El 6 de agosto, Toei Animation Studio estrenó el capítulo 1071 del anime One Piece, en el que su protagonista, Luffy, reveló una nueva evolución de sus poderes de goma al estirar su cuerpo a voluntad, adecuar su forma corpórea a las necesidades, como hacer rebotar balas, y convertirse en un objeto, referenciando a Tom y Jerry en sus peleas y herramientas usadas. Esto hizo que en internet se hablara de un término relativamente reciente llamado ToonForce.
(Puede leer: Henry Pimienta Pushaina, sonoridades inspiradas en el territorio ancestral)
Aunque uno de los primeros productos de la animación fue Fantasmagorie, un cortometraje de 700 imágenes de Émile Cohl en 1907, fue hasta la tercera década del siglo XX que el boom de la animación dio paso a la creación como Felix the Cat de Otto Mesmer (1920), Betty Boop de Max Fleischer (1930), Looney Tunes de Leon Schlesinger Productions (1930), teniendo en cuenta la línea de tiempo de la animación de la Escuela de Arte ESDIP.
En esta etapa de la animación mundial, los programas y personajes tenían un enfoque de comedia, con historias autoconclusivas, en formato de sketches. Con un humor físico, de golpes, accidentes, peleas y surrealismo, estos primeros pasos de la animación se encontraban antes de las películas y posteriormente en la televisión.
Destacando a los Looney Tunes, estas series crearon personajes icónicos que, sin importar las adaptaciones, participaciones especiales y extensiones de sus productos mercadotécnicos, mantenían las mismas características: desafiar la estructura de las leyes físicas de la realidad. Actualmente, a esta habilidad se le conoce como Toon Force.
Dibujar un túnel en una pared y que se pueda atravesar, desprender partes del cuerpo sin morir, sin dolor o sin presentar afectaciones en el cuerpo, sacar objetos de la nada, cortar el agua, correr en el cielo, sobrevivir a la caída de un piano o al ser atropellado por un tren son parte de las características de estas habilidades.
(Puede leer: Ángelo Hernández debuta en los corridos con su sencillo “Porte fino”)
Por ejemplo, Popeye, luego de comer su conocida fuente de energía, la espinaca, es capaz de unir o dividir los continentes a fuerza bruta. El Pato Lucas es capaz de sobrevivir a un escopetazo directo de Elmer Gruñón, sin perder la vida y solo con la consecuencia de mover su pico, o incluso, la forma en la que La Mascara, de los comics y la película The Mask, con Jim Carrey, modifica su entorno físico, convirtiendo un arma echa de globoflexia, el arte de hacer figuras con globos de fiesta, a un arma real, son ejemplos puntuales de que es la Toon Force.
Esto puede parecer como un poder más, incluso salido de los relatos vistos en la literatura de Marvel o DC Cómics, la diferencia es que estas habilidades responden a lo absurdo, a las intenciones del personaje en realizar una acción en particular, generalmente, graciosa.
Incluso, la Toon Force no solo manipula la realidad, también puede manipular la narrativa de la historia, rompiendo la cuarta pared, aquella división invisible que separa el mundo real con el mundo ficticio de la película, serie u obra teatral.
Personajes como The Mask, el Juez Doom de “¿Quién mató a Roger Rabbit?”, o el mismo antihéroe de Marvel, son capaces de manipular la historia narrativa de sus propias historias ficticias, todo mediante a este poder caricaturesco.
(Puede leer: Esto cuesta comer en el nuevo restaurante de Diego Sáenz de ‘MasterChef’)