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'Los infiltrados'

La nueva serie de Caracol, que se estrenó el miércoles pasado, es una apuesta por el género policíaco, todo un riesgo a nivel de producción. Cada capítulo tiene una resolución y se puede ver de forma independiente.

Liliana López Sorzano
03 de septiembre de 2011 - 03:00 a. m.

Balas, persecuciones, suspenso e historias colombianas actuales y urbanas que hacen zoom en la carga emocional de los personajes son los ingredientes con los que trabajaron Julián Arango, Marcela Mar y Ramiro Meneses, protagonistas de Los infiltrados, la serie que se estrenó esta semana en Caracol Televisión.

En los niveles de producción y de logística esta serie implicó varios retos. Fue complicado rodar en muchos exteriores y locaciones, como también la realización de los efectos especiales y el maquillaje de los actores.

Para la productora Be-TV, los mismos realizadores de El cartel, Las muñecas de la mafia, Millones por montones, El desafío, entre otros, embarcarse en este proyecto era aprender a hacer un género nuevo. Todo se tuvo que hacer con criterios diferentes, desde los libretos, el maquillaje, la dirección, la actuación, la edición, la musicalización y hasta el casting.

Para lograr que las imágenes fueran lo más verídicas posibles contaron con un equipo de especialistas para los efectos especiales, el maquillaje, el combate escénico y los tiroteos. Además, tuvieron la suerte de contar con personal de la Policía que ejecutó rutinas que sólo ellos podían hacer y que de otra manera habría sido muy difícil de lograr para la producción. “Ahí es donde la serie se siente muy real, porque involucra en escena a policías reales”, afirma una de las productoras. Las investigaciones y los casos también contaron con la asesoría de la Policía para que todo fuera muy cercano a la realidad y les facilitaron locaciones y vehículos, siempre guardando la distancia en cuanto a la autonomía del contenido de la serie, considerando el hecho de que existe un policía corrupto.

Aunque mucha gente podría compararlo con las series americanas, como CSI o Law and Order, está claro que Los infiltrados tiene otro contexto, otro protocolo policial y, por supuesto, diferentes presupuestos. “Nuestra historia tiene un ingrediente afectivo más grande que estas series, porque aquí tratamos la trama personal y emocional de los protagonistas. Los casos son colombianos, tocan la sensibilidad nuestra y tienen mucho que ver con nuestra sociedad”, afirma Cristina Palacio, productora de Be-TV.

La apuesta por este programa de una productora que había realizado series con énfasis en el narcotráfico como El cartel y Las muñecas de la mafia, era reivindicar y reconocer la labor de la fuerza policíaca donde hay gente que no es corrupta y muchos de ellos son héroes. “Esta no es una serie blanca con hombres perfectos. Pero sí una obra que pretende reconocer la entrega de aquellos policías que se sacrifican por la ciudadanía, que hacen bien su trabajo. Los medios no pueden sólo darles espacio a las malas noticias de la Institución. La ciudadanía debe entender que si apoya a la Policía, ellos pueden dar mejores resultados y creo que este es un buen momento para hablar de eso”, sentencia Palacio.

Por Liliana López Sorzano

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