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Los millones de fanáticos de Iron Maiden están de luto. Quien sirviera con su extraordinaria garganta en canciones emblemáticas de su repertorio como ‘Running Free’, ‘Phantom of the Opera’ o ‘Wrathchild’, murió en su casa situada en su natal Inglaterra.
Di’anno venía afrontando varias dificultades físicas que, sin embargo, no detenían ese deseo de permanecer activo. El pasado 2 de agosto, cantando sentado en una silla de ruedas, se presentó en el Movistar Arena de Bogotá como parte del festival Gigantes del Rock. Allí interpretó varios de aquellos clásicos y compartió escenario con otras figuras del rock pesado como Joe Lynn Turner y Gilby Clarke.
Hace dos años el cantante debió someterse a un procedimiento quirúrgico en Croacia para extraerle un enorme tumor que afectaba una de sus rodillas. Los gastos de la operación fueron cubiertos por su antigua banda. Su líder, el bajista Steve Harris, visitó a Di’anno para darle ánimos. Ambos músicos no coincidían en un mismo lugar por más de tres décadas. Posteriormente, Di’anno realizó más 100 conciertos pese a que no pudo volver a caminar.
Iron Maiden ha disfrutado el mayor éxito comercial con el cantante Bruce Dickinson, pero fue Di’anno —quien ingresó al conjunto en 1978 y fue expulsado en 1981— el que jugó un papel fundamental en el crecimiento del entonces quinteto británico. Su voz está presente en sus dos primeros larga duración: “Iron Maiden” (1980) y “Killers” (1981). Preciadas joyas del heavy metal.
No obstante, en su juventud Di’anno no era un metalero. Sus raíces estaban en el punk. Género que a finales de los años setenta estaba causando una revolución por cuenta de agrupaciones desafiantes como Ramones, Sex Pistols y The Damned. Así, Di’anno cantó para varias bandas de este tipo de música mientras se desempeñaba como carnicero y chef para pagar sus cuentas.
Por su parte, Iron Maiden venía probando con distintos cantantes sin fortuna. Cuando por invitación de un amigo Di’anno les vio tocar, no quedó impresionado. “Su vocalista usaba una tonta espada y le salía sangre falsa de la boca. Yo estaba muerto de la risa pensando que eran pésimos”, recordó en una entrevista para el libro “Iron Maiden: 80 81”.
Di’anno audicionó para Maiden por insistencia de su amigo y aunque consiguió el puesto, no aceptó inmediatamente. “Yo venía del punk y tenía esta mala actitud todo el rato. Los chicos de Iron Maiden eran adorables. Si se los presentabas a tu abuela, ella los adoraría, pero si me presentabas a mí a ella le daría un ataque cardíaco. Yo traje esa postura agresiva y vivía pasado de revoluciones todo el tiempo”, recalcó.
Más adelante escuchó el material que venía componiendo Harris y lo encontró fascinante. Con el surgimiento de nuevas propuestas de metal en el Reino Unido como Motörhead, Saxon y Def Leppard, el grupo firmó con el sello EMI y editó su primer álbum de título homónimo. Llamativo por la aparición en carátula de Eddie, la mascota de la banda. Una especie de muerto viviente con cabello en onda punk.
La banda fusionó esa energía callejera con los riffs del metal, sirviendo como modelo para futuros conjuntos embelesados por su estilo. Un año después se lanzó “Killers”, con una acogida más grande. Aunque ya la gloria los abrazaba, Di’anno vivía todo el tiempo de fiesta y tanto el manager del grupo como Harris decidieron reemplazarle por Bruce Dickinson, quien hasta el día de hoy es su vocalista líder.
Posterior a Maiden, Di’Anno grabó varios trabajos como solista y con distintas agrupaciones como lo fueron Gogmagog, Battlezone, Praying Mantis y Killers. También frecuentemente tributaba esos dos primeros pasos discográficos de la Doncella de Hierro, como se apoda a Maiden, con shows íntimos. Su primera visita a Colombia se produjo en 2004 en un pequeño bar de la zona rosa de la capital.
“La contribución de Paul a Iron Maiden fue inmensa y nos ayudó a ir por el camino que hemos recorrido durante casi cinco décadas”, escribió el grupo en un comunicado tras conocerse el deceso. “Su presencia pionera como líder y vocalista, tanto en el escenario como en nuestros dos primeros álbumes, será recordada con mucho cariño no solo por nosotros, sino por los fans de todo el mundo”.
En su show en Bogotá de este año, pese a la altura, un viaje en avión que no resultó nada cómodo y sus quebrantos de salud, Di’anno obsequió varias sonrisas y palabras de agradecimiento para los espectadores. De eso se trataba todo al final del día. Obsequiar alegría a la gente sin importar los dramas que le ponía la vida.