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Fiestas de San Pedro en Neiva: música, danza y tradición

Durante 11 días, la 56 versión del Festival Folclórico, Reinado Nacional de Bambuco y Muestra Internacional del Folclor, estuvo cargada de diversas actividades culturales con rajaleñas, gastronomía, artesanías, danzas. Y de entretenimiento, con el tradicional reinado y conciertos.

Lucety Carreño Rojas, Neiva.
05 de julio de 2016 - 09:20 p. m.
Desfile "Mancha Amarilla la Nación" en Neiva. / Mauricio Bermudez
Desfile "Mancha Amarilla la Nación" en Neiva. / Mauricio Bermudez

Llegué el jueves en la mañana a Neiva, capital del departamento del Huila. Estaban en fiestas. Se iniciaron el viernes 24 de junio. Hacía calor pero no tanto como de costumbre, los huilenses estaban felices. Iba a empezar lo mejor del festival. Las risas, el sol y los colores conjugaban para hacer un escenario perfecto.

Desfiles, cocteles, eventos, rajaleñas, gastronomía, artesanías y conciertos. Pensé en las candidatas y que no debe ser fácil estar en los zapatos de ellas, tacones, vestidos, trajes representativos de cada región que venían a representar, maquillaje, pero sobretodo, en el baile tradicional, el sanjuanero huilense. Algunas de ellas me contaron que era un baile exigente y desgastante. Físicamente, sus pies quedaban ampollados e inclusive sangrando, pero todo se vale por amor al arte y al folclor colombiano.

El director de Corposanpedro, José Fabián Torres Celis, y el gobernador, Carlos Julio González, en compañía de los opitas, trabajaron arduamente para realizar su Festival. Festival que estaba perdiendo su tradición pero que ellos quisieron retomar y mejorar. Ya son 56 años de arte, cultura, reinados y bambuco.

El calor era inclemente y las candidatas sonreían, corrían y desfilaban mientras los habitantes y turistas gritaban, reían, aplaudían y tomaban. Ellos sabían que eran sus fiestas, por eso se les veía tan felices.

En el desfile acuático, el sábado, por el Río Magdalena y en el “Gran Desfile Folclórico” de carrozas, comparsas, bandas y cabalgata el domingo, era impresionante ver la cantidad de gente que asistió. Podía ver el inicio y a las candidatas pero el final o la última persona era imposible. Durante el desfile, las rajaleñas entonaban coplas que trasmitían las tradiciones culturales de su región y lo alegres que estaban de atraer tantos visitantes como en un pedazo de sus letras que decía, “así es que me gusta a mí que vengan los de otra parte a bailar con los de aquí”.

Las entidades encargadas del festival quisieron que los asistentes lo disfrutaran al máximo, por lo que trataron de realizar todas las actividades gratuitas. Fabián Torres mencionó que “se trabajó arduamente, en jornadas maratónicas que se iniciaron el primero de marzo para poder realizar más de 63 eventos, de los cuales el 96% era gratis”.

En la noche del sábado el clima estaba templado en comparación con otros días, como me contó un habitante. Al llegar al “Súper Concierto Sampedrino”, a las afueras del Estadio Guillermo Plazas Alcid, en donde estaría Gilberto Santarrosa como invitado internacional, y Alkilados y Martín Elías como los nacionales, y varios grupos locales, tampoco pude calcular la cantidad de personas que asistieron pero todo estaba copado, era su tablado popular –fiesta del pueblo-. Los opitas estaban consumiendo su tradicional aguardiente Doble anís, cantaban, se tomaban fotos y esperaban ansiosos a los artistas nacionales y al caballero de la salsa para cantar todas sus canciones.

Pude ver la euforia y la felicidad de la gente. Desde los más jóvenes que disfrutaron de Alkilados y su pura playa, pasando por los amantes de la salsa que se deslumbraron viendo a Santarrosa y, finalmente, a los amantes del vallenato que entonaron las canciones de Martín Elías.

En fiestas, todos tienen energía, nadie quiere parar. Lo comprobé al despertarme la mañana del domingo y ver a la gente, que desde tempranas horas, estaba esperando a las candidatas para hacerles barra y arrancar con ellas el día. Primero, el desfile que duró cerca de cuatro horas y que estuvo cargado de rajaleñas, variedad de bailes de todas las regiones de Colombia, y las reinas en carrozas saludando y sonriendo. Y en la noche se dividieron en dos grupos. Por un lado, estaban los que querían acompañar a las candidatas hasta la elección y coronación, y por otro, los que asistieron a la "fiesta de todos".

Esa noche fue convulsa, Neiva estaba paralizada. En la coronación, en el Coliseo Álvaro Sánchez Silva, con el tradicional Sanjuanero huilense, cada reina demostró su talento y al terminar llevándose la corona la Señorita Tolima, Valentina Bonilla Neira, hubo bastante inconformismo, como lo reflejó públicamente la Señorita Bogotá en plena coronación, quien le quitó la corona por unos segundos a la nueva Reina Nacional del Bambuco. (Lea: Señorita Bogotá le arrebata por unos minutos la corona a la nueva Reina del Bambuco)

Y en otro punto, por la Rivera, el Club Campestre estaba a reventar con los asistentes, que esperaban las presentaciones de Carlos Vives y Silvestre Dangond, con Juancho de la Espriella –en su reencuentro-. El trancón para llegar al lugar era peor que los que se producen en Bogotá, pero valió la pena la espera.

Vives cantó, bailó el sanjuanero, jugó fútbol y montó en bicicleta durante dos horas y Dangond y La Espriella paralizaron a los asistentes al ritmo de vallenato y acordeón. Estos artistas colombianos cerraron de la mejor manera y hasta la madrugada de lunes las Fiestas de San Pedro y el Festival Folclórico.

Puedo decir que me regresé la mañana del lunes con una gran sonrisa para Bogotá, y no solo yo, sino también los turistas y visitantes y los mismos huilenses al ver que 56 años después todavía existen personas que quieren preservar y dejar el legado a las futuras generaciones de lo que es Colombia: música, color, tradición, talento y folclor.

Por Lucety Carreño Rojas, Neiva.

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