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El día que mataron a Mario Duarte y la sombra de Nicolás Mora

Presentamos la versión completa de la entrevista que El Espectador le hizo al músico y actor colombiano Mario Duarte. Una versión corta de esta charla fue publicada esta semana en Claro Oscuro, el formato de entrevistas de la sección de Entretenimiento de este diario. Duarte habla además del reclamo de un sector de las artes al presidente Gustavo Petro.

Joseph Casañas Angulo
19 de agosto de 2023 - 03:45 p. m.
Mario Duarte pasó por Claro Oscuro de El Espectador. El actor habló, entre otras cosas, de su papel en Nicolás Mora, deO OIRAMARIO, su más reciente obra de teatro y de lo que le ha enseñado su faceta como padre.
Mario Duarte pasó por Claro Oscuro de El Espectador. El actor habló, entre otras cosas, de su papel en Nicolás Mora, deO OIRAMARIO, su más reciente obra de teatro y de lo que le ha enseñado su faceta como padre.
Foto: Composición de El Espectador

El pasado miércoles 16 de agosto El Espectador publicó un nuevo capítulo de Claro Oscuro, esta vez con el actor y músico colombiano Mario Duarte, recordado, entre otras cosas, por su papel de Nicolás Mora en “Yo soy Betty, la fea”. Esa versión en video de la entrevista se quedó corta y por eso les presentamos una versión más completa de esa conversación.

Duarte habla, entre otras cosas, de la vez que lo “mataron” en un periódico de circulación nacional, una situación que le generó un daño emocional porque su mamá, que entonces tenía 70 años, “casi se muere” cuando se enteró de esa falsa noticia.

Esta semana el actor presentó las últimas funciones de OIRAMARIO, un monologo sobre su vida y retos profesionales que presentó en el Teatro Nacional.

¿De qué trata OIRAMARIO?

Intuyo que es como una mezcla de géneros. Tiene algo de música en vivo, un musical, un pequeño concierto,. También tiene algo de, aunque yo no hago stand up comedy ni a lo aspiro a hacerlo, pero tiene algo de eso en la medida en que yo estoy parado ahí frente a la gente hablando sincera y frontalmente, también hay algo de actor ahí, porque hago un par de “sketches” que espero que estén bien.

¿Qué música tiene la banda sonora de su vida?

De eso también se trata la obra, Nací en Barranquilla, pero he vivido en Medellín y vivo en Bogotá hace como 30 años. Me considero una persona del trópico, sencillamente. Y entonces creo que esta banda sonora de mi vida es la banda sonora de muchos y eso que me pareció atractivo siempre, desde el primer momento en que empecé esta idea de la obra.

Vi que a medida que avanzaba era reconfortante darme cuenta de que compartía el tema con los amigos, con los enemigos, con los desconocidos, con los colegas, con mucha gente. Entonces hay vallenato, boleros, rock, obviamente, tangos. Hay mucha honestidad con el público.

¿Ha sido honesto con usted mismo?

Pues también creo que es una cosa medio apreciativa, porque uno puede creer que es sincero y que es honesto y no serlo, pero sí creo que honesto. Ser sincero es como decir la verdad, como sin apelaciones. Lo que digo en el monólogo no es mentira, básicamente, puede que haya unas cosas que no sean verdad al 100 %, porque las llevo hasta un extremo. O también, como nos pasa a todos cuando nos acordamos de nuestra vida, siempre nos tratamos de endulzar un poquito, pero trato de ser honesto sencillamente conmigo.

¿En el mundo de la industria del entretenimiento hay honestidad?

Yo creo que debe haberla y creo que la hay en el lado creativo, porque está basado en la honestidad.

No es una cosa intelectual, sino que me lo han dicho, me lo han dicho muchos directores, como uno que quiero muchísimo y que siempre me recuerda lo que dijo como un gran escritor ruso, creo que era Tolstoi, que decía, “describe tu aldea y serás universal”. Creo que eso está en la base de todo, porque todos tenemos un sentido del humor como personal, pero si somos fieles a nosotros mismos, de pronto podemos llegar a más personas.

Ahora, entre todas las capas que tiene el mundo del entretenimiento, entran a jugar otro montón de cosas, por ejemplo, ahorita creo que el éxito, la fama, estar en los primeros lugares hace parte de grandes movimientos de mercadeo.

Le invitamos a ver otra entrega de Claro Oscuro, el formato de entrevistas de la sección de Entretenimiento de El Espectador: Nórida Rodríguez sobre la muerte de Toto Vega: “el duelo no es motivo de vergüenza

¿Para qué le ha servido la fama o el reconocimiento?

De pronto para llevar una vida un poquito más amable también, puede ser. Básicamente nunca me hago este tipo de cuestionamientos. El reconocimiento creo que sí te sirve y me ha servido y nos sirve a todos, para relajarnos también con nuestras pretensiones.

Cuando no te reconocen lo que haces puedes entrar en una cierta zona de resentimientos y cosas. Yo me siento reconocido y para mí está bien. No necesito más reconocimiento, ni que digan que soy X o Y. Cuando alguien dice algo chévere de mí, la verdad me siento bacano, orgulloso, me sale una sonrisa naturalmente.

Cuando alguien dice algo maluco de mí, al principio me enganchaba un poco, pero me he dado cuenta de que es parte del juego.

¿Qué lectura hace de cómo los medios hablan de los famosos en Colombia?

Pues pienso que por el ánimo del rating y de los likes se escarba mucho en la vida de la gente. Es un poco lamentable porque a la personas a la que le hacen esto y le inventan cosas después nunca les consultan. Creo que es una cosa un poco despiadada, pero pues no tiene ningún sentido juzgarla porque ya está en todas partes. Las redes sociales mismas son como el patíbulo.

¿Cómo le va en el patíbulo? ¿Cuál es su relación con las redes sociales?

Pues a raíz de las cosas que hago y consejos de los amigos, es como nuestra ventana hoy en día para dar a conocer las cosas que hacemos.

Me gusta Twitter porque es todo inmediato y leo todo ahí y me gusta que es como muy ácido y me rio también, pero también le tengo medio pavor.

El chisme más grande que le han inventado…

Una vez que sí pasó algo que me molestó, me dolió en el alma, me causó un problema emocional y es que dijeron que me habían matado y salió en un en la portada de un periódico, creo que era de El Espacio, o algo así, que era muy popular.

Y fue porque en la escena de una película me mataban. Y el productor lo dijo en una entrevista y en el periódico no averiguaron bien y dijeron que me habían matado a mí, no a personaje. Y yo tengo una mamá de 80 y pico de años en este momento, en ese momento tenía como 70, pues casi se muere mi mamá.

Entonces creo que esas cosas, entre la falsa noticia, las fake news y la vida real de la gente, si debería haber algún tipo de frontera, pues como oye, no estés jugando con la vida de los viejos.

¿Qué piensa del reclamo de un sector artístico a Petro?

Pues la verdad yo no soy una activista de política en ningún sentido, porque no creo en los políticos y porqué más creo que los políticos encierran una gran paradoja en sí mismos. Es un tipo que tiene que prometer esta vida y la otra y cuando es elegido obviamente lo que prometió no lo puede cumplir, Entonces ahí ya hay una trampa muy increíble. Yo no defiendo políticos ni nada. Sí siento que Petro es un presidente que era necesario en este país. Estábamos en una sin salida y realmente era la opción de otro de poder.

Ahora, frente a la cultura, todos los que hicieron mucho activismo se deben sentir muy defraudados porque evidentemente el tipo está en otras cosas.

También hay que revisar que hay un montón de cosas muy urgentes en este país que realmente reclaman más atención. Lo otro es que yo no creo que el arte en sí mismo sea una movida estatal. Yo siento que sí está buenísimo que se apoye desde el gobierno, pero también creo que la cultura se sigue generando sin los apoyos, pero me gusta la cultura como la versión de la cultura que cubre todo.

Para mí el deporte es cultura, nuestra violencia también tiene algo como implicado en nuestra cultura. La parranda, que es una cultura colombiana, es parte de la cultura. Entonces creo que más que una cosa de un sector, me interesaría más que el Presidente se preocupara por la cultura como concepto.

¿Por qué no le gusta que lo llamen artista?

Porque por un lado esa palabra está vacía de sentido. Mi mamá siempre le decía al que está diciendo mentiras: “ay tan artista”, que es una expresión costeña, que me encanta porque el artista es el como el farsante.

Pero más allá de eso, también porque siento que así como la música entró en una etapa de democratización grandísima, ya se acabó el mito de que había que ir a grabar en no sé dónde ,creo que también el medio audiovisual ya está en esa movida. Ahora todo el mundo tiene un televisor en el teléfono, todo mundo puede transmitir. Y en otros niveles el arte también se ha democratizado y el éxito también se ha democratizado. Hay un montón de gente que es muy exitosa y no sabemos ni quién es. Entonces no creo que en esto del artista. Debe ser también porque no clasifico ahí ni me siento parte de ese parche.

¿Lo sobrepasó Nicolás Mora?

Tuve mi lucha ahí. Me hice mi terapia durante un año después de que se acabó Betty, la fea. Duré como un año tratando de desapegarme y de encontrar nuevamente los estímulos para actuar y pues no sé si lo he logrado al 100 como hubiera querido, pero sí sé que por lo menos no me aplastó.

Pero Betty la fea es Betty la fea. Eso está más allá de mí, totalmente. Y Nicolás es un personaje que está más en la gente que en mí. Yo siento que están hablando de otra persona todo el tiempo.

¿Cómo fue esa terapia para deslindarse de Nicolás Mora?

Fue como introspectiva, pero también más que contarle a un terapeuta, fue de hacer talleres de actuación para tratar de desmarcarme, rebuscar otras ideas y de alguna manera ponerme al margen de toda la posibilidad latente que había de seguir ahí en eso.

Creo que es parte y manera de ser también. Me aburro muy rápido de las cosas, me aburro de mí también. Me aburre verme en la cara la misma cara todos los días en el espejo, reo que por eso me gusta actuar.

Además: Así fue la charla de Claro Oscuro con Mario Mendoza: Mario Mendoza: “creo profundamente en la desobediencia civil”

¿Le ha aburrido que le pregunten por Nicolás Mora?

No, lo que pasa es que hubo una época en que sí sentí que ya me estaba apabullado el tema en la calle, Pero eso creo que sucedió en los primeros años de después del primer momento, que fue como tan explosivo.

Y pues acuérdense que yo pasé de un dulce anonimato a ser muy reconocido. Entonces yo vivía muy tranquilo, muy fresco y el éxito e ese personaje me empezó a tallar.

También me molestaba un poco que a veces yo llegaba a una tienda a pedir, por ejemplo, una cerveza y quien me atendía no me hablaba a mí. Literalmente no me atendía. Decía: “¿Oiga, pero qué le dijo a Betty?” Y llamaba a los amigos y no me ponía atención.

Y me sentía como en una burbuja hablando solo, pero después como que maduré un poco también. Yo creo que era parte del proceso. A todos nos entra un poco el agua cuando hay como un reconocimiento excesivo.

¿De dónde se agarró para construir el personaje de Nicolás Mora?

Eso no olvidar porque eso sí fue un experimento real para mí. Como persona y como actor, que estaba en ciernes, yo no me consideraba muy hecho actor y todavía no me considero como actor todo el día, sino cuando estoy actuando, pero sí fue porque tengo un hermano que se ríe un poco así, mi papá, que ya falleció, se ponía el pantalón acá (con la correa en el ombligo) y otras búsquedas pequeñas que hice.

A veces tú tienes como actor que encontrar a tus personajes en la calle o verlos de alguna manera, o a mí me gusta como esa idea de que a veces cuando haces un proyecto nuevo me la paso mirando

Creo que la gente que está en este mundo del entretenimiento o de esas cosas como medio artísticas, no nos inventamos nada, sino que descubrimos cosas. Todo está allá a fuera en la calle.

¿Prime Video lo buscó para el remake de Betty?

No puedo hablar de eso. Me lo tienen prohibido en este momento.

¿Qué le aburre de usted mismo?

Tener la misma cara todos los días, puede ser. A veces también me aburre como ciertas neurosis y cierto mal genio que viene de lo mismo. D hablar mal del tráfico, de las bobadas con las que ya vivimos, pero no las termino de aceptar. Para esta entrevista me demoré en llegar como 40 minutos y venía refunfuñando en el carro. Me aburre de mí que a veces no he podido tener el impulso de encontrarle solución a todas las cosas que me aburren.

¿A quién admira?

Admiro a muchísima gente en el mundo en cada área. Me parece que hay gente muy importante e inspiradora. Los escritores me parecen fascinantes porque logran armar mundos completos en medio de la soledad. Eso me encanta.

Pero también admiro a mis amigos músicos, desde el más analfabeto y el más atorrante de todos hasta el que tiene un talento increíble, que generalmente son los percusionistas y los bateristas, que son como los pesados, no saben leer, no saben expresarse, pero tienen un talento que casi nadie tiene.

Admiro a la gente que vive la vida sin pretensiones, a la gente que aprende a vivir con lo que tiene. Eso me causa admiración, no el que está todo el tiempo viviendo de aspiraciones y anda siendo arribista. La gente sencilla me encanta y la admiro.

Su faceta como padre, ¿qué le han enseñado?

Buenísimo y no me lo esperaba. Empezando por ahí, no estaba en mis planes. Me la pasé de 30 años diciendo que no iba a tener hijos y que no era buena idea y que era horrible, que el planeta está muy poblado y que era una irresponsabilidad y la vida me dio esta cachetada formidable y fascinante que es que haya un ser vivo que depende de ti. No sé si se parece a mí, realmente no sé, no creo, creo que se parece más la mamá, pero es lindísima ella y me hace feliz verla crecer.

La comedia es la gran tragedia...

Pues yo creo que sí. Como dice el director de “Betty la fea”, precisamente, que es un gran genio, Mario Rivero, a quien quiero muchísimo y a quien le debo muchísimas cosas. Él dice que la comedia es la tragedia. Sin tragedia no hay comedia. Y lo creo.

¿Qué le ha enseñado más, el éxito o el fracaso?

Yo creo que el fracaso del que te da cosas qué pensar. Eso es como dice Marisa Paredes, la súper actriz de Almodóvar, en “Todo por mi madre”, cice que el éxito no sabe a nada y estoy de acuerdo.

Puede ser que un día te sientas muy contento y salgas a la calle sintiendo que te está yendo bien, pero ten la seguridad que al otro día, o esa misma noche, o por la tarde o al medio día, te vas a encontrar con que no. El éxito y el fracaso son las dos caras de la misma moneda. Hay que fracasar para poder tener éxito y no vas a tener éxito todo el tiempo. Algún día te cae al otro lado y ya. Eso es todo No sabe a mucho más.

Joseph Casañas Angulo

Por Joseph Casañas Angulo

Comunicador social y periodista egresado de la Universidad Los Libertadores con diez años de experiencia en medios de comunicación.@joseph_casanasjcasanas@elespectador.com

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John(11688)19 de agosto de 2023 - 10:45 p. m.
Bien por él.
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