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La educación del Valle del Cauca cierra el año con buenas noticias. A inicios de diciembre, Colombia Líder, una plataforma que reconoce iniciativas regionales, galardonó al departamento azucarero por haber ideado e implementado un modelo educativo que además de inclusivo, promete desarrollo para el territorio en los años venideros.
El premio se otorgó en la categoría Reto Nacional por la Educación y visibiliza, además de exaltar, la labor que se ha hecho desde la Gobernación del Valle para que lo que viven los estudiantes en las aulas, más allá de un servicio, sea un derecho garantizado en todos sus municipios y sirva como motor de desarrollo.
En los pasillos de la Gobernación señalan que es clave este reconocimiento, pues de acuerdo con cifras del DANE, Valle del Cauca es uno de los departamentos donde más estudiantes escolarizados hay en Colombia, compartiendo las primeras plazas con Cundinamarca, Bogotá, Antioquia o Santander. La fórmula es clara: a mayor número de jóvenes cursando sus currículos en las aulas, debe haber mayor cantidad de estrategias para que reciban educación de calidad y se conviertan en los líderes del futuro.
Durante la ceremonia, realizada en Bogotá, la gobernadora de Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, explicó la importancia que se resalten iniciativas del presente para pavimentar la educación del futuro. “Empezamos a hacer un proceso de huertas escolares y ya los convertimos en asociaciones juveniles, en empresas juveniles. Esas empresas ya le venden productos al Programa de Alimentación Escolar. Así que muchísimas gracias por este premio, que no es mío, sino de ustedes, los estudiantes y docentes”, comentó la mandataria.
¿Qué se premia exactamente? De acuerdo con Colombia Líder, el Valle del Cauca ha mantenido durante los últimos años una apuesta por la educación en la que se busca, además de garantizar el acceso a las aulas de miles de jóvenes, un modelo que los prepare para los retos y conocimientos del futuro, tales como habilidades STEM o economía.
“El premio reconoce la política pública que se ha hecho en educación, en la que se encuentran resultados que, además de impulsar el desarrollo de los vallecaucanos, conectan la escuela con el territorio, los proyectos de vida de los jóvenes y la economía real”, subraya la Gobernación.
Argumentando el éxito
Colombia Líder destacó tres iniciativas propuestas por la Gobernación que, según la plataforma, han marcado un cambio disruptivo en la educación vallecaucana. La primera de ellas es la instauración de Asociaciones de Futuros Agricultores, también conocida como AFA.
El proyecto, considerado como una estrategia de educación diferencial, llegó a los municipios rurales y de vocación campesina del Valle y en lugar de ver cómo los jóvenes debían adaptarse a mallas académicas rígidas, fue el modelo educativo el que se moldeó a las características de los territorios. En las AFA, por ejemplo, se ha enseñado con vocación agrícola a miles de jóvenes sobre huertas, cómo funciona el campo y la economía campesina y, lo más importante, cómo aprovechar esos conocimientos para introducirse al mundo financiero.
La Gobernación asegura que, a hoy, hay al menos 29 AFA en su jurisdicción que han creado 126 proyectos que en un futuro podrían marcar las líneas del desarrollo rural del departamento.
“A estos muchachos les dimos un reconocimiento formal. Se van a quedar haciendo sus empresas, van a ser empresarios del campo. Además, están articulados con la educación superior, técnica y tecnológica en procesos de agroindustria”, explicó la Gobernadora
El segundo programa consiste de un proyecto de lectoescritura conocido como PILEO: una iniciativa creada hace años por el Ministerio de Educación y que en el último tiempo la Gobernación del Valle ha difundido en todas las latitudes de su territorio, tanto en grandes ciudades como pequeños puntos rurales del departamento.
La apuesta busca prácticamente que la escritura y lectura de todo tipo de texto pueda ser accesible para cualquier ciudadano que desee. Desde 2017, el Valle adoptó una política pública en la que toda institución educativa debe tener programas de lectura y escritura para que sus jóvenes complementen los conocimientos que reciben en los currículos académicos, pero también para garantizar mayor acceso e inclusión al mundo lector de miles de jóvenes que, a falta de oferta o recursos, podrían quedar rezagados.
Según datos de la Gobernación, el proyecto PILEO ha impactado a más de 110.000 estudiantes de 148 instituciones educativas en los 34 municipios no certificados del departamento, fortaleciendo las competencias comunicativas como base del aprendizaje y la participación ciudadana.
A estas dos iniciativas se suman la Estrategia de Educación Socioemocional, orientada a garantizar ambientes seguros en la escuela, la familia y la comunidad, un componente clave para la convivencia y la permanencia escolar.
En materia de permanencia escolar, uno de los principales desafíos nacionales, el Valle ha buscado responder con modelos flexibles y territoriales. Datos oficiales indican que, mientras la deserción escolar en zonas rurales del país suele duplicar la de las ciudades, estrategias como las Asociaciones de Futuros Agricultores y los programas de lectura y socioemocionales apuntan a cerrar esa brecha, vinculando la educación con el proyecto de vida, el arraigo al territorio y la generación de ingresos
Proyecto de futuro
Más allá del reconocimiento, el galardón pone sobre la mesa una discusión de fondo: cómo lograr que la educación no solo forme estudiantes, sino ciudadanos capaces de transformar sus territorios. En el Valle del Cauca, la apuesta ha sido clara en conectar la escuela con la economía real, el campo, la lectura, la innovación y el bienestar emocional, entendiendo que el aprendizaje solo es posible cuando dialoga con el contexto social de los jóvenes y les ofrece herramientas concretas para construir proyectos de vida sostenibles.
En un país donde las brechas educativas siguen marcando el destino de miles de niños y jóvenes, la experiencia vallecaucana se presenta como un modelo que trasciende los aplausos y plantea una hoja de ruta. Una educación pensada desde el presente, pero con la mirada puesta en el futuro, que reconoce el territorio como aula y a sus estudiantes como protagonistas del desarrollo que está por venir.
