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Concierto de Guns N’ Roses en Bogotá: homenaje a Ozzy y otros momentos memorables

Bajo la luna llena, la banda californiana ofreció una noche intensa en el Vive Claro, con tres horas de energía, nostalgia y puro rock.

Daniel Guerrero Aldana

08 de octubre de 2025 - 09:28 a. m.
Axl Rose, Slash, Duff McKagan, Richard Fortus, el baterista Frank Ferrer y la teclista Melissa Reese hicieron vibrar a miles de fanáticos en una noche sin pausas ni silencios.
Foto: EFE - Helle Arensbak
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No todos los días uno ve a tres leyendas del rock sobrevivirle a la historia, a los rumores y a la crítica. Este martes, bajo una luna llena que parecía parte del montaje, Guns N’ Roses volvió a Bogotá para demostrar que el paso del tiempo no les ha quitado la fuerza ni la entrega. La voz de Axl Rose, que muchos han puesto en duda por los años y sus inevitables cambios, sigue siendo capaz de hacer vibrar a un estadio entero.

La tarde de este 7 de octubre empezó fresca y soleada en la capital colombiana, ideal para lo que prometía ser una noche épica en el estadio Vive Claro. Desde temprano, miles de fanáticos —muchos con camisetas negras de Iron Maiden, Metallica y los mismos Guns— ocuparon sus lugares. Poco antes de las siete de la noche, 1280 Almas encendió el escenario con su descarga de rock bogotano, recordando que en esta ciudad también se sabe sudar la camiseta por la música.

Pasadas las ocho, las luces se apagaron y los primeros acordes de Welcome to the Jungle hicieron temblar el suelo. Axl Rose apareció con paso firme y una chaqueta de cuero, mientras Slash, con su eterna melena y su camiseta de Iron Maiden, arrancaba el primero de muchos solos que marcarían la noche.

Durante la primera hora, el repertorio se movió entre joyas menos conocidas y clásicos esperados. El público, que parecía reservar energía, explotó con Don’t Cry y Sweet Child O’ Mine, coreadas a todo pulmón. En ese punto, Axl tomó el micrófono y, con una sonrisa, soltó: “Todos nuestros amigos colombianos están aquí”, confirmando lo que ya se sabía: el amor entre la banda y su público sigue intacto.

Bandera de Palestina, homenaje a Ozzy Osbourne y otros momentos memorables del concierto de Guns N’ Roses en Bogotá

Uno de los momentos más comentados llegó cuando, tras interpretar Civil War, Axl sacó una bandera de Palestina con la frase “I don’t need your civil war”. El gesto, breve pero contundente, fue recibido con aplausos y gritos. Sin discursos, el mensaje quedó flotando entre las luces rojas del escenario.

Luego vino el homenaje que nadie esperaba. La banda interpretó potentes versiones de Never Say Die y Sabbath Bloody Sabbath en honor a Ozzy Osbourne, fallecido en julio pasado. La multitud coreó su nombre al unísono, y durante unos minutos, el estadio se convirtió en un templo de respeto al ‘Príncipe de las Tinieblas’. Fue uno de esos momentos que se quedan grabados por lo que representan más que por lo que suenan.

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La energía volvió a subir con So Fine y Rocket Queen, en la que Slash y Richard Fortus se enfrentaron en una batalla de guitarras que dejó a todos de pie. Axl, incansable, cambió de chaqueta al menos seis veces, recorriendo cada centímetro de la tarima con la energía de alguien que se niega a perder el protagonismo de su propio mito.

Cuando llegó November Rain, el estadio se silenció. No hubo luces de celulares ni efectos exagerados: solo la voz de Axl y el sonido de su piano abriéndose paso en la noche. Fue un momento contenido y nostálgico, que recordó por qué esa balada sigue siendo uno de los pilares emocionales del repertorio de la banda.

Ya cerca del final, la banda desató la locura con Knockin’ on Heaven’s Door y Paradise City. Con una venia colectiva y un agradecimiento sincero, se despidieron de Bogotá después de casi tres horas de show que dejaron al público exhausto, feliz y convencido de haber presenciado una noche histórica.

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Mientras el público salía, me quedó claro que esta gira no es solo una excusa para revivir glorias pasadas. Es la forma en que Axl, Slash y Duff cierran la boca de quienes dudaron de su vigencia. Los “viejos”, como algunos se atreven a llamarlos, demostraron estar más vivos que nunca.

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Por Daniel Guerrero Aldana

Periodista y comunicador social egresado de la Universidad Central con máster en Innovación Social. Escribe sobre entretenimiento, con enfoque crítico y sensibilidad por las historias que conectan con la gente.nguerrero@elespectador.com

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