Camila Chaín trabaja mejor bajo presión

Acaba de publicar el libro “El amor es de todos los colores”, su primer relato extenso, con el que aprendió a tomar pausas en su cotidianidad.

El Espectador
16 de mayo de 2018 - 02:00 a. m.
Camila Chaín quiere dictar charlas sobre su libro en colegios y universidades.  / Revista Vea
Camila Chaín quiere dictar charlas sobre su libro en colegios y universidades. / Revista Vea

¿Prefiere el rol de entrevistada o el de entrevistadora?

Siempre voy a preferir el rol de entrevistar a alguien. Además, es mucho más fácil entrevistar y es algo que hice durante muchos años, así que estoy muy acostumbrada a formular preguntas.

Pero ya debe estar acostumbrada a que la entrevisten, ¿o no?

No tanto. Por lo general me entrevistan sobre temas personales y eso me da pereza. Yo intento ser políticamente correcta con esas respuestas, porque sé que cualquier palabra que emplee podría ser utilizada en mi contra. Cuando son temas profesionales, como el del libro, me siento más cómoda.

Publicó hace poco el libro “El amor es de todos los colores”, ¿por qué tomó la decisión de hacer el libro?

Yo nunca pensé escribir un libro, porque tengo un gran respeto por los autores. Para ser un escritor se requieren ciertos dones y yo nunca fui tan atrevida de pensar en eso. Sin embargo, en alguna oportunidad alguien me hizo la sugerencia formal y eso me llenó de entusiasmo.

¿Cuál fue la idea inicial de “El amor es de todos los colores”?

Siempre he tenido una gran inquietud a raíz de que muchas personas se acercan a mí por el hecho de ser una persona pública, por mi profesión, no por nada más. La gente me hablaba de sus problemas personales, de sus miedos, y como yo hablé de mi sexualidad de manera tan abierta, pues muchas personas se agarraron de eso para creer que yo podía ayudarlas.

¿Qué tanto cambió el libro durante el proceso de elaboración?

No cambió nada de fondo, pero en la forma sí hubo modificaciones sustanciales. Yo tomé la decisión de hablar desde mi experiencia y abordé a Camila Chaín desde el día de su nacimiento hasta el día de su matrimonio. Lo que hice fue agregarle algunos aspectos que me parecieron interesantes para el libro.

En los últimos años se ha dicho que no se venden libros, ¿por qué publicar uno entonces?

Yo soy de una generación en la que el tema digital no estaba tan arraigado. Estoy inmersa en la tecnología, pero no la entiendo tanto. Además, yo sentía que con el libro cualquier persona podría tener acceso a su contenido sin tener que estar conectada a la red. En la radio he podido decir algunas cosas importantes, pero no todas, y de ahí la importancia del libro.

¿Tuvo algún método para hacer el libro?

Al comienzo quise hacer como le vi hacer a muchos autores: así me aparté del ruido, me fui sola y me dediqué a contemplar el silencio, pero de ese proceso no saqué ni media palabra. Soy una persona muy activa y la quietud me desespera mucho. Probé varios caminos hasta que me senté un día en la cama y ahí salió el 80 % del libro. Yo trabajo mejor bajo presión, así que el proceso de la escritura no fue nada largo.

Usted antes escribía columnas, ¿ese ejercicio le ayudó?

Así es. Yo fui columnista de Publimetro y también escribí mucha poesía durante la adolescencia. Ahora creo que escribir ha ayudado más al ser humano que a la profesional. Yo soy muy desesperada e impaciente y el hecho de escribir el libro me obligó a pausarme.

“El amor es de todos los colores” fue un ejercicio de introspección, ¿qué le dice Camila Chaín, la niña, a la adulta?

Camila Chaín, la niña, me dice que he sido muy valiente y que se siente orgullosa de mí. También me dice que no la puedo olvidar porque ella ha sido la Camila más cuidada, más amorosa, más mimada y más feliz.

¿Por qué es comunicadora?

En el colegio yo estaba en el grupo de los biólogos y me encantaban las ciencias naturales. El tema de la comunicación como una profesión yo nunca lo había visto, pero si lo analizo ahora, yo era la presentadora de todos los actos cívicos del colegio y además me encargaba de declamar poesía. Finalmente, me tocó inclinarme no por lo que más me gustaba, sino por lo que mejor hacía.

¿Cuándo llegó a la radio?

Yo empecé a estudiar Comunicación y Periodismo y en ese momento de formación llegué a pensar que lo que menos me gustaría hacer era radio. Quería contar historias con letras o con fotos, mientras que los estudios por lo general son encerrados. Sin embargo, me postularon para hacer una especie de pruebas y no sé en qué momento empecé a estar al aire. Hoy puedo decir que la radio es el amor de mi vida.

Pero en la actualidad no hace radio sino televisión, ¿por qué?

Le estoy dando un tiempo a la radio, pero allá volveré porque es el medio con el que he tenido la relación más bonita en toda mi vida.

¿Qué espera que pase con su libro ahora?

Me gustaría dar charlas a partir de los contenidos que doy en el libro. Me gustaría ir a universidades y a colegios para hablarles a los jóvenes de frente.

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Por El Espectador

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