De sicaria a narcotraficante, proxeneta, muñeca de la mafia, asesina, vedette, detective, teniente, doctora e, incluso, una virgen: todos estos papeles hacen parte de la carrera artística de María Fernanda Yepes.
La paisa saltó a la fama cuando solo tenía quince años y empezó a modelar y aparecer en las pasarelas y revistas más importantes del país. Incursionó en este mundo no por amor y gusto, sino porque necesitaba dinero y encontró en el modelaje una solución para salir adelante y ayudar a su familia. Con el tiempo se fue enamorando de la industria y familiarizando con ella. En un principio le costó mucho trabajo, porque era muy rebelde y se sintió incómoda al recibir órdenes de cómo debía posar ante las cámaras.
“No sé actuar en mi vida real, a mí todas las emociones se me notan. Después de un tiempo de modelar comprendí que esta también era una manera de comunicarme con el público, pero a los 25 años renuncié porque, a pesar de estar joven, me sentía viejísima y ya quería expresarme y usar mi voz de otra manera”, aseguró Yepes.
Así comenzó su búsqueda de entender “para qué era buena en la vida”. Estudió psicología y comunicación social, hasta que dio con la actuación. En su faceta de modelo nunca pensó en ser actriz y, de hecho, rechazó varios papeles porque, según ella, tener un buen registro no era requisito suficiente para dicha profesión. Después de meditarlo y entender que este espacio también lo podía utilizar para comunicarse con las personas, participó en un casting para dar vida a la Diabla en la serie Sin tetas no hay paraíso, de Caracol Televisión. No quedó en el papel, pero sí ingresó a la escuela de actuación del canal.
Su debut en televisión llegó con el papel de Cathy en La diva. Luego incursionó en otras producciones, pero, indiscutiblemente, su carrera marcó un antes y un después al interpretar a Yésica Beltrán, la Diabla, en Sin senos no hay paraíso, una nueva versión que Telemundo realizó de la serie colombiana. Este rol la impulsó a protagonizar una de las novelas más exitosas e importantes del país en los últimos años: Rosario Tijeras.
María Fernanda Yepes tuvo tanta aceptación en el público, que se convirtió en una de las mejores actrices en América Latina y empezó a participar en varios proyectos internacionales. Todos querían colaborar con ella. No obstante, en 2018, después de realizar otra de sus mejores actuaciones en la telenovela bíblica María Magdalena al interpretar al personaje del título, se alejó de los escenarios para dedicarse un tiempo a sí misma, emprender sus proyectos personales y compartir más con su familia.
“Los dos personajes que más marcaron y partieron mi vida, no solo como actriz sino como persona, fueron Rosario Tijeras y María Magdalena. Son dos mujeres que habitan la oscuridad y la luz. En su momento cada una me trajo un crecimiento importante para mi vida”, explicó la actriz.
En todo este tiempo nunca se ha atrevido, ni lo hará, a juzgar a un personaje, porque su trabajo es interpretar y no entrar en más detalles. Para evitar este tipo de conflictos decidió sacar de su vista aquellos papeles que no encajan con su energía.
“Juzgar o no juzgar no nos corresponde a los actores, porque son personajes de ficción que tú creas y simplemente les das vida. Tú sigues el libreto, y que tomen ciertas decisiones morales o fuera de lo moral eso a mí no me corresponde, porque lo escribió otra persona. Mi trabajo es interpretar bien, darle vida al personaje y que el público crea en el universo que estoy creando. Por ejemplo, de hace tiempo para acá no estoy aceptando personajes de narconovelas, donde les aplaudimos a todos estos antihéroes, porque siento que ya no tenemos que darles importancia a estos temas”.
“Oscuro deseo”, su gran regreso
Después de darse un respiro de todo lo que implica el mundo de la fama, Yepes regresó renovada y con más fuerzas que nunca. En estos momentos está triunfando en Netflix gracias a su participación en Oscuro deseo, serie en la que interpreta a Brenda Castillo, quien es el hilo conductor y el detonante en esta historia de misterio y suspenso. (Lea: Maite Perroni, el talento de un “Oscuro deseo”)
La actriz aceptó este papel porque le gustó muchísimo la trama y; además, “me parecía muy interesante trabajar con Argos, que es una gran productora mexicana, y también quería hacer mi primera serie original con Netflix. Todas estas razones me llevaron a aceptar el proyecto, aunque fuera un personaje pequeño, que ni es tan pequeño porque juega un papel muy importante en el desarrollo de la historia; es como la columna vertebral de todo”.
Fue todo un reto, porque tenía muy poca información del personaje y debía resumir su esencia e historia en tan solo 18 capítulos. Los guiones se los iban dando a medida que las grabaciones avanzaban, para que así nadie, ni siquiera los personajes principales, conocieran el final de la historia, donde, por desgracia, su personaje termina siendo asesinada.
“Entiendo que eso fue como un método que usaron los productores y los directores para llevarnos a habitar un poquito esa incertidumbre y ponernos cómodos con los personajes. Me pareció interesante el efecto. Cuando vi la serie estaba muy asustada, porque no sabía que lo que había hecho era una historia tan compleja y difícil de entender, pues se cuenta de adelante para atrás, con muchos recuerdos en flashback, también por medio de los sueños de los personajes, y no sabes si es realidad o ficción dentro de la ficción”.
María Fernanda Yepes, a punto de cumplir cuarenta años, aseguró que en sus planes a futuro no está retirarse, de nuevo, de los escenarios. Ya descansó por mucho tiempo y quiere retomar el ritmo de trabajo que tenía, para seguir mostrando el talento colombiano en todos los rincones del mundo.