Roberta Flack, una voz que mata suavemente

Uno de los trabajos discográficos más recientes de Roberta Flack es “Holiday”, realizado en 2003. / Cortesía

En la década del 80, Roberta Flack tomó la decisión de no volver a entrar en un estudio de grabación. Lo hizo un poco saturada por el rigor del lugar, también motivada por el contacto directo con el público que las cuatro paredes no le podían proporcionar, y, sobre todo, impulsada por el trompetista Miles Davis, quien la convenció de acompañarlo por extensos y variados periplos.

Hicieron varias presentaciones juntos, en las que el soul en la garganta de Flack conversaba de cerca con el jazz de Davis; y entre los dos demostraban sobre la tarima que ambos géneros tienen la misma procedencia, el mismo núcleo. En esas giras exigentes aprendieron el uno del otro y hasta complementaron sus vivencias sin reservas.

Miles Davis supo, por ejemplo, que Roberta Flack empezó a apasionarse por la música a partir de la escucha obligada del órgano que interpretaba su padre en una discreta iglesia bautista en su natal Black Montain, en el estado de Carolina del Norte. De ahí, la intérprete pasó a ser parte de diversos coros de góspel en los que siempre brillo.

Además de su participación en los colectivos de corte religioso, Flack multiplicaba su tiempo. Por un lado, se dedicaba a suministrar lecciones básicas de música en centros de aprendizaje; mientras que por otro, empezaba a consolidar su nombre como artista de clubes exclusivos de jazz.

Gracias a su manejo vocal y a sus facilidades con el piano, el sello especializado Atlantic Records puso sus ojos en ella y pensó que podía ser toda una revelación dentro de las manifestaciones sonoras con raíces africanas.

Todo parecía indicar que la disquera se había equivocado porque los dos primeros registros de Roberta Flack, First take (1969) y Chapter 2 (1970), tuvieron una discreta acogida por parte del público. Sin embargo, algunos meses después, grabó el tema The First Time Ever I Saw Your Face y tanto su vida como la de sus seguidores, no volvió a ser la misma.

Hay dos hechos que marcaron la trayectoria artística de Flack. Los registros al lado de su cómplice Donny Hathaway, y la realización del trabajo discográfico Killing Me Softly, una de sus propuestas musicales más exitosas. Lo que vino después fue la consolidación con un álbum también muy popular llamado Feel Like Makin’ Love. 

En los años 80, con la efervescencia del pop, Roberta Flack estrechó los vínculos con Miles Davis y a pesar de haber tomado la decisión de entregarse por completo a las giras y disminuir al máximo su actividad detrás de los cristales del estudio de grabación, la consola volvió a convocarla.

Realizó en ese tiempo algunos álbumes que la mantuvieron vigente en la escena artística hasta que volvió a los primeros lugares de los listados de preferencia con Set the Night to Music (1991) al lado del colega Maxi Priest.

Roberta (1994), The Christmas Album (1997) y Holiday (2003) son algunos de los registros más recientes de Roberta Flack, quien este 10 de febrero cumple 81 años. Ella ha dedicado su vida al soul y al jazz,; y su voz es de aquellas que matan lentamente, como su canción.