Diseñadores muestran joyas y bisutería hechas en el país en BFW

La joyería y bisutería hecha en el país es protagonista del Bogotá Fashion Week (BFW) que le abrió las puertas a los compradores con una rueda de negocios en la que se busca dar a conocer las propuestas nacionales en el exterior y en las que el oro, el cobre y las esmeraldas se mezclan con los textiles y las mostacillas. (Lea: La identidad colombiana, el tema de la nueva edición del Bogotá Fashion Week)

Los organizadores del evento, que se constituye en la plataforma de negocios de moda más importante del país, reunieron a diez diseñadores que trabajaron sus propuestas basados en los conceptos: "Arte y la arquitectura", "Historias mágicas", "Biodiversidad" e "Identidad".

Alejandra Valdivieso, creadora de la marca que lleva su nombre, está presente con su nueva colección, "Guane", inspirada en la cultura que se asentó en la época prehispánica en el departamento de Santander (oriente), del cual es nativa, y que se ubica en el noreste de Colombia.

"En las piezas se destacan piñas, hormigas culonas, la flor del tabaco, pictogramas con ranas y lagartijas, y técnicas en donde trabajamos el alambre, los tejidos en hilo y los bordados", dijo a Efe Valdivieso.

Además, agregó, "como parte del carácter innovador que tiene nuestro ADN, el consumidor va a encontrar una mezcla con materiales no convencionales como textiles, plumas y papel reciclado".

La marca se vende actualmente en nueve países, incluyendo México, Costa Rica y Ecuador, y busca rescatar la esencia colombiana.

Lo anterior, aseguró, "ha sido atractivo para los compradores internacionales que asisten al Bogotá Fashion Week y que, sin duda, nos va a permitir llegar a otros mercados como Estados Unidos y Europa que aprecian el sabor latino".

También, Flor Amazona, de la diseñadora Ana María Sarmiento, hace presencia en la actividad con la colección "Ciudad Perdida", que cuenta la historia de una europea que llega al Caribe colombiano y se "enamora" de los tejidos y joyas indígenas.

Para representar lo anterior, Sarmiento empleó piezas en bronce, con baño de oro de 24 quilates y mostacillas de vidrio que ya se comercializan en Europa, Estados Unidos y China, entre otros países.

En la elaboración de cada accesorio la diseñadora se apoyó en aborígenes de la etnia Wayúu, residentes en el departamento de La Guajira (norte) y para quienes creó una fundación que apadrina a 500 niños.

Por su parte, Rosa Rodríguez, diseñadora de la marca Míe, se inspiró para la feria en las lágrimas de Fura, diosa de las esmeraldas.

Para ésta, su primera colección, quiso "mostrar a una mujer que innova, transforma y es libre, ejecutiva, sobria y elegante, utilizando oro de 18 quilates, plata, bronce y base de cristal con chispas de esmeraldas encapsuladas", manifestó.

Míe, respaldada por el Museo Internacional de la Esmeralda, se ha fijado la meta de empezar a vender fuera de Colombia sus piezas, teniendo como garantía el hecho de que "internacionalmente es conocido que ésta piedra es el orgullo nacional", reflexionó Rodríguez.

Otro de los participantes del área de joyas y bisutería del BFW es Metalero, de Alexander Cortés y Diana Pulido, quienes quisieron "recuperar el patrimonio colombiano con técnicas ancestrales de la orfebrería y los relatos populares que pertenecen al material cultural inmaterial de la Nación".

En ese proceso utilizaron plata y oro, elementos con los cuales también hicieron esculturas que evocan la popular leyenda de El Dorado.

Y es que, sostuvo Cortés, "cuando hablamos de identidad nos referimos al sentido de pertenencia al territorio y del rescate de esas historias". 

La joyería y bisutería hecha en el país es protagonista del Bogotá Fashion Week (BFW) que le abrió las puertas a los compradores con una rueda de negocios en la que se busca dar a conocer las propuestas nacionales en el exterior y en las que el oro, el cobre y las esmeraldas se mezclan con los textiles y las mostacillas. (Lea: La identidad colombiana, el tema de la nueva edición del Bogotá Fashion Week)

Los organizadores del evento, que se constituye en la plataforma de negocios de moda más importante del país, reunieron a diez diseñadores que trabajaron sus propuestas basados en los conceptos: "Arte y la arquitectura", "Historias mágicas", "Biodiversidad" e "Identidad".

Alejandra Valdivieso, creadora de la marca que lleva su nombre, está presente con su nueva colección, "Guane", inspirada en la cultura que se asentó en la época prehispánica en el departamento de Santander (oriente), del cual es nativa, y que se ubica en el noreste de Colombia.

"En las piezas se destacan piñas, hormigas culonas, la flor del tabaco, pictogramas con ranas y lagartijas, y técnicas en donde trabajamos el alambre, los tejidos en hilo y los bordados", dijo a Efe Valdivieso.

Además, agregó, "como parte del carácter innovador que tiene nuestro ADN, el consumidor va a encontrar una mezcla con materiales no convencionales como textiles, plumas y papel reciclado".

La marca se vende actualmente en nueve países, incluyendo México, Costa Rica y Ecuador, y busca rescatar la esencia colombiana.

Lo anterior, aseguró, "ha sido atractivo para los compradores internacionales que asisten al Bogotá Fashion Week y que, sin duda, nos va a permitir llegar a otros mercados como Estados Unidos y Europa que aprecian el sabor latino".

También, Flor Amazona, de la diseñadora Ana María Sarmiento, hace presencia en la actividad con la colección "Ciudad Perdida", que cuenta la historia de una europea que llega al Caribe colombiano y se "enamora" de los tejidos y joyas indígenas.

Para representar lo anterior, Sarmiento empleó piezas en bronce, con baño de oro de 24 quilates y mostacillas de vidrio que ya se comercializan en Europa, Estados Unidos y China, entre otros países.

En la elaboración de cada accesorio la diseñadora se apoyó en aborígenes de la etnia Wayúu, residentes en el departamento de La Guajira (norte) y para quienes creó una fundación que apadrina a 500 niños.

Por su parte, Rosa Rodríguez, diseñadora de la marca Míe, se inspiró para la feria en las lágrimas de Fura, diosa de las esmeraldas.

Para ésta, su primera colección, quiso "mostrar a una mujer que innova, transforma y es libre, ejecutiva, sobria y elegante, utilizando oro de 18 quilates, plata, bronce y base de cristal con chispas de esmeraldas encapsuladas", manifestó.

Míe, respaldada por el Museo Internacional de la Esmeralda, se ha fijado la meta de empezar a vender fuera de Colombia sus piezas, teniendo como garantía el hecho de que "internacionalmente es conocido que ésta piedra es el orgullo nacional", reflexionó Rodríguez.

Otro de los participantes del área de joyas y bisutería del BFW es Metalero, de Alexander Cortés y Diana Pulido, quienes quisieron "recuperar el patrimonio colombiano con técnicas ancestrales de la orfebrería y los relatos populares que pertenecen al material cultural inmaterial de la Nación".

En ese proceso utilizaron plata y oro, elementos con los cuales también hicieron esculturas que evocan la popular leyenda de El Dorado.

Y es que, sostuvo Cortés, "cuando hablamos de identidad nos referimos al sentido de pertenencia al territorio y del rescate de esas historias".