Para llegar al pueblo ribereño es necesario tomar un vuelo hacía Cali, en donde se hace una conexión con el vuelo de Satena, la única aerolínea de pasajeros que llega al puerto de embarque hacía la isla y la única ruta aérea para llegar a Gorgona. En pequeños aviones de no más de 25 pasajeros inicia el vuelo de 20 minutos hacia la costa pacífica y cuyo costo por tiquete tiene un valor de casi $386.000 ida y regreso.
Una vez en el muelle de Guapi, la lancha rápida de Aviatur es la encargada de trasladar a los visitantes hasta la isla.
A su llegada el turista quedará embelesado al contemplar la majestuosidad de Gorgona; un edén de selva tropical y sistemas naturales que posee las formaciones de arrecifes coralinos de mayor tamaño del pacífico colombiano y una de las más desarrolladas del Pacífico Oriental Tropical, reuniendo todas las características para la el hábitat de especies marinas como tiburones aletiblancos, tortugas, mantarayas, morenas, bravos, ureles, barracudas, y para el paso fugaz de otras como las ballenas jorobadas o Yubartas, que migran a mitad de año para dar a luz sus ballenatos en las cristalinas y cálidas aguas que rodean el lugar. Un espectáculo único que los visitantes pueden disfrutar desde julio hasta septiembre, cuando estos mamíferos vuelven a las gélidas aguas de la Antártica.
Gorgona, declarada Parque Natural en 1984, cuenta con un área aproximada de 24 km cuadrados y la reserva cuenta con 61.687.5 hectáreas incluidas la isla Gorgonilla, tres islotes y el sector marino a su alrededor, lo que la convierte en el lugar ideal para albergar un inusual inventario animal que va desde los pequeños monos fraile, la peculiar lagartija azul, osos perezosos de tres dedos, la rata semiespinosa y más de 155 tipos de ave, como el pájaro hormiguero y el mielero azul, entre otros.
La isla, rica en árboles jóvenes, helechos, hongos y hojarasca en descomposición, debe su nombre al conquistador Francisco Pizarro, quien al percatarse de la vasta variedad de especies de serpientes que moraban sus selvas tropicales, decidió bautizarla en honor a la diosa griega Gorgona, quien en lugar de cabellos tenía serpientes.
Ahora, con la finalización de obras de mejoramiento de la infraestructura turística de esta reserva natural, administrada bajo concesión por la empresa Aviatur, éste paraíso del Pacífico se relanza como destino turístico de los viajeros que desean vivir la aventura y tranquilidad que brinda la naturaleza de una de las áreas insulares colombianas con mayor riqueza. Buceo, careteo, caminatas ecológicas y Kayak se pueden practicar. Y para descansar, el complejo turístico ofrece 18 habitaciones y seis casas al borde de la playa.
Un lugar mágico que brinda un amplio abanico de posibilidades para los visitantes que no sólo buscan un lugar plácido y tranquilo para tomar un descanso, sino que también quieren mantenerse en contacto con la naturaleza y ser parte de las aventuras que brinda éste pequeña oasis en medio del pacífico colombiano.