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En la Despensa de Rafael

Rafael Osterling, el célebre chef peruano, acaba de abrir un nuevo restaurante en Bogotá que pretende ofrecer una comida más sencilla  que trabajará con los mejores productos del mercado.

Liliana López Sorzano
07 de agosto de 2010 - 03:28 a. m.

“Chino, un pulpo y una sopa para la mesa seis”, grita Rafael Osterling con esa expresión cachaquísima acuñada por este chef mientras revisa cuidadosamente lo que se sofríe en una sartén en su nuevo local: La Despensa de Rafael.

Bogotá se convirtió en una especie de segunda casa para este peruano de ascendencia sueca, porque fue aquí donde abrió la versión colombiana de su restaurante Rafael en su natal Lima. Este lugar se ha convertido en un clásico y en un referente para los paladares más exigentes. La sede en Bogotá ha ido abonando el terreno y, a pesar de que aún es joven, se ha consagrado como territorio donde se celebra una culinaria íntima, personal, de autor, que va más allá de un sello nacional y de la fama que ha conseguido la gastronomía peruana.

Como hombre creativo y de ideas en movimiento que es, acaba de abrir, casi en simultánea, dos nuevos restaurantes, uno en Lima, El Mercado, el concepto de lo criollo pero estilizado que evoca un puesto de cebichería, y La Despensa en Bogotá. “Es un concepto más tranquilo, una suerte de bistró-café con una cocina de mercado que utiliza los mejores productos de temporada”, aclara el chef.

En efecto, esta es una especie de mini Rafael que ofrece comida más sencilla, más relajada para que la gente pueda ir a cualquier hora del día. Sánduches, ensaladas y pastas se encontrarán siempre en la carta y muchos de los platos variarán de acuerdo con los productos que se encuentren en el mercado y con la creatividad del cocinero. Un pollo campesino, un steak con papas fritas típico de los bistró parisinos, un steak de atún con pimienta verde, un salmón teriyaki, una cassoulette de pato, una hamburguesa de cordero magrebí con humos y un dip de yogur con menta se podrán hallar dentro de esta despensa que siempre saca recuerdos de viajes y sabores de otras ciudades.

En esta nueva aventura lo acompaña el chef Rodrigo Alzamora, quien trabaja a su lado desde 2005 en todos sus locales y quien será el que dé la cara en lo cotidiano. A pesar de que parece muy joven, ya tiene un recorrido importante. Se graduó de la escuela Cordon Bleu en Lima, hizo un máster en cocina italiana y luego trabajó en el restaurante Dolce Stil Novo, en el Piemonte, galardonado con dos estrellas Michelín. Su última escala la hizo en Madrid, en el restaurante Asiana, donde empezó como pasante y terminó como jefe de cocina.

Osterling asegura que al margen de que los platos sean sencillos, eso no quiere decir que no tengan técnica y pulcritud, porque a todos se les pone la misma voluntad. “De repente no tendrán la sofisticación y el grado de elaboración de Rafael, pero sí el máximo sabor dentro de la sencillez”.

En un ambiente acogedor, tanto adentro como en la gran terraza que lo rodea, La Despensa de Rafael promete mezclar aciertos culinarios que cambiarán según el mercado con una experiencia agradable que se vive en pequeños detalles de fina coquetería, en la decoración original, en la música interesante y acorde con el lugar, en la escogencia de una bonita vajilla, en el diseño de la carta y en la luz que cae en su punto. Una antigua casa esquinera, situada en el tradicional barrio de Quinta Camacho, se encargará de darle vida a este nuevo proyecto.

 Es de destacar que este año su restaurante Rafael de Lima acaba de ganar el premio como mejor restaurante del país. Más de 5.000 entrevistados, entre las personalidades más influyentes de Perú, lo escogieron para ponerlo al comienzo de la lista.

 La Despensa de Rafael.

 Calle 70A N° 9-95.

 Tels.: 235 8878 y 235 8891.

Por Liliana López Sorzano

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