron el ingreso de algunos candidatos al Teatro Fundadores, donde iba a ser llevado a cabo el evento. Las imágenes de jóvenes gritando ultrajes enardecidos contra los aspirantes a la Casa de Nariño preocuparon gravemente a la Misión de Observación Electoral (MOE), entidad que en anteriores ocasiones ya había denunciado la violencia con la que algunos de ellos se referían a sus contrincantes en las urnas.
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Pero las cosas se vienen saliendo de control desde hace un tiempo, con casos como el ataque que recibió Petro en Cúcuta o los palazos y restos de basura que le fueron lanzados a ‘Timochenko’ en Armenia.
Para Alejandra Barrios, directora de la MOE, los candidatos deberían ser los líderes de los mensajes de convivencia y es un panorama desolador que esta situación se replique y magnifique en sus seguidores. “Es lamentable que la agresividad de una minoría de ciudadanos intolerantes, que no reconocen la importancia del debate informado, libre e inteligente, haya impedido la realización del debate público y televisado, programado por Telecafé”, aseguró.
En entrevista con El Espectador, Barrios expresó que, para ella, esto es un reflejo de la “baja calidad de la democracia y la poca comprensión de los procesos políticos”, además de la casi nula “capacidad de diálogo y debate”, tanto entre candidatos, como entre sus seguidores. Por esta razón, es urgente y necesario calmar las humaredas de violencia política y polarización para llevar una campaña electoral y una jornada de elecciones en paz, así propiciar espacios en los que la información y los razonamientos estén por encima de las emociones fugaces y provocadoras.
Por este motivo, la MOE invitó a los candidatos para que avancen en un pacto “que guie desde la ética, la tolerancia y el respeto a las ideas contrarias, el comportamiento tanto de sus campañas, como de sus seguidores y simpatizantes”.