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Dubái es la perla del Oriente Medio, una ciudad ultramoderna, conocida por su comercio e infraestructura de lujo, que para muchos es una utopía visitar. Lo que no saben es que también es un destino educativo que tiene ventajas comparativas y competitivas con destinos como Australia, Estados Unidos, Canadá e Inglaterra.
Esto teniendo en cuenta, por ejemplo, que hay personas que han querido irse a estos países a estudiar un curso de idiomas y quizá su perfil no ha sido lo suficientemente apto para obtener una visa. Sin embargo, los colombianos no requieren visa para entrar hasta por tres meses en Dubái. En caso de tomar un curso de 24 semanas, se realiza un proceso de visado dentro de Dubái, pero las posibilidades de negación son casi nulas o inexistentes.
En el caso de STEP (Study, Travel, Exchange & Progress), agencia de asesoría para intercambios culturales, educativos y migratorios, según Miguel Ángel López, su director general, nunca ha ocurrido que se niegue una visa a un estudiante. Además, en su experiencia, sumado a esta ventaja, el proceso para estudiar en esa ciudad es tan rápido como decidir hacerlo, tener el dinero, pagar el curso y viajar.
“Presentar solvencia económica suele ser que lo que frena a muchos a acceder a programas en otros países, porque tienen que demostrar que tienen el dinero para pagar por su programa educativo y con qué mantenerse. En muchas ocasiones, esa manutención es más de US$1.000 para demostrar en países como Canadá y Estados Unidos. Esto ha hecho que Dubái se convierta en un gran destino donde la gente va a perfeccionar el inglés, aunque no sea la lengua materna de este Emirato (es el árabe), porque todo el mundo se comunica en inglés”, explica.
Por otra parte, los estudiantes tienen la posibilidad de trabajar legalmente. Cuando al estudiante va por programas superiores a 20 semanas, las escuelas aliadas a agencias como STEP le ayudan a tramitar la visa de estudiante de un año y un Emirates ID (la identificación de Emiratos Árabes), que le permite trabajar legalmente.
Eso sí, es importante que la persona ya le haya sacado el máximo provecho a su curso para aspirar a trabajos de servicio al cliente, que es uno de los más requeridos. “Nuestra nacionalidad y, en general, los latinos están muy bien vistos en cuestiones laborales, lo que hace que quieran ponernos en puestos de servicio al cliente. Por eso, a quienes tienen un nivel muy bajo de inglés se les hace más difícil la parte laboral”, enfatiza Miguel Ángel.
Los salarios se determinan con la negociación que haya entre empleador y empleado, ya que no hay un salario básico mínimo.
En cuanto a los programas de idiomas, que es lo más usual para el mercado educativo de Dubái, existen muchas escuelas que ofrecen sus servicios allí, pero también hay universidades británicas y australianas que han abierto sus puertas en esa ciudad y tienen sus programas a mucho menor costo que si se cursa el mismo en sus países de origen. Esta es otra de las ventajas, ya que el estudiante recibe un título británico o australiano por un menor precio.
Sin duda, vivir y estudiar en Dubái es como estar en muchos países al mismo tiempo, puesto que personas de más de 180 nacionalidades recorren sus calles a diario, lo que hace que la diversidad cultural sea el complemento perfecto para un proceso educativo en el exterior.