“María Antonia me dio nuevo oxígeno”

El presidente de Santa Fe se reestrenó como padre, luego de 27 años y tres hijos mayores, profesionales y universitarios. Dice que su pequeña le cambió su estilo de vida, y que pese a sus compromisos con el club, ella es su prioridad.

Olga Lucía Barona Torres
17 de junio de 2017 - 03:29 a. m.
César Pastrana junto con su hija María Antonia.  / Fotos: Archivo particular
César Pastrana junto con su hija María Antonia. / Fotos: Archivo particular

Está cansado. No durmió ni un solo minuto en toda la noche. Pero no fue por culpa de Independiente Santa Fe, de su eliminación en menos de cuatro días de la Copa Libertadores y de la Liga, o por la búsqueda de técnico. No. La razón de su noche en vela tiene nombre y apellido. Sí, María Antonia Pastrana Salgado, su hija de 11 meses que, a sus 52 años, le dio un vuelco total a su vida.

Pastrana se reestrenó de papá después de 27 años, y como dicen las abuelas, “está matado”. Su vida le cambió, así como su apretada agenda. Cuenta las horas para estar junto a la que él llama con amor, el nuevo juguete de la familia.

El presidente del equipo capitalino tiene tres hijos mayores de pasadas relaciones. Daniela Isabel, de 28 de edad, antropóloga de la Javeriana; César Alfonso, de 25, quien estudia para deportólogo en la Manuela Beltrán, y Julián Augusto, de 24, estudiante de comercio exterior en el Rosario. Y ahora la luz de sus ojos, María Antonia, con su actual esposa, Kenia Salgado.

César Pastrana nos relata, con la misma vehemencia con la que podría hablar de su club, la mala noche que pasó porque la nena se enfermó: “Tuve un susto terrible porque tenía fiebre y se ahogaba. Pero gracias a Dios no fue nada mayor, fue la reacción porque le están saliendo los dientes”.

La noticia de que iba a volver a ser padre después de tantos años de “graduado” fue, claro, una sorpresa, pero lo hizo muy feliz. “No me lo imaginaba, pero me llenó de ilusión”. Todo lo que no hizo con sus hijos mayores, ahora lo hace con María Antonia: asistir al parto, cambiar pañales y variar su agenda de trabajo para estar más horas en su casa.

“Con los años uno toma decisiones distintas. Con mis tres hijos mayores nunca entré al parto y no quise saber el sexo. Pero está vez sí y me doy cuenta de que me perdí de sensaciones maravillosas. Entrar al parto, que fue por cesárea, fue sublime, cargarla. La verdad, tengo que confesar que lloré de la alegría. Fue una emoción que no puedo explicar”, relata Pastrana, emocionado.

Dice que a sus 52 años volver a vivir esta experiencia es inigualable, es como un volver a empezar y que lo hace con todo el gusto. “A mis tres hijos mayores los amo, pero María Antonia me cambió la vida. Es mi terruñito. Es mi nuevo oxígeno. Me hizo visualizar la vida de forma diferente. Ahora mi vida va al ritmo de ella”.

Confiesa que en el cambio de pañales le fue bastante mal y que le tocó pedir auxilio. Que siente que ahora que es más maduro, valora cada instante, cada momento con su pequeña. Por eso cambió su horario de trabajo. “Antes llegaba más temprano al club, ahora todo lo programó más tarde y salgo máximo a las 4:00 de la tarde. Cuando viajo pido a toda hora me envíen fotos y videos, y hablo con ella por la cámara. Todos los días les doy gracias a Dios y a la Virgen por este maravilloso regalo”.

Insiste en que el trajín de María Antonia no lo cansa, que al contario, lo llena de energía. “Duerme con nosotros en el mismo cuarto. Eso sí da lora hasta las 11 de la noche, pero se despierta a las 6 de la mañana. Cuando se enferma, me siento con ella, me la pongo en mi pecho y la paladeo toda la noche”.

Los hermanos mayores son felices con la bebé, la disfrutan al máximo, al igual que su mamá Kenia, quien se estrena de mamá, y lleva tres años de relación con César Pastrana, quien confiesa que Santa Fe lo desvela, pero que “María Antonia le hace pasar más fácil los tragos amargos. Tuve una semana -que en cuatro días- nos eliminaron de dos torneos, pero uno llega aporreado a la casa y la niña me carga de energía”. Aún no la ha llevado al estadio, pero claro que es hincha de Santa Fe.

Explica que tener un hijo es una responsabilidad grande, sin importar la edad. Pero agradece su llegada porque siente que le quitó como 15 años y lo rejuveneció física, mental y emocionalmente.

El próximo 29 de junio María Antonia cumple su primer año y él espera celebrar a lo grande, pues en nueve días él también estará de cumpleaños y no duda en un gran festejo. Sí, está “matado”, como dicen las abuelas.

Y se despide no sin antes anunciar que a María Antonia no se le puede dejar sola, que hay que seguir con la tarea para buscarle el hermanito.

Por Olga Lucía Barona Torres

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