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Cada día las organizaciones son más conscientes de que el calentamiento global no es un artificio o un evento lejano y por eso ya están tomando medidas que les permitan implementar soluciones ecológicas para ayudar a conservar el medio ambiente y generar menos consumo de energía.
Esa es la razón por la cual Colombia está entrando en esa onda, y para ello edificaciones reconocidas en Bogotá, como el centro comercial Unicentro, el edificio Telmex, la Policía Nacional y la nueva sucursal de Porsche, ya trabajan en la generación de sistemas “eco” para contribuir con el medio ambiente. En ese trabajo también identificaron que mediante las buenas prácticas se logran rentabilidades más altas para sus empresas.
Alejandro Téllez, director de proyectos de Technoimport, importadora de productos Lutron, una de las empresas más importantes de iluminación en el mundo con más de 60 años en este negocio, asegura que uno de los factores relevantes para la reducción de energía es el control de las luces, porque éstas son las que verdaderamente importan, pues aumentan la calefacción en el ambiente y en el gasto mensual empresarial.
En este contexto, Téllez manifestó que en Colombia no existe la verdadera cultura ahorradora como sucede en países de Europa y Asía, donde está masificada gracias a la “automatización de la iluminación que se da por medio de diques manuales, control remoto o por un computador, para controlar el nivel de iluminación”.
Otro de los factores es el mal uso de las llamadas bombillas ahorradoras de luz blanca, debido a que un bombillo ahorrador como tal, si no es usado con las recomendaciones de fábrica, no sirve para nada. Y tal como se utiliza en Colombia, no se está logrando ningún ahorro.
“La gente nunca mira la caja ni las instrucciones, prende y apaga el bombillo, lo ubica en los baños en donde está en constante actividad y eso le quita vida útil. Para que una bombilla sea ahorradora tiene que estar tres horas prendido como mínimo después del primer encendido”, argumenta el experto de Technoimport.
Sin embargo, advierte que a pesar de su mal uso la gente percibe una cierta disminución en lo que tiene que pagar en el recibo mensual de energía, pero señala que el usuario común no cae en cuenta de que ésta no se compensa con el alto costo de las bombillas.
En el sector corporativo, algunos edificios cuentan con grandes ventanas que permiten una gran cantidad de luz solar, pero también utilizan las luces encendidas al 100%, lo que genera un gran gasto y desperdicio de energía. Pero para lograr el ahorro energético, existe un sistema inteligente que distribuye la luz solar que entra en todos los lugares de la empresa, gracias a un sensor pequeño que atenúa la luz dentro del recinto. Es conocido como Ecosystem.
En materia arquitectónica, la cultura del ahorro también gana terreno y en este caso se logra con la arquitectura verde, una nueva apuesta para los constructores, en la que se implementan componentes naturales como el viento, el agua o la luz.
Para Miguel Ángel Rodríguez, director de diseño de Básica Arquitectura, adecuar edificios y espacios que ayuden al medio ambiente es bastante económico: “Lo que pasa es que en Colombia no es muy real la implementación de estrategias que ayuden ecológicamente al mundo, pues apenas se está entrando en la temática de la arquitectura verde”. Sin embargo, explica que el país ya está pensando en cómo ahorrar lo necesario.
El centro comercial Unicentro ya se está implementado el sistema Ecosystem, para lo cual ha invertido aproximadamente $900 millones, algo que, como manifiesta Téllez, “a Unicentro le pareció costoso, pero se dieron cuenta de que en dos años tendrían retorno de inversión”.
Antes, en el centro comercial tenían dos personas trabajando toda la noche cambiando bombillos y lo hacían en cerca de 30 estaciones, ahora están cambiando bombillos cada cinco años u ocho años. Otro de los casos exitosos es el edificio de la Policía Nacional, donde tuvieron un ahorro del 60% en corredores con sensores de ocupación y de luz día después de implementar el sistema.
Este tipo de tecnología obliga a pensar que se está viviendo una nueva forma en la construcción, en la que existen nuevas fuentes de consumo energético para el bolsillo empresarial, y, de forma responsable, construir conciencia social para el cuidado del planeta.