“Epa Colombia”: “Dios quiso que amara a una mujer”

Daneidy Barrera, más conocida como “Epa Colombia”, llevará “la payasada” al Mundial de Rusia 2018 en compañía de su novia Diana Celis, futbolista profesional.

El Espectador
25 de abril de 2018 - 02:00 a. m.
Daneidy Barrera (“Epa Colombia”) estudió entrenamiento deportivo en el Sena.  / Punto Firme Music
Daneidy Barrera (“Epa Colombia”) estudió entrenamiento deportivo en el Sena. / Punto Firme Music

Vimos en 2016 que el presidente Juan Manuel Santos mandó un mensaje de apoyo a la Selección Colombia con su video “Eh, ¡Eh, Epa Colombia!”. ¿Qué pasó después de eso?

Nunca esperé que él fuera a compartir mi video, fue una bendición muy grande. Después de eso fue el video con más reproducciones en Youtube ese año.

¿Recuerda ese partido?

Sí, fue ante Chile. Ellos jugaban en la noche y yo subí el video a las 6:30 p.m. A las 9:00 p.m. ya era viral.

¿El personaje de “Epa Colombia” fue un accidente?

No, yo ya hacía videos desde los 15 años. Me grababa con amigas en el colegio, cuando hacía porras, cuando iba a la discoteca, y los subía a las redes sociales a nombre de Daneidy Barrera, así no me viera nadie. A los 18 me volví viral con el video de Epa Colombia.

En los videos de “Epa Colombia” que sube a Instagram y a Youtube usa algunos términos que no son comunes. Habla, por ejemplo, de “la andrógina” o “la traveca”, ¿de dónde salen?

Tú vas a cualquier discoteca gay y vas a encontrar Epa, epa la arepa. Epa el chorizo. Con las maricas, la andrógina, la traveca, como se les dice a las travestis. Esas son palabras de la comunidad LGBT, que soy yo.

¿Cuándo reconoció su orientación sexual?

Yo antes tenía novio hasta que llegué al Sena y terminé con él. Ahí tenía una amiga que era muy linda y me gustaba muchísimo, pero ella no lo sabía. Y yo le dije que nos diéramos un beso porque nunca había besado a una mujer. A ella le quedó gustando y a mí también. Hoy en día ya vivimos las dos, tenemos un hogar y estoy supercontenta a pesar de las críticas.

¿Cuáles críticas?

De la homofobia. A la gente le cuesta aceptar dos mujeres. Cuando vamos por la calle cogidas de la mano, la gente se impresiona y nos dice: “qué asco las lesbianas”.

¿Esa amiga es la futbolista Diana Celis?

Sí. Nos conocimos en el Sena cuando estudiamos entrenamiento deportivo. Ella me cambió la vida porque yo era muy cerrada para el amor, cuando tenía novio me les escapaba. Pero con Diana es diferente, ya no me dan ganas de salir al mundo de la fiesta y de los vicios. Diana me hace muy feliz, me apoya en mis videos, me ayuda a superar el bullying y me enseñó a conocerme.

“Hay quienes piensan que una persona de clase baja no puede salir adelante”, dijo hace dos años en un video de El Espectador...

Yo la verdad vengo desde lo más abajo, estrato 1. Y a alguna gente le da rabia y envidia verme progresar. Desde que comencé con esto de los videos, la gente en el barrio me atacaba con malos comentarios. En internet creaban cuentas falsas para maltratarme. Para aguantar esto hay que pedirle mucha fuerza a Dios.

Pero se defiende con el humor…

Sí. A todas las cosas que me dicen les respondo con la payasada. Si me dicen guisa, les digo “¿Entoes qué, cómo sería?” o “¡Cuidado ahí!, manitas”. Cada vez que saco el chiste, la gente en lugar de darle más rabia, les da risa.

¿Vive en el mismo barrio de antes?

Me fui más arriba a vivir con mi pareja en un apartamento. Ahí es donde hago mis videos.

¿Ha sentido alguna contradicción entre su fe y amar a una mujer?

Yo creo que nadie nos puede juzgar, el único que nos puede juzgar es Dios. Y si yo vivo con esa pareja es porque Dios quiso que yo amara a una mujer.

¿Qué les dice a quienes con la bandera de la religión quieren terminar con el matrimonio de personas del mismo sexo?

Dios no castiga por amar a otra persona. A mí me decían que Dios no escuchaba a las lesbianas, a los ñeros, pero él me escucha tanto que me ha transformado el corazón. Lo que les puedo decir a las personas es que sí se puede salir adelante.

Precisamente el mensaje del papa Francisco es “no se debe marginar a estas personas por eso, deben ser integradas en la sociedad”.

Sí, yo respeto las religiones. Pero no soy católica, ni el papa ni los sacerdotes me representan. Al único que le tengo que rendir cuentas finalmente es a Dios.

Esta entrevista hace parte de la serie Podcast “Esto es amor”, de El Espectador.

Por El Espectador

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