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La cámara de Sofía Coppola

Entrevista con la directora de ‘Lost in Translation’, película que ganó el Óscar por mejor guión original en 2003. Su película más reciente es ‘The Bling Ring’.

Fabián W. Waintal / Especial para El Espectador
31 de agosto de 2013 - 03:00 a. m.
 Sofía Coppola prefiere crear detrás de una cámara antes que actuar. / Cortesía
Sofía Coppola prefiere crear detrás de una cámara antes que actuar. / Cortesía
Foto: Photo Credit: Merrick Morton

Con un padre como Francis Ford Coppola, un primo como Nicolas Cage y una tía como Talia Shire, Sofía Coppola está acostumbrada a vivir en el mundo del Óscar, disfrutando la fama detrás de las cámaras, sin llamar demasiado la atención. Y para alguien que no se siente tan cómoda entre periodistas, es un verdadero logro conseguir una entrevista donde ella no sea la directora. Pero aquí está. La conseguimos.

¿Es verdad que no le caen muy bien los periodistas y las entrevistas?

No es algo muy normal sentarse a hablar de uno todo el día. Es demasiado extraño, no es natural. Cuando estoy orgullosa de una película, igual pongo mi corazón porque tengo ganas de hablar de mi trabajo. Pero el mundo de las entrevistas es bastante surrealista.

¿Y su mundo es muy normal? ¿Cómo fue crecer con un padre como Francis Ford Coppola?

En mi juventud, lo común era estar en mundos a donde no iban otros jóvenes. Y recuerdo que siempre me emocionaba cuando tenía que ir de viaje con papá para ver ese mundo tan diferente. Recuerdo una vez, por ejemplo, en que estaba en un casino con papá y le dieron clases privadas para jugar a los dados, solamente a él.

Yo también recuerdo cuando usted trabajó con su padre en la tercera película de ‘El Padrino’, pero el libro ‘El último don’ nunca llegó al cine. ¿Se imagina dirigiendo esa película sobre ‘El Padrino IV’? ¿Hay otro libro de ‘El Padrino’?

Sí, sí.

Ah, no, igual no me imagino dirigiendo algo así, para nada.

Y teniendo en cuenta que trabajó como actriz en ‘El Padrino III’, ¿no se imagina volviendo a actuar?

No, no disfruto la actuación. Solamente hice El Padrino III para probar. Pero realmente prefiero expresarme con algo más visual, detrás de cámara.

Como la única hija de Francis Ford Coppola, Sofía nació el 14 de mayo de 1971, en Nueva York, el mismo año en que empezó el rodaje de la primera película de El Padrino, donde su tía Talia Shire tenía el personaje de Connie, unos años antes de ser la esposa de Rocky. El primo de Sofía, Nicolas Cage, recién se hizo famoso en los años 80, en la época en que juntos también la película Peggy Sue Got Married (Francis era el director y su hija interpretaba el personaje de la hermana de Kathleen Turner). La actuación parecía su futuro, cuando incluso apareció en la última película de El Padrino, como la hija de Michael Corleone que enamoraba al personaje de Andy García (antes había aparecido en las otras versiones de El Padrino con personajes escondidos, como el bebé que bautizan en la primera película). Pero el destino la llevó a seguir los pasos del padre, cuando Sofía Coppola empezó a dirigir con la película The Virgin Suicides, el mismo año en que se casó con el director de cine Spike Jonze (que fue nominado como mejor director por Being John Malkovich). Para cuando se divorció, en el año 2003, Sofía ya había pasado a la historia por haber sido la tercera directora, después de Lina Wertmüller y Jane Campion, en recibir una nominación al Óscar, además de ganar el Óscar por el mejor guión de la película Lost in Translation. Con la famosa estatuilla en la mano, también había marcado el récord de una tercera generación que ganaba el mismo premio en la misma familia (el abuelo Carmine Coppola ya había ganado otro Óscar por la mejor música original de El Padrino II). Con un apellido tan famoso y el mejor prestigio de su carrera por delante, Sofía Coppola también demuestra que sabe dirigir muy bien su vida personal, desde que se volvió a casar el 27 de agosto de 2011 con el cantante de la banda francesa Phoenix, Thomas Mars, el padre de sus dos hijos, Romy y Cosima.

Hablemos del Óscar: desde el perfil de mujer, ¿cree que tiene más opciones de ganar un Óscar como mejor directora desde que la exesposa de James Cameron, Kathryn Bigelow, finalmente ganó el primer Óscar femenino en mejor dirección con ‘The Hurt Locker’?

No, no creo que por ella tenga más oportunidades. Simplemente me parece bueno que haya más puntos de vista. Es algo más común y ahora la posibilidad está abierta.

¿Y cómo fue aquel momento en que la nominaron al Óscar, viniendo de una familia tan acostumbrada a esa clase de premios?

El Óscar fue realmente emocionante. Toda la recepción que tuvo la película Lost in Translation... nunca esperé tener tanta atención, tanta gente conectándose tanto. Fue muy emocionante.

¿Cambió algo en su vida?

¿El Óscar? Sí, definitivamente ayudó a mi carrera, y al haber hecho una película que funcionaba pude volver donde los que la financiaron para seguir haciendo más cine. Sí, claro, creo que ayuda.

A la hora de buscar el presupuesto para financiar una película independiente, ¿enfrenta los mismos obstáculos que tienen otros directores de cine o cree que el apellido Coppola ayuda a abrir más puertas?

Bueno, hoy por hoy siento que mi trabajo consigue la financiación, porque mis películas nunca perdieron dinero y puedo volver a hacer más cine. Teniendo a mi familia en el negocio del cine, al principio, conocí gente y tuve el acceso que probablemente no tienen otras personas. Me abrió la puerta, por no ser famosa. Por supuesto, conocer gente en este negocio, ayuda. Pero a la hora de los resultados, creo que probablemente dudan mucho más por mi nombre.

La música del grupo Phoenix, de su esposo, Thomas Mars, aparece en todas sus películas. ¿Podemos anticipar que seguirán entonando tan bien juntos...?

(Risas) A mí me encanta trabajar con el grupo Phoenix y la colaboración con Tom Mars, mi esposo, se siente bien. Pero cada película también tiene que encontrar una música que se conecte con ese mundo y no puedo asegurar que sea ese mismo mundo siempre.

¿Su familia también la acompaña en el estudio de filmación?

Sí, mi hermano es productor y siempre trabajamos juntos. Me gusta trabajar con él. Y también tengo muy buena relación con el mismo equipo de filmación que viene trabajando conmigo desde hace años. Supongo que es algo que vi en mi padre. Es natural trabajar con gente que conozco.

Acostumbrada al mundo de los famosos, Sofía Coppola ha dirigido ahora la película The Bling Ring, basada en los robos reales que sufrieron Orlando Bloom, Lindsay Lohan, Paris Hilton y Ashley Tisdale, siguiendo la vida de los adolescentes que cometieron aquellos crímenes con un elenco de talentosos actores jóvenes encabezados por Emma Watson. La historia ya había causado suficiente escándalo cuando una de las verdaderas ladronas, Alexis Neiers, fue apresada en medio de su propio reality show, Pretty Wild, del canal E!, antes de cumplir una condena de 180 días de cárcel, compartiendo una celda justo al lado de... ¡Lindsay Lohan!

¿Escuchó alguna opinión de los verdaderos ladrones sobre la película ‘The Bling Ring’?

La verdad, no me preocupa demasiado lo que piensen. No es un documental, es una película. Incluso cambiamos los nombres de los personajes para que no sean más famosos de lo que son. No quise darles nada de publicidad.

Los actores que la conocen suelen resaltar lo cortos que son sus guiones. ¿Es sólo porque sabe que después puede agregar mucho más como directora o el guión es un resumen de su trabajo?

Sí, yo siempre planteo la información que necesitan el equipo de filmación y los actores, pero tampoco doy demasiados detalles, porque eso es mío. Sé que voy a dirigir y dejo lo suficiente para que la gente que trabaja conmigo sepa lo que voy a hacer.

¿Cómo definiría su estilo de dirección?

Siempre trato de ser muy abierta, porque sé que puede haber cambios y no se puede planear todo. Por ejemplo, no hago los clásicos storyboards, los guiones gráficos con dibujos de todas las escenas. Prefiero acercarme como si fuera una sesión fotográfica, donde juntas todos los elementos para ver cómo funcionan después. Me gusta ser líder en la forma en que vamos a filmar, pero nunca empiezo por cómo la voy a filmar. Por supuesto, voy con una idea clara de lo que me gustaría ver. Pero también me gusta trabajar con actores con los que pueda hacer ciertas escenas improvisadas, como en una fiesta. Hago los arreglos y dejo que ellos hagan el resto. Pero en otras escenas soy mucho más precisa en los diálogos, porque quiero que el cine sea como la vida, donde no siempre tenemos que expresarlo todo con palabras.

¿Algún otro proyecto en el camino?

No. Quiero volver a escribir. Me gustaría dar un paso atrás y ver lo que me interesa. 

Por Fabián W. Waintal / Especial para El Espectador

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