La 67ª edición de los premios Grammy arrancó este domingo con un emotivo homenaje a Los Ángeles, ciudad que acoge a la gala de la industria musical y que fue arrasada el mes pasado por feroces incendios forestales.
“Decenas de miles de personas perdieron sus hogares, vecindarios completos desaparecieron”, recordó el comediante Trevor Noah al abrir la ceremonia. “A pesar de toda la devastación, el espíritu de la comunidad emergió”, agregó.
Noah destacó cómo la capital mundial del entretenimiento ha influenciado a las grandes, antiguas y contemporáneas figuras de la música, y dio paso a un esamble compuesto por Sheryl Crow, John Legend, Brad Paisley, Brittany Howard y St. Vincent, quienes cantaron “I Love LA”.
“Honramos lo mejor de la música, votado por los 13.000 miembros de la Academia de la Grabación y 20 millones de inmigrantes ilegales”, bromeó Noah en referencia al ambiente antinmigración que marca el discurso político en Estados Unidos.
No fue el único comentario con referencia a la migración que expresó el cómico, escritor, productor, comentarista político, actor y presentador de televisión sudafricano.
Al recordarle a la audiencia que Shakira estaba en el lugar, señaló: “Shakira está aquí. Lo mejor que ha salido de Colombia que no es un delito grave de clase A”.
La ceremonia en Los Ángeles se desarrolla en medio de una creciente tensión por las deportaciones masivas que ordenó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante su primera semana como mandatario electo.
“Ha habido algunos cambios en Washington, por lo que esta puede ser la última vez que presente algo en este país”, dijo Noah.
La noche más importante de la música reúne a la crema y nata de la industria. Beyoncé, con 11 nominaciones, llega a la cabeza de la premiación.