“Historias ciegas”: apague los ojos y prenda la imaginación

La primera temporada de “Historias ciegas” irá hasta diciembre y los estrenos están programados quincenalmente.

Foto: Getty Images/iStockphoto - OSTAPENKO ANTON

Historias ciegas es una serie sonora en formato pódcast. El proyecto debutó con el capítulo Zumbido, que narra la historia de Leonardo Juárez, un ejecutivo comercial que debe enfrentar sus miedos en el hotel Langeelan.

Durante siete minutos, la persona debe poner atención a los diálogos y a los sonidos para recrear el mundo que propone el episodio.

Este proyecto, que retoma la experiencia de la radionovela, tiene el objetivo de hacer que el espectador “se desconecte un poco de la pantalla y empiece a usar la imaginación”, dice Javier Romero, creador y escritor, junto a Gino Carranza, de Historias ciegas.

La idea de hacer esta audioserie surgió hace unos meses cuando Romero y Carranza participaron en la convocatoria Con la lavadora al fondo, de RTVC, que escogió trabajos audiovisuales y sonoros creados durante la época del aislamiento preventivo para emitirlos en las diferentes señales del sistema de medios.

Para RTVC idearon El parche surrealista, una especie de reality, que forma parte de la parrilla de Radiónica, en la que siete objetos inanimados reflexionan sobre las medidas sanitarias que reducen el contagio del COVID-19, que poco a poco van perdiendo impacto en la memoria de la gente.

Generalmente, el pódcast está ligado a temas específicos como música, historia, cine o noticias. Pocos exploran la ficción, así que la radionovela Yo confieso, de El Espectador, también fue un espaldarazo para que naciera Historias ciegas.

“Le apostamos a tener una ficción sonora y por eso creamos esta antología, que cuenta con dos historias de terror, una comedia dramática, una aventura y una historia de ciencia ficción”, comenta Romero.

De las series televisivas La dimensión desconocida y Black Mirror tomaron la idea de hacer varios capítulos sin que se conecten entre sí y de diferentes géneros, porque quieren “experimentar con distintas emociones y distintas historias para la gente”.

Con esa decisión, esperan llegar a públicos diversos y ampliar la oferta de contenido que ofrecen en Mafia Digital, empresa con la que desde 2015 han creado contenidos originales como SexCiudad o Drama gol, y con la que han apoyado producciones colombianas que han estrenado diversas plataformas de video en streaming.

El próximo estreno audiovisual lo tienen programado para este mes: Error 503, que narra la vida de un hombre que tenía una vida tranquila y plena antes del apagón de internet en 2021.

Así que, como ya han creado un nombre en la industria audiovisual, retoman el gusto de los abuelos por la radionovela y les ofrecen a los adultos contemporáneos una serie de ficción que, siguiendo la característica de estos tiempos, se puede escuchar donde y cuando la gente quiere.

Eso quiere decir que Historias ciegas no se emite en ninguna emisora, sino que está disponible en las plataformas online dedicadas al audio.

Otra diferencia con la típica radionovela es que no grabaron en un estudio ni con micrófonos de radio, sino que fue producida en exteriores y con micrófonos de cine, que le permiten al espectador escuchar mejor los detalles de, por ejemplo, un mosquito dando vueltas o al personaje que está caminando con el hacha en la mano.

Así mismo, para las grabaciones que se hicieron durante el confinamiento, contaron con el trabajo de actores, y aunque solo capturaron la voz, todo tuvo una puesta en escena que, en palabras del creador, le aportó vida y realidad al proyecto.

Por ahora, saben que ganar dinero con Historias ciegas es complicado, pero tienen la esperanza de que, con el pasar de los días, los colombianos y latinoamericanos conozcan el proyecto, que en esta primera temporada tiene programados estrenos quincenales hasta el próximo 28 de diciembre.

El segundo episodio de la antología, Silbido, estará disponible el 13 de noviembre y continúa con el género del terror, pues un personaje siniestro hipnotiza a las personas, con un silbido, y las obliga a hacer cosas horribles. La invitación está abierta para que el espectador apague los ojos y prenda la imaginación.