Un hombre fascinado con la mente

El médico paisa Óscar Correa encontró en la meditación, la jardinería, el arte y los deportes aliados para tratar a los pacientes, mejorar el efecto de los medicamentos y lograr el bienestar. Asegura que los médicos son expertos en enfermedades y los pacientes expertos en ellos mismos.

Redacción Un chat con
26 de febrero de 2018 - 02:00 a. m.
Óscar Correa es egresado de la Universidad de Antioquia y hace parte de la clínica Pinares Mind & Health. / Camilo Castro
Óscar Correa es egresado de la Universidad de Antioquia y hace parte de la clínica Pinares Mind & Health. / Camilo Castro

Para usted, un tratamiento va más allá de la medicación.

El cerebro es un órgano complejo, depende de múltiples factores que infieren sobre él. Los medicamentos son muy importantes en el tratamiento, pero no es lo único que incide sobre la mente humana. Cosas como el estilo de vida —la alimentación, la actividad física y el descanso—o el cuidado de la familia son determinantes en la salud mental de las personas. Por eso algunas veces es necesario medir qué pasa en otras áreas para hacer una intervención integral.

De ahí vienen otras terapias.

Las terapias ocupacionales, por ejemplo, como el yoga, la práctica de deportes o la meditación, son altamente impactantes en la recuperación. No reemplazan los medicamentos, pero contribuyen a que su efecto sea más favorable.

Ha hablado de la familia y la meditación. ¿Es importante considerar terapias en las que el lado humano tome protagonismo?

Por supuesto. Entendiendo el lado humano como lo que determina la integralidad de una persona, es fundamental para la recuperación de cualquier enfermedad, no sólo las mentales. Comprenderlo ha sido una de las cosas en las que los médicos hemos fallado históricamente, porque nos hemos considerado la autoridad sobre ellos, impartiendo órdenes sin escucharlos plenamente. Los médicos somos expertos en enfermedades, pero los pacientes son expertos en ellos mismos.

¿Cómo llegó a tener esas visiones sobre la forma de tratar a un paciente?

La formación de los médicos suele ser muy técnica, pero después de que nos graduamos aprendemos cosas que son realmente importantes. Los pacientes nos enseñan muchísimo. Alguna vez un paciente que empezó a hacer yoga me dijo que nunca se había sentido tan bien, a pesar de que tenía un tratamiento de varios años. Cuando establecemos un diálogo con profesionales de otras áreas aprendemos mucho.

Ha mencionado terapias alternativas. ¿Qué otras hay?

No soy experto en otras disciplinas, pero trabajo con un equipo que me apoya en los tratamientos. Me parece importante remitir a las personas a masajistas, docentes de arte, preparadores físicos, instructores de yoga o hasta jardineros. He descubierto que personas que no tenían interés en la naturaleza encuentran un espacio de relajación en la jardinería.

¿Recuerda algún caso?

Recuerdo un joven universitario que tuvo un episodio de descompensación mental, dejó de estudiar y llegó a intentar suicidarse. Estuvo hospitalizado en una unidad de salud mental campestre, con medicación normal, por supuesto, pero comenzó a hacer yoga, tener contacto con la naturaleza y cuidar los jardines. Cuando salió de la hospitalización decidió mudarse de la ciudad para el campo y cambiar su estilo de vida. Incluso comenzó a cultivar su propio jardín.

¿Qué no puede faltar cuando se encuentra con un paciente?

Es indispensable establecer una muy buena relación. En los tratamientos de antes, los pacientes psiquiátricos estaban “locos” y no podían participar porque estaba anulada su capacidad de opinar. Esos tiempos ya pasaron. Ahora sabemos que los pacientes con enfermedad mental tienen una gran capacidad de participación y de intervención en el proceso. No puede faltar considerar su opinión. Si el médico toma decisiones sin tenerlos en cuenta, el tratamiento no funciona.

¿Qué lo motivó a ser psiquiatra?

Tenía una fascinación por la mente y su complejidad, es un gran asunto, pero también interés por el sufrimiento de los pacientes y buscar su recuperación. Es satisfactorio ver que se alivian cuando reciben un tratamiento adecuado. Es una dualidad entre la fascinación por cómo funciona la mente y el bienestar de las personas.

Por Redacción Un chat con

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