Julián Román, un hombre empoderado

El actor, que tiene una larga lista de personajes en la pantalla chica, habla sobre su lucha por la Asociación Colombiana de Actores (ACA), además, de sus fracasos y de lo que viene en su carrera profesional.

Ingrith Gómez
15 de mayo de 2018 - 02:00 a. m.
Julián Román es el protagonista de la serie “Nadie me quita lo bailao”. /  Gente con Talento
Julián Román es el protagonista de la serie “Nadie me quita lo bailao”. / Gente con Talento

¿Cómo describe el liderazgo Julián Román?

En mi experiencia ha sido un redescubrir de lo que uno pensaba que era realmente el liderazgo. Lo que yo siento y me ha pasado con la Asociación de Actores, es que este término no solo lo maneja una persona, es un conjunto de fuerzas que se unen con un fin. Ese fue el ejercicio de la Asociación Colombiana de Actores (ACA) y de todos los que hacemos parte de la junta, el de entender primero nuestra profesión, lo que le faltaba a nuestra profesión, y emprender una lucha. Hoy somos 700 actores los que estamos generando un liderazgo de lo que significa ser un actor en un país como Colombia, no solo de televisión, un actor de teatro y de todos aquellos a los que no les han cumplido con sus derechos.

¿Cómo ejerce el liderazgo en su vida cotidiana?

El ejemplo es el que está ahí. Yo no puedo hablar de liderazgo o de respeto a los actores si soy un actor que llegó tarde, si soy un actor que no se sabe la letra, que no cuido mi trabajo. Esto es muy importante y es algo que aprendí de mi papá, que si yo exijo que sea tratado como trabajador, pues tengo que dar lo mejor como trabajador. Es importante que los nuevos actores se den cuenta de lo que hacemos los actores que estamos en el sindicato, que somos coherentes. El ejemplo es necesario a la hora de trabajar.

Un actor tiene que ser un líder en una escena.

Si uno analiza cómo está conformada la forma de presentar los proyectos, es así, la gente va a es ver la película del actor, no la de la productora, y esto es una cosa que pasa en Colombia. Una vez le escuché decir a Dago García que este es un país donde a nuestras “estrellas” o nuestros líderes del proyecto los mantenemos a un lado, y en otros países la gente consume el producto es por esas estrellas. Es muy importante que en Colombia empecemos a entender el rol del actor, porque trabaja bien. Esos liderazgos son importantes y hay que salvarlos.

¿Qué ha sido lo más difícil para llegar hasta donde está?

Es tema de la televisión y los medios, es un juego que yo todavía no entiendo y me cuesta mucho, pero a ellos debemos agradecerles porque nos han dado unas carreras. Mi formación viene del teatro e infortunadamente vivir de éste en Colombia es muy difícil. Para mí fue complicado entrar en ese mundo por los estándares de belleza que se manejan, un aspecto muy contrario a lo que yo soy. Yo no podía aspirar a personajes importantes, porque el protagonista era rubio y guapo. Eso a mí me dio muy duro y perdí varios castings. Hasta llegué a pensar en la necesidad de retirarme, yo decía: ¿Qué voy a hacer?

¿Cuándo nace la necesidad de luchar por los actores colombianos?

Todo fue una coyuntura. Crecer con un papá que nunca tuvo derechos, que se la tenía que guerrear, que tenía que dar clases de actuación privadas y otra cantidad de cosas, porque no era reconocido como trabajador, eso se unió con la coyuntura en donde un canal en el horario de mayor audiencia puso una novela turca, entonces todos los actores nos preocupamos y dijimos: “este era el único espacio que teníamos para que nos llamaran, ¿qué hacemos?”. Tres años después, sindicatos fuertes se hacen sentir, se logran acuerdos y aquí vamos.

El actor ha perdido espacio…

Estamos perdiendo espacio en la televisión, pero no solo ahí: en el Ministerio de Cultura los actores nunca son tenidos en cuenta, nunca nos llaman, solo citan a los creadores, al que escribe el guion, al director y al productor, ¿y nosotros?, somos lo menos importante.

¿Qué se ha logrado en tres años de sindicato?

Hemos conseguido acuerdos con los canales, que en el Festival Iberoamericano de Teatro se les pague a las más de 100 organizaciones que se les debía desde el evento pasado, se hizo el Congreso Nacional de Teatro y el Ministerio de Cultura nos pidió que nos organizáramos para buscar salidas para que no se muera el festival y para que los actores empezáramos a recuperar el terreno perdido. El reconocimiento en los lugares de trabajo ha sido maravilloso. Han aprendido cómo un actor debe ser tratado como trabajador. Todos esos logros han hecho que la ACA sea reconocida como una fuerza importante que ayuda a la industria.

¿Qué se viene para Julián Román?

Estoy en la nueva producción de RCN, Nadie me quita lo bailao, en la que represento a Betto. Es una historia real, donde él es salvado por el arte, el baile. Espero conseguir la ley del actor, ese sería mi mayor éxito.

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Por Ingrith Gómez

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