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“Un caso de reparación”: Un proyecto de revisión histórica y humanidades digitales

En un país donde las necesidades básicas siguen insatisfechas para muchas comunidades, este proyecto nos invita a subvertir y cuestionarnos la manera en que se presenta y cuenta nuestra historia oficial.

Guillermo Camacho
10 de agosto de 2020 - 04:03 p. m.
Liliana Angulo Cortés fue la encargada del proyecto "Un caso de reparación".
Liliana Angulo Cortés fue la encargada del proyecto "Un caso de reparación".
Foto: Cortesía

Un caso de reparación, el proyecto de la artista Liliana Angulo Cortés, surgió en una residencia en Matadero (Madrid) en el marco de Arco Colombia 2015.

A la reunión fueron invitados ocho artistas: cuatro españoles y cuatro colombianos – entre ellos Liliana Angulo Cortés, Catalina Jaramillo, Ana María Millán y John Mario Ortiz. El tema de conversación se centró en la Expedición Botánica de la Nueva Granada de José Celestino Mutis y se estableció una relación con el Real Jardín Botánico de Madrid, que conserva el legado de esa empresa botánica.

El interés inicial de Angulo Cortés fue investigar los archivos de la zona de Barbacoas (Nariño), uno de los primeros puertos mineros de los españoles en América y Colombia. Además, quería ir al Archivo General de Indias, el archivo de la corona española, para indagar sobre este lugar y los casos de minería y esclavitud. (Lea: La artista que plasma en sus obras ecosistemas vulnerables de Colombia)

Al investigar a José Celestino Mutis, la artista encontró que su pasión inicial, al llegar al territorio de la Nueva Granada, se centró en la explotación minera. Luego halló información sobre la familia Mutis y una mención sobre personas esclavizadas a su servicio. Se trata de Micaela Mutis, sobrina de José Celestino Mutis, quien adquirió unos esclavos.

En el archivo del Real Jardín Botánico de Madrid, revisó documentos que estuvieran enfocados en “esclavos”, “negros” y “negras”. El contraste entre la generalidad de lo que está reseñado oficialmente en el archivo, y el contenido verdadero de los manuscritos, llamó su atención porque los documentos trataban diferentes temas y mencionaban, entre otras cosas, el envío de personas como mercancías, la compra y venta de esclavizados y diferentes violencias a las que fueron sometidas estas personas. Un hecho factor que difería mucho con la Expedición Botánica.

Entonces aparece un personaje muy importante en esta investigación. Se trata de Salvador Rizo Blanco, un hombre racialmente catalogado como “pardo” y quien fue el primer pintor, el director de las escuelas de dibujo y mayordomo de la Expedición, algo como el principal asistente de Mutis. Rizo jugó un papel muy importante en la misión porque desarrolló la mayoría de las técnicas que se usaron en las ilustraciones botánicas de las láminas de la Expedición. Además, la artista encontró que él era el encargado de comprar a los esclavos. (Además: Los artistas de la Real Expedición Botánica)

Asimismo, Angulo Cortés descubrió que muchas de las personas esclavizadas, que aparecen en los documentos, están directamente vinculadas a la Expedición Botánica, otras tienen relación con la familia de Mutis y otras con situaciones de la esclavitud en el contexto social de la época.

“El conjunto de documentos revela la manera en que operaba la esclavitud en el momento del final del siglo XVII, justo antes de que se iniciaran las luchas por la independencia. Una serie de documentos sobre la compra de unos esclavizados en Cartagena a través de un comerciante quien, al parecer, era un comerciante de Mompox pero que en la última década del siglo XVIII vivía en Cartagena. Ese intercambio epistolar es una de las cronologías de la exposición, que reúne aproximadamente veinte documentos de cartas dirigidas a Rizo”, indicó Angulo Cortés.

Otro aspecto importante a resaltar son, los que ella llama, “procesos de colonización del saber”, que en la investigación muestra la manera en que la Expedición Botánica revisaba la naturaleza, a partir del conocimiento de la gente que vivía en las regiones. Este conocimiento lo obtenían, lo clasificaban y lo apropiaban para Occidente con el fin de encontrar recursos que pudieran ser explotados y extraídos para la corona española.

La esclavización fue un periodo doloroso y violento de nuestra historia que operó desde la llegada de Cristóbal Colón, en 1492, y fue abolida en Colombia en 1852. Entender cómo operaba la esclavitud, y pistas sobre el pensamiento de Mutis al respecto, son otros de los hallazgos de esta investigación, pero, eso sí, lo más importante para ella es centrarse en los esclavos. (Lea también: Lina Cáceres: el futuro digital ya está aquí)

Para Angulo Cortés, la idea de reparación “es buscar esa historia y propiciar espacios, a través de las exposiciones y laboratorios de etno-educación, en los que las comunidades afro puedan familiarizarse con esa memoria y abordar con una mirada crítica la manera en que operan los archivos, museos e instituciones que salvaguardan esa historia”.

Mientras que las humanidades digitales están relacionadas “con la posibilidad de las herramientas digitales para revisar, circular y liberar la información que se encuentra guardada bajo llave en colecciones y acervos para que esté disponible para la gente descendiente de quienes fueron esclavizados”. Un tema que para España sigue siendo insignificante, pero para la reivindicación de los pueblos afrodescendiente se convierte en algo relevante.

Es muy interesante ver cómo la artista encuentra y se fija en estas personas luego de 200 años. Un acontecimiento que no sería posible si no existieran estos documentos que nos invitan a pensar sobre nuestro pasado, nuestros ancestros, de donde venían, un interés intrínseco del ser humano por indagar sobre su pasado y una de las reivindicaciones por las que lucha los afros.

El interés de la investigación fue conocer quiénes eran esas personas esclavizadas y afrodescendientes en el contexto de la Expedición Botánica, es por eso que ha continuado indagando y profundizando en diferentes archivos y colecciones en Colombia a partir de lo encontrado en España.

En Cartagena la exposición que fue expuesta en el Santuario de San Pedro Claver, tuvo un laboratorio de etno-educación con la Compañía de Danza Afrocolombiana Contemporánea Permanencias, dirigida por el bailarín Nemecio Berrio Guerrero. Además, están desarrollando una acción basada en los documentos de la investigación de Un caso de reparación, en relación con historia de la esclavitud en Cartagena en particular la historia de los esclavizados del edificio del Santuario y la relación de los Jesuitas con la esclavitud.

En un país donde las necesidades básicas siguen insatisfechas para muchas comunidades, este proyecto nos invita a subvertir y cuestionarnos la manera en que se presenta y cuenta nuestra historia oficial.

Por Guillermo Camacho

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