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Desde lo surreal, hasta lo salvaje y guerrero

A las 9:15 a.m. ya estaba Martha Calad sobre la tarima del Teatro Metropolitano de Medellín.

El Espectador
30 de enero de 2010 - 03:22 a. m.

Fue el pasado miércoles, en medio de la celebración de Colombiatex, cuando la directora del laboratorio de moda de Inexmoda le expuso al país las tendencias que reinarán en la temporada otoño-invierno de este año (entre agosto y diciembre). Son cinco actitudes las que la señora Calad, con ritmo apacible y apasionado, con palabras concretas y seguras, le expuso a un público ávido de moda.

Actitud surreal

“Pasamos de lo práctico a lo llamativo, a lo incoherente e irónico”, aseguraba Martha Calad, mientras al fondo del teatro, en una pantalla gigante, rotaban imágenes coloridas, de figuras extravagantes, de formas casi irreales, de un mundo paralelo al tradicional, como ella misma lo definirá más adelante. Rosados, rojos, morados. Colores vivos. Tonos luminosos, brillantes, dorado, plateado.

Luego llega a escena Tavi Gevinson, como una influencia directa para esta actitud. Ella, una niña estadounidense de 13 años, en meses, poquitos meses, se convirtió en un referente de moda en las pasarelas más importantes del mundo: Nueva York, París y Milán. “Mezcla con un estilo muy propio sus prendas. Opina sobre la moda y el diseño. Es un fenómeno en Estados Unidos”, decía Calad mientras los asistentes veían pasar los diseños de esta pequeña, los mismos que exhibe en su propio cuerpo. Ese estilo que una revista europea resumió en “extravagancia, ímpetu y una perturbadora templanza”.

En la actitud surreal resaltarán los rotos y rasgados, las innovaciones en los procesos de lavandería, los índigos sobreteñidos, los estampados con imágenes fantasiosas, los brillos a través de lentejuelas y escarcha, los cuadros multicolores. Las siluetas oscilarán entre las muy ajustadas en las prendas inferiores hasta los baggies.

Actitud salvaje

“Es la muestra primitiva del ser humano. Aquí nos convencemos de que seguimos siendo animales”, decía Calad en la introducción de esta actitud, que también revela el lado provocativo y sensual del hombre. Los azules y morados, los colores profundos como el negro, los rojos y los tonos luminosos, son el referente de lo salvaje. Las bases textiles que utiliza van desde los índigos y pasan por cueros, las pieles de tigres y leones, los tocados de peluche. Las siluetas son totalmente ajustadas al cuerpo en la parte inferior, y volúmenes en las prendas superiores. En los detalles sobresalen las perforaciones, los bordados exagerados y elementos decorativos como cadenas. “Es una actitud exhibicionista”.

Actitud guerrera

“El consumidor quiere transmitir su posición de lucha frente a lo injusto y al deterioro del planeta. Son guerreros urbanos que quieren generar conciencia”. Predominan los tonos profundos, como los azules y el uva. Los índigos con procesos y estampados, con efectos de tejidos, desgastes y perforaciones; las fibras sintéticas y los cuadros grandes con tonos profundos, son la esencia de los guerreros. Como complementos están las cadenas, las correas, los taches y los accesorios metálicos.

Está también la actitud recolectora, que mezcla diferentes culturas y tradiciones, y la serena para aquellos consumidores que están convencidos de que el mundo debe ir a otra velocidad, una más tranquila, fresca, en la que se pueda respirar.

Por El Espectador

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