¿Qué representa para usted protagonizar “Preso n.° 1”, una historia que narra la actual situación política de México e involucra a toda América Latina?
Preso n.° 1 es un regalo de vida. Creo que por proyectos como este es que soy actor. Me siento cautivado por proyectos que me permiten no solo hablar de manera profesional, sino también como ciudadano mexicano y de Latinoamérica, y expresarnos para decir que necesita tantos cambios positivos de tipo social y económico. De alguna manera, la historia de esta serie nos invita a creer que, incluso hoy, una utopía puede ser algo posible.
(Le recomendamos: “Peacemaker”: acción, drama y heavy metal)
Desde su posición, ¿qué significó encontrarse con este personaje, darle vida a esta historia con una temática tan compleja y polémica?
Fue un proceso de mucho goce, retador. Siempre digo de Preso n.° 1 que ha sido el proceso actoral que más a exigido de mi físicamente, por la acción, la cantidad de golpes, de dolor por el que transita el personaje. Otra característica importante es la cantidad de épocas con que está construida la narrativa dramática de esta serie.
¿Cómo fue el proceso de construcción de su personaje de Carmelo Alvarado ?
Fue superexigente y, por el otro lado, también superdoloroso, porque cuando uno ve retratado todo lo que siente que debe cambiar en el país y ver que hasta el día de hoy sigue siendo una utopía, cuando ve esos cambios tan lejanos, se siente frustrado. Sin embargo, para mí fue un proceso constante también de alzar la voz y decir: exijamos lo que merecemos. En esta Latinoamérica que necesita paz, oportunidades y equidad, Preso n.° 1 no solo entretiene, también nos invita a reflexionar y generar estos cambios que nuestros países necesitan.
(Lea también: “La fortuna”, una serie con tinte histórico)
¿Cómo podría describir la cronología de esta serie, que desemboca en los hechos actuales.
Fue muy emocionante, sobre todo filmarla. Fue muy impactante, porque el personaje comienza en una época y termina en otra. Pasan muchos años y para mí fue muy bonito poder construir al personaje en estas diferentes etapas. Primero vemos a Carmelo de joven, adolescente, viviendo en un pueblo y luchando para no verse envuelto en las cosas del entorno que decidió salir adelante, estudiar, prepararse y eso lo lleva a Ciudad de México. Allí una reportera le hace una entrevista en la calle y eso lo lleva a convertirse en una estrella de la televisión de forma fortuita. Luego lo invitan a ser candidato a la presidencia... nadie espera que gane, finalmente Carmelo gana. Él empieza a cambiar las cosas y le ponen una trampa para llevarlo a la cárcel y asesinarlo, se escapa y se convierte en el Preso n.° 1. Lo bueno de esta serie es que se trata de una historia de acción que también podemos disfrutar.
En una entrevista reciente, contó que, si no hubiera sido actor, sería chef. ¿De dónde viene su pasión por la gastronomía?
Creo que todo se resume en una frase: amo comer. Yo lo disfruto muchísimo, tengo muy buen olfato y muy buen gusto, quizá los sabores me saben más que a otras personas; cuando estoy comiendo es un momento especial en casa, el tiempo se detiene y estoy comiendo nada más, entonces lo disfruto. Me encanta cocinar y compartirlo con los demás y creo que a partir de la cocina es que realmente compartes algo vital del mundo.
(Además: “Amsterdam” y “Bilardo, el doctor del fútbol”, novedades de HBO Max para marzo)
¿Qué otros proyectos profesionales está desarrollando en este momento?
Comencé este 2022 con la promoción de Oscuro deseo 2, una serie que hice para Netflix; acabamos de estrenar la segunda temporada. Ahora comienza todo el proceso de crear, porque vienen algunas series de televisión, posiblemente una película, y si el destino me guiña un ojo estaré regresando al teatro también a finales de año. Entonces, esos son los proyectos por ahora.